Abres los ojos de golpe, entendiendo.
La bestia de la visión. El origen de la pesadilla. Una vieja conocida.
Es entonces cuando oyes voces fuera. ¿Cuánto tiempo llevas pensando? ¿Cinco minutos? ¿Quince?
Parece que alguien discute.
-... necesita es que la molestes ahora. Vete.
-Que no. Que te vayas.
Your turn
No era nada nuevo, nada que no supiera. Era la misma, la original. Lo había sentido en sus divagaciones por lo ocuro y ahora lo sabía a ciencia cierta. Aquellos ojos que la perseguían por la noche eran los mimos que acechaban entre las sombras de los bosques. ¿Pero por qué ahora? ¿Por qué en aquel lugar? ¿Dónde había estado todos aquellos años?
¿Y qué significaba aquel símbolo?
Sabía que no iba a llegar a ninguna conclusión espontánea sin datos nuevos, pero ya no sabía donde buscar. Y cuando la voz de Ahmel llegó a sus oídos sólo pudo cerrar los ojos y resoplar con dureza. Miró a Andrel, que seguía levitando como si estuviese ahorcado de la nada. Charlatana, decía... Ojalá poseyese ella misma algún tipo de poder más tangible para patearle el culo. Pero no, la situación requería 'colaborar'.
Cerró el cuaderno y plegó la piel, guardándolo todo en otra zona lejos de los ojos curiosos.
-Deja de llamarme charlatana y derivados -dijo alzando la voz para hacerse oír. Se acercó apoyando la mano en el marco de la puerta en un gesto que no invitaba precisamente a entrar. Miró a Will. Después al tipo-. Sæla hvítingr; los tres cuernos de la abundancia. ¿Te suena?
Ahmel carga una bolsa que parece repleta de libros y papeles. Encara a Will con firmeza, aunque la sureña no parece intimidada ante su postura, sino más bien aburrida o cansada. Nada más salir, Ahmel te dirige una mirada poco amistosa.
-¿Qué es, alguna pintoresca historia norteña?
Motivo: Historia Yermos Ahmel
Tirada: 1d100
Dificultad: 120+
Resultado: 41(+60)=101 (Fracaso)
Saga puso los ojos en blanco.
-Es un símbolo que la bestia original tiene en la espalda. Una historia norteña, lo que quieras. Pero es de las pocas pruebas que tenemos para saber de dónde viene y no me vengas con el cuento del dijin porque te puedes ir por donde has venido. La bestia no es eso. Pero puede que haya algo más que sí tenga relación con el frío y eso.
Ahmel suelta un bufido.
-Los djinn tienen marcas y símbolos rituales en la piel, en muchos casos. Es... ¡Ah, que impotencia, el tener que explicar algo así a...! -no termina la frase, pero inspira, intentando calmarse-. Escucha, sé lo que es eso. Sé lo que hay que hacer para acabar con él. O ellos, si son varios. Por desgracia para todos, la nueva líder de este despropósito al que me cuesta llamar comunidad parece empeñada en que obtenga tu aprobación antes de poner en práctica mi solución. Una razón más, si puedo hacer el inciso, por la que confirmar mi teoría sobre la ineficiencia de la cabezonería femenina en los puestos de poder. Y créeme: Tengo tan pocas ganas de enseñarte como tú de aprender. Pero si no eres una charlatana, como bien afirmas, tu deber cívico te obliga a escucharme. Porque si hay un mínimo de posibilidad de que esté en lo cierto, y eso es hilar muy fino teniendo en cuenta mi experiencia y mis capacidades, entonces no puedes arriesgarte a descartarlo y condenarnos a todos a un destino oscuro.
Will deja que sus dedos tamborileen en el pomo del estoque, concentrada en el sureño, que ha decidido ignorarla. En cierto momento, te dirige una mirada significativa. Luego mira la nuca de Ahmel, luego de nuevo a ti. Luego esboza una sonrisa maliciosa, y alza las cejas en actitud interrogativa.
Saga esbozó una sonrisa entre toda aquella palabrería a la que prestaba poca atención. Casi quiso decir que sí, asentir ligeramente hacia Will. Pero se contuvo lo suficiente.
-Te escucharé -alzó un dedo-, pero tú también tienes que hacer el esfuerzo de escucharme y pensar porque hay dos cosas que son ciertas. Una de ellas, y esto lo sé, es que un humano comió carne humana que este ser le ofrecía y se transformó. ¿Eso encaja en algún lugar en tu teoría? ¿Puede un ser de los que hablas transformar a un humano? Quizá no necesariamente a través de la carne humana, pero transmitiéndole algo a otra persona.
El sureño pone los ojos en blanco.
-La carne es solo un ritual de vinculación, como un símbolo que ata el ego de la víctima. Su... Creencia, por decirlo así.
Mira hacia la puerta.
-¿Tenemos que hacer esto aquí? Entiendo que podremos sentarnos ahí dentro y debatir esto con tranquilidad.
-Joder -masculló. Al final iba a tener razón y todo-. Segunda cosa. Estuvo activo hace como... 20 años o así. Después desapareció y ahora está rondando de nuevo. ¿Puede ser que le... encerrasen de alguna manera y ahora haya salido de nuevo? ¿Es eso lo que quieres hacer?
Y no, todavía no le dejó pasar.
-Sí, sí, sí -dice Ahmel, impaciente-. Un hawia, un contenedor. Alguien lo rompería. ¿Podemos pasar ya? Esta conversación sería mucho más productiva junto al calor del hogar, creo.
-Última pregunta y puedes pasar -y hubiese mentido vilmente diciendo que no estaba disfrutando aquello, además de que el tipo parecía mucho más conciso expuesto al frío-. Para los que están vinculados a él. ¿Habría alguna forma de regresarlos?
Motivo: Budú porque lo dice el master
Tirada: 1d100
Dificultad: 140+
Resultado: 38 (Fracaso)
138
-...
Estaba allí, delante de sus ojos: un pequeño haz de esperanza y cordura. Ya no le escuchaba ni le necesitaba, o eso quería pensar. Había estado haciendo esfuerzos por creerle, por comprender su lógica y sus argumentos en vano, incluso dispuesta a aceptar que si hacía falta sacrificar a gente, se haría. Pero allí, en aquel simple detalle, se encontraba el siguiente hilo del que tirar, probando errónea del todo su teoría.
-Círculo. El ritual del círculo cerrado.
Miró a Will con aquella llama incandescente en la mirada, sonriendo de la sorpresa, y acto seguido se levantó para recuperar su libro del leñero -otra de las muchas extrañeces de la hedense-. El corazón le latía con fuerza, desbordada por un entusiasmo más propio de un niño descubriendo un gran secreto. El círculo. Aquel extraño había mencionado el círculo y tenía la corazonada de que en su libro había más al respecto. Podía sacarles de allí.
-Eres increíble -le dijo a Ahmel, regresando a la mesa y volando sobre las páginas de su libro-. Increíblemente arrogante, tanto que has cometido un error garrafal en una sencilla traducción y con eso lo estás liando todo. No es Hringer, ¡esa runa es Hringr! Y esas rayitas que tan convenientemente has ignorado señalan al nombre; 'dentro de'. -Bufó, casi riéndose en un estallido de emoción. Necesitaba algo tangible, algo con lo que proseguir, y tenía la corazonada de que allí estaba la respuesta, entre sus páginas-. Arkes antiguo. Al parecer demasiado complejo para ti. Pero gracias, ¿eh?. No creo que lo hubiese visto si no fueses tan insistente. Ahora, como imagino que vas a empezar a gritar y a insultarme y a decirme que me equivoco, como hombre arrogante que eres, me haces el favor y lo haces desde el otro lado de la puerta, que tengo que salvar a esta gente y tu voz e impertinencia me irritan. Gracias.
Y cerró la frase chascando los dedos y señalando la puerta, aunque esperaba claramente que Ahmel replicase porque qué era él sin abrir su bocaza.
-¿Qué? ¡Dame eso! -Ahmel coge el libro, visiblemente alterado-. Espera, no. No me he equivocado. Eso es una marca decorativa, al igual que en muchos tex... ¡Eh!
Will acaba de cogerle del cuello de la camisa, y le arrastra hasta la puerta con sorprendente facilidad.
-Como dicen en Gabriel, au revoir.