Partida Rol por web

Joder, qué frío hace afuera.

Te replanteas el volver a entrar dentro de la casa de Einar. Puede que la tarde pinte un poco aburrida, pero al menos tienes un fuego, y no te cae nieve constantemente sobre la cara. El cielo parece completamente cubierto por una capa de nubes, y aunque todavía deben de quedar algunas horas para el anochecer, la poca luz que hay es tenue y oscura. No es el típico día que uno elegiría para dar un paseo.

Por otro lado... ¡Al diablo! ¿Ya estás fuera, no? Y no estás herido, como Saga, ni tampoco enfermo, como Add. La noche anterior te llevaste a un lobo por delante, y ya ni sientes las heridas. Un joven como tú debería aprovechar sus años de vigor para moverse y aprovechar el tiempo, y bien poco vas a aprovecharlo metido en esa cabaña, adormilado junto al fuego como los abuelos.

Miras a tu alrededor. Hay algunas personas que todavía están fuera, realizando sus labores diarias, aunque la mayoría ya están regresando a sus hogares. Sin embargo, todavía podrías empezar una conversación con alguno de los rezagados. ¿O mejor dar un paseo por el pueblo, para caminar un poco? Quién sabe, puede que estirar las piernas no te venga mal. Quizás incluso por las afueras hay algo reseñable, alguna cascada bonita o algo. Probablemente haya un río cerca de Sultünge, la gente suele asentarse al lado de los ríos. "¿Qué me apetece hacer?", te preguntas...

El frío no iba a amedrentar a un hombre fuerte como yo, sin embargo tampoco hay que ser estúpido, no me interesa estar al descubierto en exceso, ya llevo bastante tiempo al a intemperie. No obstante: 

Los bandidos me preocupan, al menos mientras yo esté en este pueblo

Así que mientras observo a los habitantes que aún merodean por el pueblo analizando con cual podría hablar primero, me fijo en las defensas del pueblo, por si se llevase a cabo un ataque en la noche. Más tarde podría visitar al tal Ahmel Bal’Karim, para saber por que está aquí, además que siento curiosidad por los "hombres quemados" y Aad no ha querido venir para saciar mi curiosidad.

Es seguro que la mayor parte del pueblo se encuentre en la fiesta, dentro de la cabaña, si atacaran en la noche seríamos un blanco fácil.

Tras recorrer durante unos minutos la extensión del pueblo, llegas a la conclusión de que, si en algún momento se planteó algún plan de defensa contra posibles atacantes a la hora de fundarlo, debió de haberse olvidado ya hace mucho. Aunque Sultünge goza de cierta ventaja natural debido al terreno, ya que los árboles ofrecen cobertura y ocultan parcialmente la ubicación del pueblo, esta ventaja se pierde por completo ante un enemigo que decida usarla también a su favor, siendo los mismos árboles que podrían servir como cobertura natural a los defensores los escondrijos perfectos para un grupo de asaltantes que busque un ataque sorpresa. El perímetro del pueblo es completamente imaginario, y no hay nada parecido a una muralla, ni siquiera una mísera empalizada: Las diez o quince casas que están repartidas por la zona no parecen seguir ninguna distribución ordenada, y la distancia entre ellas es tan variable como sus formas y tamaños. En lo que vendría a ser el centro el pueblo, punto delimitado únicamente por la propia mente del observador al trazar un círculo que englobe todas las casas, se puede intuir, si se le echa imaginación, una explanada más o menos abierta y desbrozada que probablemente sirva como lugar para las asambleas del thing. Un lugar abierto, imposible de mantener frente a una horda de invasores, que podrían elegir la dirección que prefiriesen para atacar.

La única posibilidad, a decir verdad, que se te ocurre de cara a un atrincheramiento es la casa del propio Einar, que al ser la más grande podría llegar a servir como refugio para gran parte de los habitantes de Sultünge, y que podría ser defendida con más o menos facilidad, hasta que derribasen las puertas. El resto del pueblo es una causa perdida: Las casas están pensadas para proteger contra el frío y las bestias, pero no contra los hombres. Es probable que esta gente lleve muchas décadas sin recibir ningún ataque enemigo, y esto ha hecho que se vuelvan confiadas, algo que no suele verse mucho en una tierra tan conflictiva como Goldar. Diablos, hasta parece que guardan todas sus reservas, comunes, en un mismo granero, solitario y, por tanto, vulnerable. Si los bandidos que atacaron a Saga llegaran a la aldea esa misma noche, bien poco se podría hacer para detenerles. Excepto luchar en campo abierto, claro.

Quizás hay algo que se te escapa. Quién sabe, puede que Einar sí que haya pensado en todas esas cosas, y tenga algún as en la manga que no parece obvio a primera vista. Tú, desde luego, no lo ves.

La gente de Sultünge, o al menos, los que todavía siguen fuera, parecen algo atareados, probablemente buscando acabar sus quehaceres pronto para que les dé tiempo a asistir a la reunión de esa noche. Hay un hombre que parece cargar con un saco de grano, en dirección al edificio donde la comunidad guarda sus reservas de alimentos. Otros dos hombres charlan animados, cerca del límite del pueblo, mientras revisan sus utensilios de caza, tras una jornada en el bosque que, teniendo en cuenta que tienen las manos vacías, no parece haber sido demasiado fructífera. Por último, un pequeño grupillo de niños corre entre los árboles, quizás participando en alguno de los juegos típicos de esas edades, e ignorando por completo la nieve que cae sobre ellos y el frío que parece decirles "ya es hora de volver a casa". Además, hay varias casas de las que ya sale humo por la chimenea, señal inequívoca de que hay gente dentro, que a diferencia de sus vecinos más rezagados, habrán acabado el trabajo y estarán resguardándose del frío en familia.

Perplejo y con los ojos abiertos como platos por la sorpresa, observo a mi alrededor la escasa previsión contra un ataque y las pocas medidas defensivas que protegen el pueblo.

Es increible ¿¿¡¡¡¡ Es que este pueblo está tan bien escondidos que ni las ratas lo encuentran !!!!?? En mi tierra habría caído en cuestión de días y sin embargo la gente de aquí está muy tranquila. Además su Jarl no tiene pensado tomar medidas contra los bandidos. Si atacasen esta noche estaríamos encerrados, podrían quedarse los suministros de todo el invierno y lo único que haríamos es defender la casa de Einar por un tiempo, eso si no la queman con nosotros dentro... No pienso permanecer aquí más de lo necesario.

Es entonces cuando mira al hombre con el saco a la espalda, se dirige a un edificio bastante destacable - así que ese es el granero, parece que no tiene ninguna seguridad.

Después centra su atención en los dos hombres que charlan. - Puede que tengan algo interesante que decirme. - Me dirijo hacia ellos.

Hola - digo alzando la mano saludando cuando aún estoy a unos metros para llamar su atención - ¿No ha habido suerte con la caza? No os preocupéís, no siempre puede salir bien -  Me paro delante suya. -Soy Resmit Cruik, del clan Solvgilftanden, ¿que ha pasado en la caza? Se os ve discutir muy enérgicos.

Los dos hombres te devuelven el saludo, de forma amistosa. El más musculoso de los dos suelta una breve carcajada.

-Para nada, amigo. Quizás seamos algo efusivos, pero no discutíamos. Le estaba contando a Halki una vieja anécdota de campo.

-Exagerada, por supuesto. Miente más que habla. Y, respondiendo a tu pregunta, el invierno está aquí ya. Los animales son más cuidadosos, y la caza es más escasa. La mitad de los días volvemos con las manos vacías.

Deja a un lado las flechas que estaba afilando y te repasa de arriba a abajo, con curiosidad.

-Sois uno de los viajeros que han llegado hoy -Dice, recalcando lo obvio-. ¿Qué motivos os traen por estas tierras?

Bueno, he de decir que me sorprende mucho el que halla tantos viajeros aquí, por lo que ha dicho el jarl es algo raro. No conozco a ninguno de los demás visitantes, pero parecen interesantes.  Yo llegue aquí persiguiendo una banda de asesinos que se identifican por el estandarte de una calavera y capas carmesís. Para mi sorpresa, una de las viajeras fue atacada por el camino, y por lo que parece fue por otro grupo de maleantes. - me encojo de hombros para mostrar indiferencia -No quiero que penséis que estoy criticándoos, pero este pueblo tiene unas defensas bastante pésimas, según parece no os han atacado en años, pero ¿no os preocupa que dos grupos de bandidos anden cerca? ¿Tanta influencia tiene el clan Baldisung en esta zona como para que los bandidos teman atacaros? - pregunto mientras miro a Halki a los ojos.

El rubio ensancha su sonrisa.

-No es ofensa ninguna, a menos que tú mismo estés pensando en atacarnos. Los bandidos no nos asustan, y no tiene nada que ver con el clan Baldisung. Sultünge no sale en muchos mapas, y la mitad no llegarán nunca a encontrarlo. Y la otra mitad...

Dirige una mirada a su lanza, y sonríe.

-... Bueno, digamos que nosotros somos la única defensa que necesita esté pueblo.

-Y digamos también que Thaldein, hijo de Ogmi, confía demasiado en sus propias habilidades.

El moreno te mira.

-No te falta razón, Resmit Kruik. Somos vulnerables. Pero Einar es un hombre confiado, y el resto de hombres que le siguen tampoco andan faltos de optimismo. Y hasta ahora, quizás por pura suerte, no hemos recibido ningún ataque. Sultünge está muy mal situado, y no andamos sobrados de riquezas. Supongo que muchos bandidos pensarán que no merece la pena la caminata hasta aquí por tan poco botín.

Jajaja - Mientras miro a Thaldein observando su lanza - Estoy más que seguro de los espantarías con tan solo enseñar la punta de tu lanza.  Pero creo que eso no sería suficiente, si decidieran atacar esta noche, se acerca el invierno, y tenéis bastantes suministros para el pueblo supongo. Los guardareis en el granero, - señalo el edificio al que se dirigía el hombre del saco - pero por lo que he visto no hay vigilancia, y esta noche el pueblo se concentrará en la casa de Einar, por lo que habrá aún menos vigilantes. En mi pueblo extremaríamos las precauciones. Además el viajero Hadar mencionó ver un cadáver a la que se acercaba al pueblo. No sería alguien del pueblo ¿verdad? - digo en tono sarcástico, como si fuera una broma.

No quisiera ser pájaro de mal agüero, pero si algo malo sucediera, ¿podrían venir refuerzos de algún pueblo cercano del clan Baldisung mientras defendemos la casa? Además me vendría bien saber cual es el pueblo más cercano para poder obtener información de los bandidos que busco, ya que aquí parece que no saben mucho.

Thaldein hace un gesto con la mano, desestimando tus comentarios con actitud despreocupada.

-Tu pueblo es tu pueblo, y el nuestro es el nuestro. No somos jóvenes imberbes fruto del verano, te lo puedo asegurar. Estas tierras no perdonan, y estamos cerca de Miürenheim. No digo que seamos perfectos, pero sabemos cuidarnos y prepararnos para el frío.

Halki, sin embargo, parece dedicarle unos segundos de más a reflexionar tus palabras.

-Haces muchas preguntas, Resmit –Dice, al final-. ¿A qué viene tanto interés por nuestro bienestar? –Sin esperar respuesta, alude a uno de los comentarios que realizaste previamente-. Hablas de un cadáver. ¿Dónde lo encontró ese tal Hadar? Supongo que es otro viajero, como tú. ¿Me equivoco?

La sonrisa de Resmit se encoje mientras Thaldein habla.

Quizá no seáis imberbes, pero no creo que hayáis tenido que defender este pueblo en ninguna ocasión, no creo que sepáis lo que supone un combate en vuestro propio pueblo... Pero si confiáis en el Jarl, espero que tome medidas y que lo que halla sucedido es que no quiera dar explicaciones a un extranjero como yo.

Miürenheim eeeehh...

-¿Y en que dirección se encuentra Miürenheim? Es posible que sea mi siguiente destino.

Cuando Halki hace su intervención atrae la vista de Resmit, que aun así lo observa de reojo.

-No es que me preocupe especialmente vuestro bienestar, - Entorna de nuevo su sonrisa - pero mientras este en el pueblo prefiero estar seguro y viendo los defensas de las que disponéis... espero que vuestro jarl tenga un plan, ya que tanto confiáis en él. Si yo estuviera en el bosque puedo moverme, ocultarme y soy pequeño a comparación de un pueblo que por muy oculto que esté siempre permanece en el mismo lugar y tiene recursos para el invierno que lo hacen más atractivo para un saqueo. Ojala me equivoque, pero según sé, es muy probable que dos grupos de bandidos merodeen por la zona, y eso son muchas hachas. Además como ya te he dicho se encontró un cadáver cerca de aquí; Hadar como has dicho es otro viajero, pero no supo de que murió, tenía pensado ir mañana. Hadar se encuentra en la casa del jarl, -la señala por encima del hombro - si deseáis hablar con él allí se encuentra. Aun que si deseáis ir a investigar mi espíritu aventuro me pide ir con vosotros.

Los dos norteños sueltan una carcajada cuando mencionas Miürenheim como tu próximo destino.

-¿La cordillera? Suerte, amigo -Responde Thaldein, de buen humor-. Es un sitio maldito. Pero mira el lado positivo, te llevará un tiempo recorrértela. Al menos te mantendrás entretenido.

Halki se incorpora.

-Agradecemos tus consejos, Resmit, y los tendremos en cuenta. Respecto al cadáver, puede ser cualquiera. Y los bandidos... Bueno, nunca viene mal que alguien, aunque sea un forastero, se preocupe de más. Aquí nos sobra la confianza, como he dicho antes. Además, un par de manos nunca vienen mal. Espero que, a pesar de tus preocupaciones, encuentres cierto reposo en nuestra tierra.

Se despide con un apretón de manos.

-Voy a ver a mi mujer, si no os importa. Debe de estar preocupada por mí.

-Las mujeres están sobrevaloradas -Thaldein ensancha su sonrisa-. Si no te importa, yo me quedaré aquí un rato más. Este cuchillo no se afila solo. Mi mujer puede esperar un poco.

 Jajaja, valla veo que no conozco esta zona tanto como me gustaría, en realidad me refería al pueblo  más cercano, no estoy tan loco como para aventurarme en plena montaña con este tiempo jejeje.

Acepto el apretón de mano de Halki y mientras sostengo su mano:

- Espero tomar una cervezas con vosotros esta noche en la fiesta.

Mientras veo como se aleja el cazador me giro a Thaldein.

Bueno Thaldein, entonces ¿Cual es el pueblo más cercano donde pueda averiguar algo de los bandidos que busco?

Thaldein responde sin dudar, mientras sigue afilando su cuchillo.

-Lagerat. Aunque te pilla a un par de días de camino...

Mientras le escuchas, no puedes evitar advertir como un hombre intercepta a Halki, cuando este está a mitad de camino, y empieza a hablarle en tono bajo. Aún así, puedes discernir algunas palabras: "Amenazas", "Esta noche" y "Eskol".

- Bueno, igualmente aun pasaré aquí unos días, necesito ver un sitio amigable y estar con algo de gente, llevo unas semanas solo y algo de compañía me vendría bien. -  Al oír las palabras giro la cabeza y observo al hombre que para a Halki con curiosidad y la reacción de éste, sin importarme Thaldein y su reacción. 

- ¿Quien es ese? - pregunto a Thaldein, pero intentando que solo me oiga él.

-Renmo. Uno de los guerreros de la aldea.

Halki y Renmo ya están andando en dirección a la cabaña de Einar cuando Thaldein termina de responder.

-Si has venido en busca de compañía, has llegado al lugar idóneo -Dice Thaldein, de buen humor, sin dar más importancia al cambio de rumbo de Halki-. Aquí no suelen venir viajeros, así que cuando alguno se deja caer por estos lares es toda una novedad. Esta noche correrá la cerveza.