Partida Rol por web

Ephi aparece vistiéndose y con visibles malas pulgas. No lleva la guadaña con ella aunque ese no parece ser el problema. Su gesto enfurruñado de fastidio, en una cara tan joven cómo la suya, resulta cómico.

He fallado. Dice, enfadada. ¿Cómo os ha ido a vosotros?

-Vaya, hay a quien le ha ido peor que a mí, por lo que veo -intento ironizar-. ¿Estás bien? -pregunto a Ephi-. Entonces... ¿Tenemos una prueba pendiente? ¿O, contando con la de Burnell, ya tenemos suficientes para... ganarnos esa puerta?

Si a la ninfa le han prometido un bosque, es normal que parezca tan emocionada.

Aunque la conversación es tranquila, tanto Átropos como Burnell se giran sinconizados a mirar algo en la pared. La tensión es más que evidente aunque las ninfas están hablando de algo entre ellas, intentando hablar con los jugadores, pero sin lograr entenderse al no contar con la traducción de la moira.
-No hay tiempo, tenemos que seguir -La voz de Átropos está más fría y seria que antes, más incluso que tras aparecer y se gira a las ninfas, diciendo algo en su idioma. La cara de ambas se tensa, de miedo, y se giran a pronunciar lo que parece un cántico o quizás un poema, pero que en su idioma suena como si se avecinase una tormenta. Incluso con todos ahí, Átropos se pone delante de Ephi, sin moverse.
La puerta se abre junto al manantial, aunque no parece que quiera aparecer por si misma y tiene algunas grietas en el marco. Sin pararse a pensar, Átropos empuja a Ephi hacia ella.
-Moveos, está buscándote -Dice, casi enfadado, haciendo que la electricidad crezca alrededor. Al salir de la habitación, un pasillo vuelve a daros demasiadas opciones pero, esta vez, la moira no os ofrece ni un segundo para mirarlas.
-La 2, moveos -Dice, casi como un gruñido, gesticulando hacia el fondo de un larguísimo pasillo. No explica porqué esa y no otra, pero es evidente que algo pasa... y que ese "algo" es lo que os daba una cuenta atrás. Láquesis está viniendo.

Erik escuchó el relato de Ink con una sonrisa suave. - Así es. - respondió con calma. Su mirada se dirigió brevemente a la tensa sincronía de Átropos y Burnell mirando la pared, la atmósfera cargándose de una urgencia repentina. Cuando Ephi apareció con su evidente frustración, Erik le ofreció una sonrisa comprensiva. - No te preocupes, Ephi, todos tropezamos. Lo importante es seguir adelante.

La repentina orden fría de Átropos y el miedo reflejado en los rostros de las ninfas tensaron el ambiente aún más. La aparición brusca de la puerta agrietada y el empujón a Ephi transmitían un peligro inminente. Ante la directiva de Átropos hacia el pasillo número dos, Erik asintió con determinación. - Entendido. - dijo, su tono ahora firme. La urgencia en la voz de la moira era innegable. Láquesis estaba cerca.