Partida Rol por web

Un rato más tarde, unas tres horas después de terminar el juicio, la sala común empieza a llenarse de cierto alboroto general. Algo más vacía durante el resto de la mañana, desde que Ashe organizara unos cuantos grupos para recolectar las pocas bayas o comestibles que pudieran quedar en el linde del pueblo, ahora el aire vuelve a estar tan viciado como antes. No en vano, tanta gente metida ahí dentro durante tantas horas solo puede desembocar en una sensación general de agobio, que se une al frío, el hambre y el miedo a la criatura. Sin embargo, incluso los pocos que habían decidido probar suerte con el frío para atender a algún asunto en los alrededores del edificio deciden entrar, movidos por la curiosidad. El origen no es otro que uno de los pintorescos sureños de piel oscura, que subido en una silla pide la atención de la gente.

-Acercaos, por favor. ¿Me oís bien? ¡Tengo una excelente noticia!

Su gusto por el dramatismo se hace obvio por el hecho de que espera hasta que todo el mundo le está prestando atención para empezar.

-Amigos míos, me enorgullece comunicaros que, como era esperable dada mi presencia en esta, podría afirmar, peliaguda situación en la que nos vemos inmersos, al fin dispongo de un grado de certeza suficiente como para atreverme a asegurar que yo, Ahmel Bal'Karim, conozco la respuesta a este oscuro enigma que se presenta ante nosotros. Lo afirmo, sí, y sin ninguna duda, pues ha concluido el proceso en el que sin pausa ni cautela he implicado a mi mente en los últimos, por qué negar la evidencia, penosos días. ¡No más penalidades, sin embargo, pues he encontrado la pieza que faltaba en el puzzle, la nota al pie de página, el capítulo perdido de la historia! ¡Y está aquí, en este mismo libro!

Alza un tomo algo viejo, con un gesto teatral. La gente intercambia miradas, algunos todavía intentando procesar lo que ha dicho, otros frunciendo el ceño con incredulidad. Ahmel parece no percibir dichas reacciones, y si las percibe bien poco parece importarle, porque rápidamente sigue hablando.

-¿Y qué es esto, imagino que os preguntaréis? Ah, disculpad si peco de indulgencia al adornar de forma tan pendenciera esta presentación, pero para excusarme aludiré a la ironía del asunto. Y es que la temática que engloba, el sujeto principal de este texto no es ni más ni menos que el estudio, algo tosco y primitivo si se me permite la apreciación, de la cultura heredada por todos los aquí presentes oyentes. ¡Exacto, amigos! Tradiciones nórdicas. Historia antigua. Relatos, leyendas. Tradición popular en su estado más puro. Poco fiable, por tanto, pero una verdadera mina de oro para un versado en la materia como vuestro querido servidor Ahmel. ¡Oh, cuántos tesoros enterrados en las brumas de la memoria colectiva norteña! Por desgracia, la tarea ardua de encontrarlos y catalogarlos...

Cuando Bedelia llega a la sala común, parece que casi todo el pueblo, o al menos lo que queda de él, está reunido dentro. Una voz se oye desde dentro: Alguien está dando una especie de discurso. Y la cara de la gente es un poema.

-... conlleva el tener que navegar entre las muchas mentiras e inexactitudes de la mencionada tradición oral, que en el caso de este autor vienen acompañadas por una visión en mi opinión especialmente romántica y en exceso indulgente con su pueblo natal. ¡Pero no hay reto intelectual lo suficientemente intimidante como para echar atrás al verdadero estudioso, el perseguidor de la ciencia, el buscador de la verdad! Algo que quedará demostrado de forma evidente en unos segundos, cuando pase a la explicación en detalle de este descubrimiento. Antes, recalco la paradoja: Una llave escondida en la herencia común, y he sido yo, un viajero de tierras lejanas, el que la he hallado para vosotros. Un... ¡Oh, perdonadme! ¿Pues no acabo de pecar de arrogancia al intentar señalar esta, por otro lado, inocente y hasta hilarante curiosidad? No era esa mi intención, puedo asegurarlo...

-¡Al grano!

Algunos se ríen, otros bufan. Ahmel se limita a sonreir.

-Oh, la impaciencia norteña, tan deliciosamente refrescante como fascinante. "Al grano", pues, mi buen amigo, y yo no habría podido decirlo mejor.

Hace una pausa y recorre la sala con la mirada, esperando lo justo como para que parezca que no va a decir nada más pero no lo suficiente como para que alguien pregunte qué ocurre.

-Hringer -Su sonrisa se ensancha ante las miradas confusas de la gente-. ¿Alguien puede decirme lo que significa?

Hringer. Por lo que sabes, puede tener tres significados distintos, dependiendo del dialecto.

En Arkes antiguo, hogar.

En un dialecto del este de Goldar, es un derivado de la palabra sal.

En el Arkes cerrado que se habla en algunas zonas del norte, crees recordar que era algo así como "rueda" o "anillo".

Saga, desde la mesa y todavía con la cerveza en la mano, miró perpleja al extranjero intrigada por saber de dónde había salido aquel tipo con tanta redundancia y dramatismo al hablar. Y pensó rápidamente en más de una persona que en aquel instante debía estar pensando exactamente lo mismo que ella.

Pero se pasó de la ralla. Y de largo. Y cuando mencionó la maldita palabra empezó a preguntarse a qué clase de juego estaba jugando cuando tenían ciertamente muchas otras cosas más importantes que hacer antes que escucharle.

-Hogar -dijo Saga en voz alta, con calma y levantándose-. En Arkes antiguo. Poco usado ya, pero vivo en ciertas regiones.

Abandonó el asiento para acercarse a él, la mano con la que sostenía la jarra ligeramente en alto, como pidiendo la palabra.

- También un derivado de sal, usado al este de Goldar. Y, por supuesto... -ya estando frente a él-, en Arkes cerrado y ya casi olvidado, rueda o anillo. Círculo. Puede que tenga alguno más, o quizá que las connotaciones de un lenguaje extranjero se hayan diluido. Así que te recomiendo escoger con cuidado tus siguientes palabras, amigo mío.

Thorir, todavía sentado se rodeó al escuchar la voz de Ahmel, aquel curioso personaje venido de tierras extranjeras. Permaneció atento en todo momento a las palabras del peculiar personaje, pero sin perder de vista al resto de personas allí presentes. 

...en especial a Resmit.

Ahmel parece haberse quedado sin palabras, para variar. Estaba claro que no esperaba que nadie respondiera. Sin embargo, para cuando Saga llega a su lado está sonriendo de nuevo, enseñando una dentadura sorprendentemente blanca para los estándares de la sala.

-Y tú debes ser la hedense de la que me han hablado. Es un verdadero placer encontrar a alguien que comparta la misma pasión que un servidor por las raíces de esta tierra. ¿O acaso podría haber otra explicación para tan exacto conocimiento? Estoy seguro de que los dos saldremos beneficiados de una puesta en común, cuando todo este entuerto haya sido resuelto. Mientras tanto, a su servicio.

Hace una estilosa reverencia, antes de alzarse de nuevo en un gesto súbito.

-¡Y en efecto, esa es la traducción! No la de los burdos dialectos de las zonas rurales, si no la del lenguaje original, como fue concebido. Aunque he de reconocer que la traducción oriental, que reconozco humildemente no conocía, encaja a la perfección en esta ocasión, como os mostraré en tan solo unos instantes.

Bedelia no pudo sino descolgar ligeramente la boca y fruncir el ceño.

¿Pero qué..?

Sin embargo, no intentó comprenderlo siquiera. Fue directa a por Ashe, agarrándola suavemente del brazo y apartándola del barullo para comentar algo.

Ashe te mira sorprendida.

-¡Bedelia! -susurra-. ¿Dónde te habías metido? -de repente, frunce el ceño preocupada-. ¿Qué ocurre?

-Menos mal que seguís aquí-Le dijo, recorriendo la sala con los ojos para comprobar que no faltaba nadie-Debemos cancelar las partidas de caza. He estado en el bosque.

Hizo una breve pausa imprimiendo dramatismo. Quería que Ashe se tomara en serio sus palabras y, con suerte, su ropa calada, el cuerpo lleno de hojarasca y su expresión ayudarían.

-Sigue activa. La luz no impide que busque alimento.

-¿Que has...? ¡¿Sola?! ¡¿Has perdido el juicio?!

Un par de personas se giran para miraros con curiosidad. Dándose cuenta de que ha subido el tono, Ashe te coge de la mano y te arrastra hasta la puerta.

-Vamos fuera.

Ashe suelta una exclamación que llama la atención a varios de los presentes. Sea lo que sea lo que le ha dicho Bedelia, ha debido de sorprenderle bastante. Dándose cuenta de que varios ojos se clavan en ellas, coge a la sureña de la mano y la arrastra hasta la puerta.

Bedelia alzó las cejas, ligeramente sorprendida, pero se dejó arrastrar sin protestar.

Al ver a Bedelia entrar, Drunfo no le quita el ojo de encima. Esa mujer le llama la atención desde el encontronazo por primera vez en el camino.

En cuanto Drunfo ve a Bedelia apartar a Ashe su atención se fija por completo en ella, e intenta discernir lo que dicen.

-¿Que has...? ¡¿Sola?! ¡¿Has perdido el juicio?!

Drunfo sale detrás de Bedelia y Ashe.

El breve momento en el calor de la habitación apenas si ha podido calentarte en lo más mínimo. Ashe te lleva aparte, en un lateral del edificio algo resguardado de la ventisca.

-¿Por qué ha tenido esa idea, Bedelia? Tienes suerte de seguir vi...

Se interrumpe cuando ve a Drunfo, que acaba de salir detrás de la dos y se acerca con curiosidad.

Bedelia volvió a enarcar las cejas, sorprendida también por la presencia de Drunfo. No se planteó por qué las había seguido, supuso que lo descubriría pronto.