Partida Rol por web

La náyade, llevándote de la mano con calma, te acerca al manantial donde estaban jugando. Te giras, un tanto inquieta por estar tan cerca de tus compañeros pero te percatas de que eres incapaz de verlos por más que mires. Bueno, en parte ya te lo esperabas... aunque sigue siendo inquietante. Con un suave tirón, la ninfa atrae tu atención. Te señala, señala el agua y, sin dar ninguna otra explicación, se sumerge por completo. Aunque la ves en el agua, da la sensación de ser solo un reflejo, pero esa es toda la información que obtienes de ella. Es tu decisión elegir qué hacer.

Ephi se siente sola al no ver a sus compañeros y se sorprende de este sentimiento. No entiende cómo les ha tomado tanto efecto en tan poco tiempo, ni entiende cómo pudo matarlos. Observa se reflejo en el agua y le habla:

-Hola Aisha, creo que ha llegado el momento de hacerlo. Era nuestra manera de combatir las cosas, con más violencia. Pero ahora si escapamos será por ellos, y por nuestras acciones. 

Tras decir esto Ephi y Aisha desde el agua observaron la guadaña y su reflejo en el agua, y ambas soltaron la guadaña que cayó en el agua con una lentitud inquietante. Ambas se sintieron solas y desvalidas sin el arma. Pero solo durante unos segundos.

Solo hay una manera de que ambas salgamos de aquí, y es que ambas seamos una. Aisha asintió desde su reflejo en el agua. Ambas observaron a la Náyade sumergirse en el agua. Ephi se quitó toda la ropa, que se quedó flotando a un lado, y luego imitó a aquel bello ser de agua, pero se lanzó hacia delante, estirada, para caer netamente sobre Aisha, y ambas se unieron en una sola, dando a aquel momento el peso de un bautismo de agua.

El interior del agua está completamente en calma. Ephi abre los ojos en espacio que parece infinito, no hay movimiento y pese a no verse final o principio, no hay sensación de vértigo.
No hay gravedad ni movimiento y Ephi no necesita nadar para mantenerse quieta, simplemente flota en mitad de la nada.
En la parte alta, todavía se ve el reflejo que había sobre el agua, pero distorsionado por las ondas que el exterior produce en esta.
La náyade, de pie frente a la chica desde que este ha entrado al agua, hace un gesto alzando la mano frente a él, pidiendole que pare, con la mirada fija en sus ojos, pero sin explicar qué o cómo debe parar. Antes de que tenga posibilidad de hacer algo, un par de ojos muy lejanos y brillantes se iluminan al fondo de ese inmenso vacío.
La náyade, que momentos antes estaba hablando, parece meditar con los ojos cerrados.

Ephi se hace un ovillo sujetándose por las rodillas, con sus muslos sobre su abdomen. Flota, como una especie de roca espacial, en aquel infinito, con los ojos abiertos, mirando fíjamente hacia aquellos ojos que se han abierto, como dos soles gemelos, en la infinidad de aquel espacio donde la nada y el todo se funden como ella mism con Aisha. No es ajena a la presencia de la náyade, de la misma manera que uno sabe que parpadea, respira o emite una sombra en el suelo tras de sí.  Ella está allí, cómo una guía amable, que no dice qué hay que hacer pero permanece a su lado, a la deriva, bajo la mirada de aquellos dos ojos.

La mirada atenta de Ephi en los ojos del abismo le dejan claro que la criatura, sea lo que sea, está nadando en su dirección a gran velocidad, directo hacia ellas, como un tiburón persiguiendo su presa.

El instinto de Ephi la hace revivir de su estado latente y, tras coger de la mano a la Náyade*, intenta nadar en dirección a donde cree que está la superficie.

Al tirar del brazo de la Náyade, esta abre los ojos y frunce ligeramente el ceño, impidiendote moverte y agarra tu brazo, señalando a la criatura que se acerca. Pese a su tamaño, es un simple pez. No solo nada increíblemente lento para lo rápido que se mueve sino que pasa de largo de vosotras sin ni miraros.
-Has fallado la prueba -Avisa la ninfa, suspirando. Ni una sola burbuja sale de su boca mientras habla. Se acerca a ti y te toma de las mejillas para mirarte a los ojos -Tanto tiempo aquí que tienes problemas de confianza ¿verdad? -Dice con voz sincera y sonrie un poco antes de mirar arriba -Volvamos con los demás, te están esperando -Asegura, llevando a Ephi de vuelta al exterior. La chica enseguida nota el agua apartarse a su paso y sale del manantial completamente seca.