Partida Rol por web

Una pequeña vibración remueve el mapa que metiste en tu bolsillo antes de perder el brazo. Te cuesta un poco sacarlo en mitad de la bajada pero lo consigues, cambiando la navaja a tu otro bolsillo. Cuesta un poco mantenerlo abierto pero la pulsación que hasta el momento solo había salido una vez, vuelve a aparecer. Todavía va lenta, calmada.

Apenas habéis comenzado a bajar escucháis las fuertes pisadas de la criatura que da vueltas entusiasmada en el rellano que habéis dejado atrás. Por el momento parece entretenida pero no es seguro que se quede para siempre ahí.

Me detengo apenas unos segundos y echo la mirada hacia atrás. Los pasos de la criatura que mutiló mi cuerpo me hacen estremecer. Vuelvo a centrar mi mirada al frente antes de hablar.

—Tenemos que seguir, creo que estamos yendo por el camino correcto. —Hago una torsión con mi cuerpo sin querer hacia el lado izquierdo y el dolor vuelve a pinchar mi muñón con insistencia. Aprieto la mandíbula y trago con dificultad antes de seguir, intentando que no se me note.— ¿Vais bien? —pregunto al resto de mis compañeros.

-Todo el mundo está un poco loco -digo afectuosamente a Red-, y nadie está tan loco como parece. Lo que te pasó fue un accidente. Uno con terribles consecuencias, pero accidente al fin y al cabo. Ese hombre -señalo la imagen que oculta esa especie de relicario de su pulsera de piedras verdes-... Solo era un hombre. No era un santo, y mucho menos un Dios. Tendría sus cosas buenas, pero seguro que también las tenía malas, porque nadie es perfecto. Si le tenias cariño, si siempre se portó bien contigo, está bien que conserves su memoria. Pero no lo... idealices. Y no te demonices a ti mismo. Eres buena persona. Los accidentes también les pasan a las buenas personas.

Me acerco al cuerpo de Bast, compungido. ¿Debería pedirle disculpas? ¿Debería arrojar mi honda lo más lejos posible, antes de que le otro siroco y se ponga a matar gente a lo loco? 

Es entonces cuando lo veo.

Una carta pegada a su cuerpo, en el hueco del brazo. 

Ni siquiera me había dado cuenta de que faltaba una en el mazo.

Me agacho a recogerla, temblando por lo que voy a encontrar. 

-La Luna... -maldita sea, tampoco sé si es una carta buena o mala, es ambigua, pero está...-... Está bocabajo. Eso suele ser malo. Ojalá estuviera aquí mi hermana con su libro del tarot. No tengo ni idea de qué quiere decir. Si es que quiere decir algo -al menos, es una carta que me deja un poco más de esperanza de no haberme equivocado, y pienso aferrarme a ella-. Supongo que eso significa que El Mago... era la carta que representaba a Lian. 

---------------------------------------------------------------------------------------------------

Los demás parecen conocer mejor que yo como se las gasta el monstruo insectoide, y a la vista de sus fauces y su lengua que parece hecha de la casquería más variada y asquerosa, les creo. Mejor no enfrentarse a él. Erik tiene razón. Bajar las escaleras hacia la oscuridad puede que sea nuestra mejor opción.

Nuestra única opción, en realidad.

El bicho me mira con sus múltiples ojos y un escalofrío de miedo y asco me recorre la espalda. 

-Oh-oh... -deja a Red y centra en mí el foco de su atención: eso era lo que pretendía, pero ahora que lo he conseguido ya no me parece tan buena idea-. Chicas... -digo a Ephi y a Fran-. Deberíamos... -afortunadamente, Ephi escucha las indicaciones de Erik y ambas comienzan a descender de la mano-. Dani... Esa no es la solución... -no puedo hacer nada si decide quedarse ahí: en cierto modo puedo llegar a entenderlo, porque tiene todas las papeletas de ser el siguiente sacrificio, y no puedo ni imaginar cómo me sentiría yo en su lugar.

No me mal entiendas, Ink - digo calmado - No es ningún intento de nada, estoy diciendo que todos me voten pero si el juego no se acaba espero estés dispuesta a matarte por el bien común como yo lo estoy haciendo, me da lastima que estén tan perdidos, solo eso.

Observo a Danilo y le escucho con calma mientras bajamos las escaleras para intentar encontrar el camino de salida. O una puerta. O cualquier cosa que nos dé algo de esperanza.

—Es que el juego no va a acabar cuando tú desaparezcas porque aún queda un espía más entre nosotros —contesto mientras camino junto a Erik y Kiran.

Cuando vió caminando a Kiran con Ink y Erik se le encogió el corazón por el primero, aunque no supo explicar la razón. Tenía la mente un poco más clara. Lo suficiente cómo para saber que había hecho una estupidez al ofrecerle su poder de votar a Ink. Debía de haberlo hecho con Kiran. Ahora mismo era su único referente. Que Ink había cambiado era evidente. Sus actuales certidumbres eran muy convenientes. Que Erik hubiese vuelto de entre los muertos por un ataque de virtud del Raptor era, si no imposible, sí muy poco pausible. Pero Ink había desechado rápidamente aquella idea y lo había defendido. Y como eran incompatible esa defensa con su papel de odiarse lo habían dejado. Observó a Fran, caminando dócilmente a su lado. Realmente había pensado que tenía algún poder pero su mente parecía vacía. Fuese aliada o no, ahora estaba más allá de todo aquello. Había desconfiado de Red por su locura pero la propia Ephi había caído en aquel pozo. Si no se dejaba caer totalmente era por Kiran. Era inocente, el único del que lo sabía seguro junto con ella misma. La gran diferencia era que lo de Kiran se podía demostrar. Lo habían matado. De Danilo no sabía qué opinar, pero cuanto con más certeza lo acusaba Ink más dudas le causaba a Ephi y más claro tenía que defendía a Erik, el otro chico de pelo corto. De hecho recordando las votaciones de Paco no cuadraban, alguien más debía haberlo votado. Ink. Y con la muerte de Bast quizás se había quedado sola. Y el Raptor le había enviado a Erik.

Dos. Dijo en respuesta a Ink, mientras la miraba a ella y a Erik. Pensó en callarse lo que había pensado pero finalmente lo expuso todo. Luego remató Voy a votar a Erik por la muerte de Lian. Y mañana si me levanto viva a ti. Le dijo a Ink. Eso le daría un día más de vida a Kiran. Él era listo y seguro que sabría arreglárselas. Ephi deseaba morir así que también saldría ganando. Tras hablar siguió caminando con Fran, en silencio. Cómo si ahora la votasen todos… Le daba igual, con aquellos recuerdos en la cabeza solo quería dejar de existir.

Y ahí estaba la segunda, la que se había ocultado a la perfección alineándose con los que somos inocentes para pasar desapercibida. La primera jugada le había salido mal y ahora necesitaba seguir sobreviviendo si quería que su bando ganase; es lógico que su postura sea contraria a la de la persona que se posiciona y verbaliza en contra de sus intereses.

Me encojo de hombros dolorida, todo lo que mi brazo amputado me permite. He perdido bastante sangre y la infección llama a mi puerta con insistencia inusual. El Anfitrión y sus secuaces tienen una misión y solo aquellos que quedamos vivos podemos impedir que la consigan. 

Miro de soslayo a Ephi; tanto que supuestamente confiaba en mí y ahora avisa al resto del grupo de que me va a votar, cuando mi acusación directa a Danilo se ha basado en dos testimonios: el mío y el de Kiran. Lo que ambos hemos podido averiguar se complementa y no se contradice. Pero claro, no puede ir en contra de Kiran porque a él lo mataron y sabemos con seguridad que es inocente, pero a mí no me han intentado atacar aún y soy la única ante el resto, además de Fran que parece estar en otro mundo, hacia la que aún se puede intentar crear algo de duda.

—He intentado ser sensata cuando he hablado, he sacrificado lo que ha hecho falta para que podamos salir de aquí el máximo número de nosotros con vida, me he enfrentado a mutantes y uno de ellos ha mutilado mi cuerpo. —Respiro hondo bajando un escalón detrás de otro.— No temo tu voto, Ephi, porque sé que quienes son inocentes saben que yo también lo soy.

Lo sabíamos. La corrigió. El único que sabía seguramente quien o qué era Ink seria Erik. Ephi ya había expuesto lo que tenía que exponer. Dijo al resto que debían decir a quien votaban porqué era su única arma para salir de allí. Si ahora iban a seguir el supuesto nuevo don de Ink de saber con seguridad quien era culpable, sólo señalando y diciendo “ha sido él”, no llegarían lejo.Había salvado a Kiran porqué sabía que era inocente, y porqué sabía que era bueno. Red lo había traído de vuelta y, con eso, se había ganado su gratitud. Siendo dos inocentes seguros, incluso sin ella tendrían posibilidades.

Ya dije que diría a quien votaba. Y que era lógico que estas personas me acusen. Pero por eso no voy a dejar de hacerlo mientras viva.

—Lo dijiste, solo que el orden de factores en este caso sí que altera el producto. Yo ya sospechaba de ti antes de que dijeses que ibas a votar por mí, de hecho, siempre que decía en quién confiaba nunca te nombraba. Es más, si fuera espía del Anfitrión y quisiera ir a por los inocentes hubiese tomado tu ofrecimiento del voto desde el principio, sin embargo, no fue así. —Detengo mis palabras y dejo pasar unos segundos antes de continuar. De nada servía dar vueltas al asunto porque ya estaba todo más que claro.— El tiempo corre en nuestra contra y la suerte está echada. Debemos seguir caminando si queremos salir de esta sala.