Hace ya un rato que Bedelia se ha marchado cuando recibís otra visita. Yngrid cruza el umbral con determinación y, tras dar un breve repaso a la habitación para asegurarse de que no hay nadie más, se acerca a vosotros y se queda mirándoos durante unos segundos, pensativa.
Si queréis tener alguna conversación en privado cuando Bedelia se pira, avisadme y os dejo abierta la otra escena cuando saque a Bedelia.
Drunfo le devuelve la mirada. Sin decir nada.
Thorir miró algo sorprendido a Yngrid, no la imaginaba todavía en el pueblo, miró casi de reojo a Drunfo y acto seguido volvió a mirar a la mujer.
-Buenas Yngrid, no te hacia en el pueblo todavía- esbozó media sonrisa, -Me alegra verte de nuevo-
Yngrid asiente, abstraída. Te da la sensación de que no ha escuchado ninguna de tus palabras. Tras otros segundos de incomodidad, parece tomar por fin una decisión.
-Escuchad, tiene toda la pinta de que vuestro juicio va a ser mañana. Si no mañana, pronto, pero vamos, seguro que mañana. Y Eskol no es tonto, pero le conozco. Fijo que la caga y decide ejecutaros.
Os mira fijamente, como esperando una respuesta.
Aviso que está esperando una respuesta corta. Si alguno va a soltar un tochaco, es muy probable que se lo edite y se lo corte a mitad porque Yngrid le interrumpa, por lo que si queréis conservar algo de lo que escribáis mejor que lo copiéis en algún lugar. Avisados estáis.
Claro que también podéis interrumpirla a ella (o a cualquier pnj) luego, y entonces seré yo el que edite. Esto va en las dos direcciones, ¿eh?
Al escuchar aquellas palabras Thorir dirigió su mirada al pequeño y fuego y se rió a la vez que soltaba un pequeño bufido, tras esto negó con la cabeza y volvió a mirar a Yngrid, -Si es tan estúpido de ejecutar a dos buenos guerreros como están las cosas que así sea-
-¿Y has venido solo a contarnos lo que piensas?
-Pues bien, somos todo oídos-
-Bien. Porque necesito que escuches con atención lo que voy a decirte.
Mira por encima de su hombro hacia la puerta, como si pudiera discernir si hay oídos indiscretos en la oscuridad con solo un vistazo. Parece más un acto reflejo que una verdadera preocupación, porque rápidamente vuelve a girarse hacia vosotros.
-Resulta que estoy de acuerdo con lo que has dicho: Sois dos guerreros, y sois demasiado valiosos como para ejecutaros sin más. Así que si el juicio acaba con una sentencia, os ayudaré a escapar.
Alza el dedo.
-Con una condición. Que me ayudéis a acabar con la bestia.
-Mmmm- Thorir asintió lentamente mientras consideraba aquella oferta, -Está bien, puedes contar conmigo, aunque tendría que rescatar mis espadas, son muy importantes y pueden sernos útiles para matar a la bestia- dijo mirando a Yngrid a los ojos.
-Veré lo que puedo hacer.
Mira a Drunfo, esperando su respuesta.
-De acuerdo. Pero yo también necesitaré mi mandoble.
Yngrid asiente.
-¿Podríais luchar con otras armas, si no pudiera conseguir las vuestras?
Thorir enarcó una ceja y soltó un leve bufido, -Sí, pero consíguelas- contestó firmemente.
-Para mi no sería lo mismo, llevo toda mi vida luchando con ese arma. Para mi ya es como una extensión de mi cuerpo y aunque encontrases una espada muy parecida... No creo que fuese igual.
-Lo intentaré -repite Yngrid-, pero mucho me estoy jugando el cuello ya. Si no encuentro una oportunidad de recuperarlas, tendremos que conformarnos con lo que tengamos.
Se agacha para ponerse a vuestra altura. En la oscuridad, sus ojos brillan con una extraña determinación.
-Dudo que se os condene a las Diez Espadas. Eskol no es estúpido, no desperdiciará hombres en un combate inútil, y más después de lo que cuenta de vosotros. Probablemente la ejecución será algo más práctico, alguna prueba en contra de los elementos o algo así. Sea como sea, no podemos confiar en que tenga oportunidad de liberados cuando haya dado comienzo, así que tendremos que actuar antes de que se ejecute la sentencia.
-De acuerdo- dijo Thorir con voz serena
-Una vez en el bosque, tendréis que seguir mi ritmo. No tardarán en darse cuenta de lo que ocurre, y vendrán a por nosotros. Así que da igual que estéis heridos. En cuanto a la criatura, tengo un plan. No es un buen plan, pero no tenemos otra cosa. Tendréis que seguir cada una de mis órdenes sin rechistar. A la mínima que empecéis a ser un escollo, os mando a tomar por culo. ¿Entendido?
-Es comprensible- dijo Thorir con media sonrisa dibujada en la cara.
Drunfo miró fijamente a los ojos de Yngrid y en ellos vió algo que andaba buscando desde hace tiempo. Determinación.
-Por mi no habrá ningún problema.