Partida Rol por web

-¿Algo como qué, Ashe? ¿Ir sola por el bosque y morir antes de llegar? 

Bedelia corrió hacia Ahmel y deslizó los últimos metros hasta él.

-Lo siento, pero necesito tu ayuda-le agarró los hombros, tal vez con demasiada fuerza-Dices que conoces rituales. ¿Qué rituales?

-¿Ese es vuestro plan, no? Ir al bosque, probar suerte. Te basas en leyendas e historias antiguas, y puede que tengas razón. Puede que no. Y si vosotros falláis, entonces seré su última esperanza.

Ahmel se gira y fulmina a Bedelia con la mirada.

-¿Y qué importa? Lo he explicado una y otra vez, y habéis decidido hacer caso a la charlatana. ¿Es que acaso deseas añadir más insultos a esta humillante situación a la que me veo sometido?

-A mi no me has explicado nada. Yo no estaba cuando has hablado.

-Si nosotros fallamos tenemos como, -se quedo bloqueada un segundo tratando hacer cuentas que no servían para nada- ocho guerreros armados y te juro que daré mi vida por traértelo aunque tenga que dejar atrás al resto del mundo. Pero ahora no podemos tener la mente en otras cosas y tu cabezonería sólo nos está retrasando.

-¡Pues pregunta a tu amiga! Me vi forzado a explicárselo durante una hora, y solo se le ocurrió inventarse nuevas estupideces.

-¿Mi cabezonería? ¡¿Mi cabezonería?!

Ashe da un pisotón en el suelo.

-Mírame a los ojos y dime que lo de los caballos no es una pobre excusa.

-¿Sabes cómo revertir la maldición? ¿¡Lo sabes!?

La presión sobre los hombros de Ahmel se incrementó, y aunque no quería hacerle daño conscientemente ya no tenía paciencia que perder. No tenía nada, en realidad.

Ahmel se gira, ignorando a Bedelia.

-Basta. Podéis obligarme a ir con vosotros, pero no a humillarme más.

-¡No lo es! ¡Les necesito a ellos y ya me estoy llevando tres guerreros capaces! ¡¿Y si aparecen los bandidos que andan por ahí qué queda aquí?!

-Ahmel, te lo suplico. Contéstame.

-Más guerreros. Familias, que a estas alturas solo miran por los suyos -suspira-. Mira, seamos realistas: Te llevas una mierda. Thorir está herido, y Will y Bedelia pueden ser diestras, pero la bestia es muy fuerte. Si voy con vosotros, tenéis una espada más, aunque inexperta. Si voy por mi cuenta y dices la verdad con los caballos, seguir vuestro rastro será pan comido. En caso de que falléis, tendré una última oportunidad de salvarle. En caso de que salgáis victoriosos, os encontraré a la vuelta.

Ahmel guarda silencio durante unos segundos. Al final responde.

-Si es el djinn caído original, no se puede revertir, porque nunca fue otra cosa. Si es uno de sus siervos, quizás. Pero sería algo muy experimental.

Saga se pellizcó el puente de la nariz haciendo verdaderos esfuerzos por no llorar. No quería cargar con la vida de Ashe sobre sus espaldas. No quería y no podía y de fondo no dejaba de escuchar a Bedelia y sabía perfectamente lo que andaba buscando. Así que se mordió el labio tan fuerte como pudo, aguantándose las ganas de tirar todo por la borda.

Pero entonces lo escuchó y ya no pudo más.

-¡¡NO SE PUEDE PORQUE NO ES UN DJINN!! -estalló entre lágrimas de pura impotencia, temblando.

Y con las mismas se dio la vuelta a buscar a Ingur.

La sureña cerró los ojos mientras en sus labios se dibujaba una sonrisa inestable. El grito de Saga llegó como un eco lejano.

-¿Y volvería igual que al principio? ¿Como antes de transformarse?

Ahmel sigue a Saga con la mirada hasta que se pierde de vista. Luego te mira, alzando una ceja.

-Como he dicho, no es un área muy estudiada. Me baso en conjeturas y viejos escritos. Aún así, el coste de intentarlo sería alto, más alto que el de controlarla. ¿Para qué llegar a tales extremos por un extraño cualquiera? Aunque confieso me fascina la posibilidad de descubrir nuevos horizontes para la ciencia ocultisma, debemos ser pragmáticos. No creo que podamos permitírnoslo.

-¿Qué tipo de costes?

-Riesgo. Si algo sale mal, la bestia podría quedar libre. O puede que algo peor. A pesar de la desmerecida imagen que se ha querido pintar de mí, no soy un insensato. No habría propuesto el ritual de control si no estuviera seguro de su efectividad. Algo que no puedo asegurar con este.

Saga entra en la sala común. Bedelia se queda hablando con Ahmel, bajando el volumen, mientras que Eskol y Frigda hacen lo propio con Ashe. Desde tu posición no puedes oír ninguna de las tres conversaciones, a menos que te acerques.