Partida Rol por web

La princesa solo se encoge de hombros a las dudas de Kiran, sin realmente saber nada sobre la pelea como para asegurar que no pasará nada pero tampoco para temer que ocurra. 

-Nosotras podriamos contra él... probablemente -Se queja la orgullosa princesa aunque duda un poco de sus palabras y se queda mirando a Duke, ligeramente apenada al mencionar que van a irse pero igualmente suspira y se mete al agua de cabeza, volviendo a asomarla.

-¿Vamos? -Pregunta, haciendo un gesto, con su sonrisa emocionada de regreso.

Ladeo la cabeza cuando al princesa dice que ellas podrían contra Láquesis. No lo tengo nada claro, aunque quizás por eso Burnell ha decidido combatirle aquí precisamente. Las sirenas hablan de él como "Fuego", así que siguiendo esa lógica, aquí estaría en desventaja. Tengo más preguntas que respuestas, y por eso siento que echar una ojeada para saber qué está pasando es el movimiento correcto en este momento.

Asiento a Perla cuando pregunta si vamos y miro a los demás.

—Volveremos pronto.

Me ajusto las tekko-kagi a las muñecas mientras voy desciendo en el agua. Finalmente cojo todo el aire que puedo en los pulmones y sumerjo la cabeza.

Enarco las cejas hacia Duke ante esa mención de que las sirenas podrían contra Láquesis. Diría que está pensando lo mismo que yo.

Si no fuera porque el Djin ha dejado claro que no quiere "perder a un hermano" para liberar a todas las almas atrapadas en aquel sitio (al parecer, y tras las palabras de la princesa Perla, no todas ellas humanas), sería algo digno de sopesarse el organizar un posible... ejército subacuático de bellas mujeres con cola de pez. Sin embargo, no termino de creer que sean lo bastante poderosas. La fuerza que hace subsistir aquel lugar parece provenir de entidades más allá del alcance de cualquier otra criatura viviente, por muy fantástica que sea. Las sirenas también son prisioneras. Si fueron apresadas en su día, es que quien lo hizo era lo bastante poderoso como para someterlas. El tono jovial y desenfadado de la princesa me hace sospechar que es demasiado... optimista. Y quizás un poco imprudente. Casi como una niña entusiasta y curiosa.

A lo mejor nos estamos metiendo en un berengenal del que nos vamos a arrepentir.

Erik asintió a Duke, compartiendo su determinación de no quedarse en la oscuridad. La curiosidad infantil y el entusiasmo de la princesa, a pesar del peligro potencial, eran contagiosos en cierto modo. - Vamos. - dijo Erik a Perla, metiéndose en el agua tras Duke. La sensación fría lo envolvió de nuevo, pero esta vez había un propósito claro, necesitaban ver qué estaba sucediendo, aunque solo fuera para tener una mejor idea de la situación.

Mientras descendía, pensó en las palabras de Kiran y la aparente ingenuidad de la princesa sobre el poder de Láquesis. Tenía la sensación de que se estaban adentrando en algo mucho más peligroso de lo que Perla parecía creer, sin embargo, la necesidad de información y la negativa a quedarse indefensos lo impulsaron a seguir adelante. Tomó una bocanada de aire, preparándose para lo que pudieran encontrar en la superficie.

Ephi quiso gritar que se apuntaba a la pelea pero ni tan solo le salieron las palabras. Quizás era porqué había perdido su guadaña, puede que fuese su propio cuerpo pidiendole tiempo para recuperarse de la casi asfixia o, quizás, por un miedo primal heredado de Aisha para preservarla del horror de su torturador. También podía ser su subconsciente uniendo piezas que no entendía o que no le encajaban sobre las sirenas: que Laquesis las había dejado allí (una) y que podían venver -seguramente- a quien las había dejado allí. Espero que no estemos enviando refuerzos a ese cabrón.

Así pués, Ephi hizo el sacrificio más fuerte que podían pedirle: que esperase. Que confiase su propia seguridad, por una única vez, a sus compañeros. Por ahora.

Si Burnell y Atropos fallan seremos la última defensa. Espero que no suceda pero vale la pena ir pensando en eso. ¿Hay alguna cosa que pueda usar como arma?¿Algún tridente? 

La sonrisa de Perla crece al ver a todos tan entusiasmados pero mira a Ephi muy muy sorprendida al escuchar como se apunta como defensa.
-Ah, pero el fuego viene a por ti, por eso están luchando y por eso estás aquí escondida -Explica antes de sonreir -, eso dijo Burnell, por eso te protegen -Añade, entusiasmada, como si estuviera hablando de algún tipo de conjuro -Os protegen a todos porque el fuego matará todo lo que se haya interpuesto entre él y tú. ¿Subimos? -Repite, poco interesada en seguir ahí dentro

Le devuelvo la sonrisa cuando imita mi gesto, dentro de sus posibilidades, aunque lo hago con cierto corte ya que me siento realmente extraña de que una Princesa me devuelva así el saludo a mí, una simple campesina que vive en una isla. Por si acaso, me aseguro de no contar nada de mi pasado ni del trabajo que tenía mi padre como pescador antes de perder la vida en el mar, por aquello de que pueda significar una ofensa para ella...

Me pongo nerviosa cuando la conversación con la Princesa deriva en el hecho de acompañarla para ver lo que está ocurriendo. Mi corazón comienza a palpitar rápidamente, como si de repente hubiese visto la imagen más terrorífica frente a mis ojos; ni el bicho que me arrancó el brazo me dio tanto miedo. Sabía que aquella sensación que embargaba mi cuerpo era irracional, pero no podía evitarlo. Admiro a Erik y a Duke por lanzarse a la aventura y poder superar el obstáculo que a mí me deja petrificada.

Observo las dudas en los ojos de Kiran y me inclino a él con una sonrisa tranquilizadora en mis labios; aunque por dentro siga nerviosa, no quiero que lo note.

—Estaremos bien, Kiran. Nos protegeremos mutuamente —digo, mirando a Ephi—. Subid. —Saco mi daga y me preparo por si algo malo ocurriese y tuviésemos que ser la última línea o, bueno, yo tuviese que ser la última línea, porque como dice la Princesa, el fuego va a por Ephi.

Erik escuchó la conversación entre Perla y Ephi con atención. La mención de Láquesis y el hecho de que el "fuego" viniera directamente por Ephi añadieron una urgencia aún mayor a la situación. La disposición de Ephi a luchar, a pesar de su estado, era admirable.

La insistencia de Perla en subir y su aparente despreocupación por el peligro lo hicieron fruncir el ceño ligeramente. Su entusiasmo aventurero contrastaba fuertemente con la gravedad de la amenaza que se cernía sobre ellos.

Ante la pregunta de Perla de si subían, Erik asintió con determinación. - Vamos. - dijo, mirando a Duke y luego a la princesa. - Tenemos que ver a qué nos enfrentamos. - Aunque compartía la preocupación de Kiran, sentía que la inacción no era una opción.

Se giró hacia Ink y Ephi, ofreciéndoles una sonrisa que esperaba pareciera tranquilizadora, aunque en su interior la incertidumbre era palpable. - Tened cuidado aquí abajo. - les dijo con un tono de voz suave pero serio. - Volveremos tan pronto resolvamos la situación. - En realidad, la idea de no volver era una posibilidad latente en su mente, pero no quería añadir más angustia a la que ya sentían sus amigas.

Con una última mirada a sus compañeras, Erik siguió a Perla y Duke hacia la entrada, la sensación de peligro inminente pesando sobre él. La imagen de Átropos y Burnell luchando contra Láquesis lo impulsaba a subir, con la esperanza de que pudieran ofrecer algún tipo de ayuda, aunque fuera mínima.

Con una sonrisa animada, Perla hace un gesto a las chicas, deja que los tres acompañantes tomen aire y tira de ellos, remolcándolos hacia la superficie mientras una sirena, la que bailaba en círculos con la princesa, entra en la cueva para hacer compañía a quienes se han quedado atrás.

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La sirena no sale del agua, solo asoma la cabeza para miraros, claramente preocupada, mientras las demás se organizan para cubrir de nuevo la entrada, sin dejar pasar a nadie.
-¿Estáis bien? -Pregunta de forma suave, mirando que no tengais heridas -¿Te encuentras mejor? -Añade, mirando a Ephi, que es a la que ha visto casi ahogarse y suspira -Soy Afaë, la guardiana principal de la princesa -Explica, sin saber el nombre de las chicas, aunque sonrie cuando se presentan.
-Estarán bien, saldremos a protegerlos si ocurre algo -Promete, apoyandose en la roca, para tranquilizar a ambas.

Ephi asintió a las palabras de Ink, sobre protegerse mutuamente, y le apretó afablemente las manos con las suyas durante un momento. Su interior seguía hirviendo de ansiedad así que cuando Afaë apareció le respondió rápidamente que, con un arma en las manos, como un tridente o una lanza, se sentiría mucho mejor. Luego se presentó, para no parecer maleducada. Necesitaba un arma casi tanto como respirar, fuese por el efecto placebo o por mero instinto de supervivencia.

Todos marchan y Ephi y yo nos quedamos en la caverna. Le devuelvo su apretón de manos con cariño intentando mostrarme tranquila, aunque por dentro tenga a la ansiedad ganándome la batalla.

El agua frente a nosotras se mueve y una nueva sirena emerge para asegurarse de que estemos bien. Asiento lentamente y esbozo una pequeña sonrisa.

—Por favor, cuidad de ellos; y si necesitáis a más gente, podéis contad conmigo.

No me gustaba la idea de ir a las profundidades porque mi mente lo único que me repetía era que iba a morir ahogada aunque no fuese verdad, pero aún me gustaba menos la idea de perder a más gente.

Las vibraciones que llegan por la roca son algo más bruscas repentinamente, como si hubiera habido algún golpe y, unos sgundos después, las sirenas se muestran inquietas, siendo Afaë la más evidente por estar delande vuestro. Mira al agua, preocupada y se vuelve a vosotras, sopesando si decir o no lo que ha pasado.

-La princesa ha salido del agua, tambien dos de vuestros amigos -Explica cuando alguna itra sirena le susurra algo -No podemos ver lo que pasa...

Automáticamente me pongo en pie preocupada, soltando las manos de Ephi.

—¿Cómo? —Intento acomodar las posibilidades de lo que ha ocurrido en mi mente, aunque estoy tan nerviosa que no puedo concentrarme. Me giro a Ephi y le miro con preocupación a los ojos—. No podemos dejar que les pase nada. No puedo dejar que les pase nada —digo de nuevo en primera persona—. ¿Me podéis llevar donde están? Si puedo ayudar, quiero hacerlo. No podemos dejar que llegue a Ephi.

La sirena parece claramente inquieta a la pregunta sobre sacar a cualquiera de las dos a la superficie. Posiblemente duda entre lo que la princesa ha ordenado y lo que le dicta su propia conciencia y lo que claramente sería mejor, que es subir para ayudar. Tras unos instantes, mira a las otras sirenas, que están empezando a perder la formación.
-Vale, vamos. ¿Tú vienes? -Pregunta a Ephi -, dejaré compañeras para protegerte si prefieres quedarte aquí -Asegura, mirandola firmemente.

Con miedo, porque por mucho que gane mi necesidad de ayudar ante el temor, esa sensación sigue adueñándose de mí, me meto en el agua con cuidado de no mirar hacia el fondo. Miro a Ephi e intento infundirle tranquilidad con una leve sonrisa, aunque sinceramente, esa tranquilidad no me la creo ni yo misma.

—Estoy lista —digo antes de esperar su señal para llenar mis pulmones de aire y cerrar los ojos con fuerza.

Una pequeña vibración se expande por el interior del agua, que se remueve. Todo el grupo de sirenas, sin esperar más, se lanzan a la superficie, siendo la más joven la que se queda en la cueva con Ephi mientras Afaë tira de Ink al exterior.

Ephi no puede más ante las novedades y responde a la sirena que le pregunta Llévame con los demás. Si van a morir por mi moriré con ellos. Y si Laquesis vence a Burnell y Átropos no habrá lugar seguro. Te cojo prestado esto Dijo a una de las sirenas mientras le cogía el tridente. Preparada. Vamos

La sirena que estaba contigo mira el tridente un tanto confundida, mirando alrededor sin saber qué es.
-No es nuestro, quizás alguien bajó aquí y lo dejó -Supone encogiendose de hombros y hace un gesto para que te metas al agua, dispuesta a llevarte.