Partida Rol por web

Saga asintió sin saber muy bien por qué y abrió su libro mientras hablaba.

-Hay un ritual que se repite en muchas historias Nórdicas y que aparece mencionado en el libro de Ahmel -Aprovechó para lanzarle una mirada significativa, por si tenía intención de interrumpir-. El Ritual del Círculo Cerrado.

Extendió el libro hacia ellos, para que pudiesen ver la imagen:

- Todo comienza con un enemigo, un obstáculo, una fuerza oscura que impide a los 'protagonistas' éxito en su campaña o su propósito. Y alrededor de esta fuerza hay 10 personas o elementos, cada cual encarnan un rol definido que se repite en muchas historias como el Sabio o el Niño, el Místico, el Héroe. Y todo lo que hagan afecta directamente al resultado de la historia.

"Creo que para nadie debe resultarle una sorpresa a estas alturas que 10 extraños, ahora 9 tras la desaparición de Hadar, hayan coincidido casualmente en un lugar tan remoto como este, en medio de la nada, donde casualmente se ha desatado la presencia de esta criatura. Pero el círculo siempre encuentra la forma de completarse y dado que Will llegó después de que Hadar muriese, el círculo encontró un sustituto. Dag.

La razón por la que sé que es Dag es el tipo ese que se encontró a las afueras. Este hombre parecía saber lo que estaba pasando y le dijo, Will, si tienes a bien repetirlo."

 "El círculo está incompleto. Pero se cerrará con amanecer.

Sin saberlo aún, él será el desencadenante. Aunque tenga que morir para ello."

"Amanecer, en Arkes antiguo se traduce como Dagan, diminutivo de Dag. En aquel entonces no sabía a qué se refería, pero ahora sí lo sé. Ahora bien. La forma en la que el Ritual funciona es muy simple: rodeamos a la bestia y esta se vería incapaz de luchar. El único problema es que cada uno debe estar en la posición adecuada. Para ello he estado traduciendo los conceptos e intentando ver dónde encaja cada uno. Hay algunos que me parecen obvios y otros que... Necesito vuestra ayuda."

La hedense abrió su cuaderno con notas:

Thorir echó un vistazo al cuaderno de Saga detenidamente, analizando cada rol y evaluando si era el acertado según su criterio, cuando terminó miró a los ojos a Saga.

-Bueno, según mi punto de vista Drunfo es el "kvikr", por lo que se de su historia, que además no sabemos de su paradero, Bedelia y yo fuimos en su busca, pero no lo encontramos-   

-Se ha marchado con Resmit y el resto a buscar a Dag. Y supongo que podría encajar, pero tened en cuenta que no es sólo la historia sino el papel que está representando en ella ahora mismo.

-¿Y qué papel estamos representando, eh? -Ingur muestra una sonrisa burlona, divertido ante la situación, mientras señala las notas de Saga-. Mira, si no es él me toca a mí. Y si soy el superviviente en este gracioso teatrillo que estamos montando, creo yo que estoy haciendo un trabajo bastante penoso.

Levanta el muñón para recalcar sus palabras.

Will niega con la cabeza, observando las notas con detenimiento.

-No, superviviente no. Creo que hay uno al que hemos dado la vuelta -acerca la hoja hacia sí misma, para poder observarla de cerca-. Mira, este. "Difícil de creer". Quizás no es el rol el que resulta increíble. Quizás está describiendo su personalidad. Que no se cree nada. Cínico, desconfiado.

Mira de nuevo a Ingur.

El norteño suelta una carcajada.

-Joder, pues ese sí que me pega, porque me está costando creerme esta mierda. Aunque no me vendría mal una cuidadora, todo sea dicho.

Le sonríe, enseñando los dientes en una mueca sugerente. Will aparta la mirada, visiblemente asqueada, y algo roja.

Saga le arreó un tortazo en el hombro.

-Céntrate. 

-¡Uf! -el tortazo parece pillar por sorpresa a Ingur, que sin embargo lo encaja con una carcajada-. A sus órdenes, jefa.

Entonces Ahmel se incorpora.

-He tenido suficiente. Francamente, pensaba que esta reunión tenía como objeto una disculpa o rectificación, pero ya estoy comprobando que en lugar de ello el fin es continuar con esta vergonzosa afrenta al sentido común. Puede que esta demente os haya encandilado con sus juegos de palabras, pero os aseguro no tiene ni idea de lo que ocurre. Y no participaré más en ello.

Acto seguido se dispone a marcharse.

-Detente- dijo Thorir imperativo mientras miraba fijamente a los ojos de Ahmel, -Como te muevas vas a tener un problema amigo- dijo esta última palabra con un tono sarcástico pero sin perder la seriedad y la frialdad un instante, -Hay gente aquí que me importa mucho y no dejaré que muera por tus estupideces, así que vuelve aquí y colabora-

-¿Es eso una amenaza?

Saga sacó la daga y la clavó en la mesa, sabiendo que aquel momento estaba por llegar.

-¡Que te sientes! Estoy harta de tus estupideces. Casi mandas a dos personas a morir innecesariamente porque has traducido mal una palabra ¡y eres incapaz de reconocerlo, maldito egocéntrico!. Te necesito para esto y me da igual si estás entero o a medias. O sea que si no quieres que te desolle vivo y te arrastre con cadenas, ¡te sientas de una puta vez y cierras la boca!

Ahmel se queda en blanco. Ingur, por otro lado, estalla en carcajadas. Will sonríe, divertida.

El sureño parece a punto de decir algo. Dos veces abre la boca para responder, y dos veces la vuelve a cerrar. Completamente rojo por la ira, acaba por sentarse de nuevo. Ingur le da una palmada en la espalda, ganándose una mirada asesina.

-Mira el lado bueno: Aún no has agotado su paciencia, por mucho que digan -hace un barrido con la mano, aludiendo a todos los allí presentes-. Porque por mucho que estemos intentando meter a todo el mundo en este jueguecito de "adivina quién", ya te digo que la mitad de la mesa encaja en el perfil de "Bastardo". Y el bastardo -señala a Thorir-, ni siquiera está el primero en la lista. No creo que nadie se quejara si te lleváramos atado e inconsciente, y para mí que serviría de lo mismo.

Bedelia se frotó los ojos en silencio. Notaba un creciente dolor de cabeza pulsando en sus sienes además de un agudo pitido en los oídos. No sabía cuánto tiempo más iba a aguantar sin salir corriendo hacia el bosque otra vez, pero se obligó a respirar profundamente. Estaban perdidos, eran muchos y podían encajar en varios roles. Bedelia únicamente contaba con una pequeña pista para arrojar algo de luz y ni siquiera estaba segura de que fuera el camino correcto. Él sabía qué estaba pasando allí, entonces sabría también que llegado cierto punto se encontrarían en aquella situación. Si todo se resumía a un acto de fe...

-¿Alguno de los presentes es de Togarini? Es importante.

-YO.

La voz del daevar os hace dar un respingo. Os dais cuenta de que, exceptuando el día en el que se presentó, apenas le habéis oído hablar.

Bedelia se giró hacia el hombre. Curioso...

-Add, ¿qué piensas de todo ésto?

Aad se encoge de hombros.

¿Una pregunta demasiado general?

Le sonrió, intentando con todo su autocontrol mantener la calma. Se acercó hasta él y, agarrándole del brazo suavemente pero con la suficiente lentitud para que Add rehusara de sentirse incómodo ante su contacto, le acercó hasta las notas de Saga.

-¿Qué rol crees que debemos ocupar cada uno?

-SEÑORITA, LE PEDIRÍA POR FAVOR ALGO MENOS DE CONTACTO, QUE NO LA CONOZCO.

-Por supuesto.

Bedelia le soltó, y en vez de eso llevó las notas hasta él manteniendo cierta distancia para respetar su espacio personal. Iba a ser complicado sacar información de ahí. ¿Él lo sabría? De repente sintió muchísimas ganas de reír, unas ganas casi demenciales. No podía tener las respuestas tan cerca y, aún así, todavía tener problemas para conseguirlas.

-¿Podrías ayudarnos a saber quién va dónde?