Partida Rol por web

Llegáis al pueblo un rato más tarde. Fuera de la sala común parece haber algo de agitación. Algo ha pasado. Si son buenas o malas noticias, no lo sabéis, aunque viendo la tendencia hasta ahora...

Bedelia se giró hacia Thorir, alarmada. El trabajo se acumulaba y ni siquiera habían encontrado a Drunfo. Rezó porque estuviese en la sala común antes de hacerle un gesto al norteño y salir corriendo.

-¿Y ahora que pasa?- dijo Thorir frunciendo el ceño y aligerando el paso hacia la sala común.

El primero que repara en vuestra presencia es Fredrick, que se encuentra a cierta distancia de la sala común, mirando el bosque pensativo. Al veros, os intercepta a medio camino.

-Vosotros. ¿Dónde habéis estado?

Antes de que os de tiempo a responder, una voz.

-¡¡Bedelia!!

Saga se acerca a vosotros.

Thorir miró preocupado a Fredrick y a Saga, -¿Que está pasando?-

Bedelia se acercó inmediatamente a Saga y le agarró las manos con la cara desencajada.

-¿¡Qué ha pasado!?

La miró de arriba a abajo, comprobando si estaba herida.

Saga estaba bien, al menos físicamente. En los brazos sostenía su pesado libro de historias, libreta y lápiz, y de entre sus dedos pendía un colgante.

-No os alteréis. Acaba de salir una partida a por... -miró a Bedelia y las palabras huyeron de sus labios, pero se recompuso-. A por Dag. Se lo ha llevado la criatura PERO, escuchadme -intervino, cortando cualquier réplica-. Ya están yendo a rescatale. Y yo tengo la solución a esto. Sé cómo podemos enfrentar a la bestia y todos los extranjeros debemos estar presentes así que nada de salir corriendo. Yngrid, Drunfo, Resmit, eh... cómo se llama, Rorar y otro más han salido a por él. Nosotros tenemos trabajo que hacer porque necesito vuestra ayuda para descifrar el ritual por completo. Will está reuniendo al resto.

Bedelia palideció a ojos vistas y retrocedió un paso.

-¿Cómo que se ha llevado a Dag?

Sin embargo, y pese a que aquella palidez persistía, sus ojos brillaron con furia contenida.

-Quiero ir con ellos, con Yngrid y Drunfo. Aquí no soy de ayuda, no creo posible la existencia de un texto que yo pueda traducir y tú no.

Saga la agarró con fuerza.

-No -cortó tajante. No supo exactamente en qué momento había ocurrido, pero fue consciente entonces de que se acababa de poner al mando-. No es traducir un texto, es saber dónde encaja cada uno en este puzzle y tú precisamente me tienes totalmente perdida. Ashe no está en condiciones de dar órdenes y no puedo dejar que más pongan en riesgo sus vidas. Esto se nos está yendo de las manos y te necesito aquí. A los dos.

Miró también a Thorir y aprovechó el momento para extenderle su colgante.

-Deja de intentar perderlo.

Bedelia inspiró profundamente, manteniendo el aire en el pecho unos segundos para soltarlo lentamente más tarde.

-¿Puedes hacerme un resumen rápido de lo que está pasando aquí?

Les miró a ambos, asintió y se quedó en silencio. Resumir era una tarea ardua, pero en comparación con Ahmel ella era la reina de los resúmenes. Tomó aire, expiró y empezó a hablar.

-Fuimos a investigar la carreta y, sí, eso ha confirmado mi teoría. La carne humana transforma y la bestia, la original, no es un ser impulsivo e irracional. No es lo que nos encontramos el otro día. Es inteligente y sabe lo que hace. Y también tiene un símbolo en la espalda. El caso... Volvimos, estuve discutiendo largo y tendido con Ahmel sobre su naturaleza y en medio de la discusión me enseñó una traducción que el muy cateto tradujo mal. Fatal. La traducción correcta era Círculo Cerrado, un ritual que se ve continuamente en las leyendas norteñas. Implica a 10 individuos. Cada cual encarna un rol y en el orden adecuado, rodeando a la bestia, anulan por completo su poder. Ahora, haced cuentas conmigo: nosotros tres, Ahmel, Add, Will, Ingur, Drunfo y Resmit. Eso hacen 9, pero la primera noche había alguien más con nosotros: Hadar. Pero Hadar ya no está y el círculo SIEMPRE encuentra la manera de completarse. Y el que completa el círculo esta vez es ese niño. -Suspiró-. Cuando salí para decírselo a Ashe escuché un grito y la encontré allí tirada y totalmente descompuesta. El resto salió tras el niño. Eso es lo que está pasando aquí y por eso no puedo dejar que ninguno más salga corriendo al bosque -miró a Bedelia - sin previo aviso y sin una buena razón. Tenemos que prepararnos para cuando vuelvan y sin jarl... Alguien tiene que asumir responsabilidades. 

Bedelia escuchaba totalmente en silencio las palabras de Saga, recuperando el color en el proceso. Cuando terminó, habló inmediatamente; al fin y al cabo no tenían ni un segundo que perder.

-Deduzco entonces que habéis averiguado algunos de los roles que debemos interpretar. ¿Cuáles son?

Saga sacudió la cabeza.

-No funciona así exactamente. Tendría que explicarlo en detalle pero ahora nos urge saber qué está pasando ahí dentro. Ashe es la nueva jarl y creo que ya no da más de sí. -Hizo una señal hacia el salón para entrar.

Bedelia asintió y comenzó a andar. No necesitaba nada más, ni preguntas, ni pruebas. Confiaba en Saga. Era un privilegio que se había ganado a pulso.

Aquella noticia le pilló de improviso a Thorir, dejando al norteño sin palabras, ¿Cómo podría ser?, el pequeño era valiente y fuerte, pero nada podría hacer con aquella maldita bestia. Sostuvo el colgante durante unos minutos, observándolo, y pensando en Dag mientras Saga explicaba la situación, haría lo que hiciera falta para salvar al muchacho, no dejaría que otra vez los Dioses le quitaran a alguien a quien apreciaba. 

Miró a Saga con el gesto serio y asintió, -Estoy a tu entera disposición, y tienes toda mi confianza- dijo mientras la acompañaba hacia la sala común. 

Al llegar a la sala común, os cuentan que Frigda se ha llevado a Ashe a una de las habitaciones traseras para intentar calmarla, porque estaba al borde del ataque de ansiedad. Ingur y Ahmel os esperan sentados en una mesa, el primero con una media sonrisa, el segundo con el ceño fruncido. Poco después de entrar llega Will, casi arrastrando a Add con ella.

En cierto momento, antes de entrar, Fredrick aparta a Saga un instante de forma discreta para preguntarle algo.

-Espera, ¿no estaba Jostein contigo? No me digas que ha ido con los otros a buscar a Dag.

Saga no dijo nada. Se limitó a mirarle alzando las cejas haciendo un gesto como diciendo '¿tú lo ves aquí?'. Le estaba costando seguirle el ritmo a todo y a todos, y no podía parar cuenta de qué hacía quién. Le hubiese gustado decir 'estará bien', pero lo cierto es que no le sabía y, siendo honestos, sólo esperaba que trajesen del vuelta al crío. El resto a aquellas alturas empezaba a serle irrelevante y... aquello le asustaba también.

Tomó aire, lo soltó lentamente por la nariz y se decidió a encarar aquello.

-Vale... Vamos con esto.

Avanzó hasta la mesa donde estaban Ingur y Ahmel e invitó al resto a sentarse -dándole las gracias a Will y disculpándose con Add por interrumpir su paseo. Ella se quedó de pie, abriendo su libro y las notas.

-Os necesito a cada uno de vosotros. He encontrado la manera de hacer frente a la bestia y todos tenemos un papel que jugar. Pero necesito vuestra ayuda para encajar cada pieza en su lugar...

-¿Qué debemos hacer?