Partida Rol por web

La sirena se mueve tranquilamente nadando hacia la parte inferior del lago, haciendote un gesto, señalando algo en mitad de la oscuridad.
-A tu amiga la han llevado directamente a la cueva para que no lo pase mal, ¿quieres ir o prefieres ver a la princesa? -Pregunta, entusiasmada -, donde la princesa podrás respirar -Añade, aunque no parece del todo segura.
-Me llamo Raïa, por cierto, ¿cuál es tu nombre?.. Oh, claro perdona -Dice, tras unos segundos, riéndose ella sola.

Mis cejas se arquean cuando escucho que a mi amiga la han llevado a otra parte. Durante unos segundos me preocupo, pero entiendo que Ink estaba más asustada de lo que parecía y han tenido que llevarla a un sitio donde se sintiera segura. Se me escapa una burbuja de aire cuando Raïa me pregunta por mi nombre. Intento no quedarme sin oxígeno y le indico que me lleve hacia donde la princesa señalando con el dedo.

La sirena asiente, entusiasmada y comienza a descender, pero notas que la velocidad baja y se escucha su risa.
-Vaya -Dice, divertida, mirando a la que parece ser la princesa, casi besando a Burnell -Vamos a la cueva a que cojas aire y volvemos -Sugiere, guiñándote un ojo y te arrastra hacia allí.

Ambas sirenas os arrastran hacia el interior del lago como si no fuera una carga extra vuestro pesado cuerpo terrestre. Una de ellas, la que lleva a Kiran, os mira.
-Han llevado a vuestra amiga a la cueva, para que no se asuste, ¿preferís ir allí o bajar a ver a la princesa? -Pregunta, señalando hacia delante y hacia el fondo, respectivamente, para daros opción a elegir sin hablar, ya que no podéis.
-En ambos sitios podréis respirar -Asegura la que lleva a Ephi, mirandola un poco inquieta, temiendo que no tenga aire suficiente por su odio al agua.

No le gusta eso de tener que contener el aliento, y por un momento estoy a punto de señalar donde sea, con tal de llegar cuanto antes y poder volver a respirar.

¿Nuestra amiga? ¿Se refiere a Ink? Estaba bastante asustada por tener que meterse en el agua... No todos los días se tenía la oportunidad de conocer a una princesa sirena, pero mi preocupación por Ink es mayor, y se me aprietan las tripas solo de pensar si se encontrará bien. 

Señaló hacía delante, dejándome llevar por las tripas.

La sirena que lleva a Kiran rápidamente cambia de dirección directa a la cueva donde han señalado que está Ink, dejando a Ephi todavía a la espera de su decisión.

Ephi al escuchar que Ink no se encuentra demasiado bien escoge, al igual que Kiran, el ir a ver cómo se encuentra.

Gracias por lo de antes, me hiciste sacar una sonrisa. Le dijo sobre su broma sobre mosquitos y caimanes.

Además, también deseaba pasar más tiempo con Kiran. Ephi se había sentido siempre unida a él, de alguna forma. Siempre había confiado en él y había intentado protegerlo contra todo peligro. Triste paradoja la de no haber podido protegerlo de sí misma. Sabía que lo que sentía por él era muy diferente de lo que había nacido entre Red y Lyra o parecía estar naciendo entre Kiran e Ink. Ephi no creía que pudiese jamás albergar deseo físico por nadie, su padre y sus amigos, así como Laquesi, se habían encargado de ello. Pero había muchas otras maneras de amar.

Voy contigo, seguro que Ink está bien pero mejor asegurémonos.

La sirena, al ver a Ephi ahogandose por intentar hablar debajo del agua, la llega a la zona donde está la princesa, la más cercana y de fácil acceso.

Mientras Perla os lleva hacia la superficie, hablandoos en voz baja para que no solteis el aire, alcanzais a ver cambios se luces en el exterior. Rojos anaranjados y blancos amarillentos, también negros. Fuego, electricidad y sombras luchan en el exterior y, con un fogonazo azulado, pequeñas perlas negras caen al agua, haciendo que Perla se distraiga momentaneamente a recogerlas.
-Hala, parecen Perlas de roca -Dice, entusiasmada, enseñándoos unas gotas que parecen de piedra fundida. Su emoción no decae y sube rápidamente hasta donde podeis tomar aire. Apareceis en una pequeña salida de un risco, ocultos de la vista pero con la cara fuera del agua, aunque solo la cara.
-Vamos en silencio, no hagais ruido -Pide en voz muy baja Perla antes de desaparecer en el agua. Podéis seguir su cuerpo, brillante, alejándose de vosotros apenas un metro y asomándose por encima de la roca, aunque tan solo la parte alta de la cabeza.

Me agarro a la roca con un pie bajo el agua para no chapotear: lo poco he podido atisbar asomándome tras ella me ha helado la sangre en la venas. Asustado, vuelvo a ocultarme rápidamente tras la ilusoria seguridad de la piedra, que ahora sé que puede volverse magma líquido con un solo escupitajo de Láquesis.

Tiene a Burnell agarrado por el cuello y no parece haber nada que nosotros podamos hacer para ayudarle.

Busco la mirada de Erik y Duke y niego con la cabeza, tenso, preocupado.

Esto ha sido muy, muy mala idea.

Cuando llegamos a la superficie cojo aire instintivamente. Una bocanada de oxígeno que llena mis pulmones de nuevo. Veo como Perla se asoma sobre el risco para ver lo que está pasando al otro lado. La sigo sin sacar tanto el cuerpo del agua, intentando ver qué está pasando en la orilla, agazapado tras las rocas.

Láquesis es tan intimidante como me imaginaba, y aún más. Y lo que veo no me gusta nada: parece estar venciendo al Anfitrión, con facilidad. Trago saliva, preocupado. Lo tiene agarrado del cuello, y éste pelea por soltarse. Hay fuego y sombras, tal y como dijeron las sirenas. Los golpes de Burnell parecen no hacerle nada a la Moira.

Átropos interviene en la pelea, rodeando el cuello de su hermano, pero su hermano responde escupiéndole fuego a la cara para liberarse y parece decidido a matar al Anfitrión. Pero Perla interviene. ¿Cuándo se ha alejado tanto de nosotros? Estaba tan absorto en la pelea que no me he dado cuenta. Láquesis está quemándole el pelo, la cola, arrastrándola fuera del agua. El olor a quemado llega hasta donde estamos, mis dedos se tensan sobre las rocas. No deberíamos de haberla dejado alejarse de nosotros. Mierda.

Intercambio una mirada con Kiran. Tenemos que hacer algo. Burnell bulle de ira y se lanza contra la Moira, hundiendo los pulgares en sus ojos. Las sombras de nuevo, y Láquesis intentando quemar la cara del Anfitrión, que retrocede. Todo es un torbellino y no me da tiempo a procesar lo que está ocurriendo. Pese a estar sangrando y tuerto, Láquesis se ríe con algo que me parece maldad pura y descarga su fuego sobre la princesa.

-Oh, no… Tenemos que hacer algo. Mierda. -me doy cuenta de que estoy hablando demasiado alto, y que la cueva amplifica el eco de mis palabras. Así que dejo atrás al grupo y avanzo hacia la orilla para que no delatarles.

El gimoteo dolorido de la princesa se escucha apenas asomas la cabeza en un pequeño hueco en la roca, cuya parte superior está fundida. En él solo esta Kiran, en shock, pero completamente ileso.

Cuando salgo, una bocanada de aire llena de nuevo mis pulmones. Siento mi corazón palpitar con fuerza y enfurecido; creo que jamás me acostumbraré al hecho de ir sumergirme en las profundidades, por mucho que una de las sirenas me preste su ayuda para que el viaje sea lo más rápido posible.

Escucho los quejidos y parpadeo, quitando con una de mis manos el agua que aún queda en forma de gotas sobre mis pestañas. Kiran está a mi lado, y solo el hecho de verlo ya me tranquiliza... por mucho que su gesto no sea para nada tranquilo.

—Kiran —susurro intentando hacer el menor ruido posible. No sé dónde está el resto, pero ahora mismo solo tengo ojos para él. Parece que está ileso, pero necesito que él me lo confirme—. Ey, mírame, ¿estás bien?

Un ruido de lo que parece ser un enjambre de abejas, llama mi atención. Me asomo con cuidado y veo el grotesco espectáculo.

Ephi no tarda en aparecer de la mano de la única sirena que quedaba bajo el agua, encontrándose a Ink y Kiran en un resquicio de la roca, que parece estar completamente fundida sobre sus cabezas.

Sobre la roca, donde os asomais un poquito para ver, Burnell y Láquesis, una criatura enorme, no tan grande como Átropos, es cierto, pero con un aura que parece hecha de la más profunda parte del sol. Sus ojos brillan como magma fundido y se mueve con agilidad y soberbia.

_^Láquesis

La pelea entre él y Burnell parece haber crecido exponencialmente, aunque las sombras, que forman un dientes de sable, se encuentran protegiendo a Erik, con bastantes quemaduras, Duke, que parece estar sano, y la princesa, que tiene cara, brazos y cola en carne viva. Las sirenas se han unido tanto a la pelea como contra los humanos que intentan ayudar a la princesa, cuyo brillo ha bajado un poco.