Partida Rol por web

La gruta de piedra se extiende y extiende sin parecer tener fin hasta una zona donde la antorcha muestra que para continuar se debe entrar al agua. No hay más camino y hace unos metros que tampoco hay antorchas. El lago es mucho más grande de lo que parecía desde la entrada y el agua está sumamente calmada.

Mierda lo he vuelto a hacer Se dice a sí misma cuando ve que se ha quedado sola. Ephi decide que quiere intentar ser un poco más útil y intenta calmarse y investigar aquel punto de no retorno. Primero dirigió el haz de luz a la orilla, cerca de ella y en las alturas. Luego cogió una piedrecita y la lanzó a las oscuras aguas.* Finalmente y muy poco a poco se internó en aquellas aguas. Su intención no era cruzarlas, si no ver si el agua cubría y les obligaba a dejar las antorchas. Así pués se sentó en la orilla y, si hacía pié, continuaría hacia adelante. En el momento que viera que aquello cubría totalmente o que había peligro, saldría del agua.

La antorcha apenas es capaz de iluminar nada en esas aguas y la piedra se pierde rápidamente de la vista apenas a un metro de la superficie. El inicio del lago tiene orilla, pero a partir de que el agua cubre el tobillo de Ephi, la bajaba es mucho más abrupta, llegandole a mitad del pecho.
Salvo por el ruido del agua y el susto de, repentinamente, sentir que caes... no ha ocurrido nada.

Tras maldecir intentará salir del agua y esperar a los demás. Si se le ha apagado la antorcha retrocederá por el camino a recoger otra y esperará al resto.

Y ya que está, empezará a investigar un poco la orilla.

El ruido desde la entrada de la cueva te llega un poco ahogado pero parece que alguien también esta teniendo problemas con el agua, ya que escuchas una salpicadura o similar.
Mientras te acercas a la orilla, algo te roza el tobillo, por lo que sales rápidamente del agua, justo a tiempo para ver algo oscuro y parecido a tela escondiendose, o quizás hundiéndose, en el borde hacia la zona profunda del lago.

Ephi nota como se le eriza el vello tras notar cómo algo la toca, aunque por suerte se hunde en las profundidades sin llevarsela a ella. Aún sin reponerse corre hacia el ruido que ha escuchado a la entrada de la cueva.

Mientras corres de vuelta a la zona de entrada, escuchas la voz de Erik cantar lo que parece una nana.