Partida Rol por web

Nieve y Hambre, capítulo 1: La silueta entre los árboles

5.3 - La grieta en la cordura

Cargando editor
26/01/2017, 22:12
Ingur

Ingur es el primero en reaccionar tras el ruido.

-Lo has conseguido...

Su voz os sorprende, pues tras vuestra conversación casi habíais empezado a olvidaros de que estaba allí... Con la excepción, obviamente, de que su estado físico os suponía un esfuerzo añadido y un retraso considerable.

-Eres toda una caja de sorpresas, hedense.

Ni siquiera la mira. Parece completamente exhausto tras la caminata.

Cargando editor
26/01/2017, 23:23
Saga Olrik

La hedense se volvió sobre sus talones, y entonces aquel sueño se hizo realidad. Por un momento se olvidó del frío, de la frustración y del dolor, sintiendo cómo un gran alivio recorría todo su ser. Casi como encontrar una llama a la que acercar las manos lentamente. Se le escapó una bocanada de aire, un gemido ante la incredulidad, y sus ojos se alzaron hacia el cielo donde algo se perdió entre el suave baile de los copos de nieve suspendidos.

Lo había logrado gracias a algo, y quiso pensar, aferrarse con todas sus fuerzas a la posibilidad de que aquello hubiese sido Andrel. No estaban a salvo, pero estaban en territorio conocido, lo que hizo que su cuerpo se rindiese y el cansancio volviese de golpe como una pesada losa sobre su espalda. Le flojearon las rodillas, el paso. Se cubrió el rostro con las manos y recordó...

...1 ...2 ...3

Había que agarrarse a lo imposible, y haberlos traído de vuelta a salvo era una victoria a tener en mente.

...4 ...5

-Vale. Thaldein -susurró para si, volviendo a ser dueña de sí misma-. ¡Thaldein!

Y echó a correr.

Cargando editor
27/01/2017, 09:00
Encrucijadas

Justo cuando Saga está a punto de llegar al perímetro de la luz, una figura emerge de entre los arbustos, a pocos metros de ella. Resmit, cargado con un inconsciente Thaldein, cruza una mirada sorprendida con la hedense, ante la asombrosa coincidencia de haber llegado al mismo tiempo a las afueras del pueblo. Bedelia, que ayuda a Ingur a caminar, viene por detrás, a un paso más lento que el de su compañera. Aunque parece que le han aplicado un torniquete en el muñón al norteño, lo cual quizás le ha servido para evitar la pérdida masiva de sangre y mantenerse consciente, su aspecto es claramente lamentable.

Notas de juego

No voy a quitaros más cansancio porque vais todos relativamente sobrados y no creo que lleguéis a cero. No creo que hagáis mucho más por ahora, pero si se da el caso de que tengamos que hacer tiradas porque alguien la líe más (que no lo descarto nunca) calcularé más o menos cuanto habéis perdido. A nivel de interpretación, todos los que estuvieras antes en 6 o menos ahora estáis en un punto medio entre cansadetes y hechos polvo. Esto, por supuesto, se une al frío de %&€#$ que hace.

Cargando editor
27/01/2017, 09:45
Resmit Kruik

Corro esquivando ramas y arbustos, las pisadas suenan pesadas mientras avanzo por la nieve, sin embargo vislumbro las casas de Sultünge en el horizonte. Aquel lugar que la primera vez que lo vi me pareció completamente inseguro, desprotegido y perdido, ahora me parecía sin duda la única esperanza y un lugar hasta confortable. No esperaba mejor bien venida que cuando llegué hace tan solo dos días, pero el tiempo apremiaba y en cansancio no me iba a hacer desfallecer ahora que estaba tan cerca. La ira ya casi se había desvanecido, sin embargo fue una buena motivación para no parar, poco a poco este sentimiento era sustituido por preocupación.

Vamos amigo, aguanta un poco más, ya hemos llegado.

Mi sorpresa llega cuando al llegar al pueblo veo a las dos mujeres con Ingur que están llegando casi a la vez que yo.

Bien, Saga podrá curarlo.

Saga, corre, Thaldein no aguantará mucho, ven conmigo. - Digo mientras corro por su lado sin parar y dirigiéndome a la casa del jarl entre jadeos y vaho blanquecino, seguido por el crujir de la nieve.

Cargando editor
29/01/2017, 12:54
Rorar

Sin que Bedelia pueda hacer mucho por detenerles, la hedense acompaña a Resmit hasta la casa del jarl, en donde son detenidos por una voz firme.

-Ni un paso más.

Una figura conocida emerge de las sombras, su expresión pasa de la desconfianza a la sorpresa en apenas una fracción de segundo.

-Vosotros. ¿Qué...? ¡¿Es ese Thaldein?!

Una breve mención de la urgencia del asunto sirve para que el norteño deja a un lado cualquier reticencia y os acompañe al interior, justo cuando Bedelia está llegando a vuestra altura.

Notas de juego

Más en breve

Cargando editor
29/01/2017, 13:06
Ashe

La que en su momento fue la casa de Einar ahora parece haberse convertido en un verdadero asilo para un grupo de refugiados. Las familias de Sultünge se apiñan ahí dentro, junto a las pocas pertenencias que han decidido conservar, y a pesar del frío que ruge fuera el fuego constante del interior ofrece un ambiente cálido y acogedor, aunque también cargado. Los rostros de aquellos desdichados, por otro lado, muestran el pesar y la resignación de aquellos que han visto su vida destrozada en cuestión de horas. Parece que los grupos de caza ya han regresado, porque la sala está realmente abarrotada. No podéis evitar que varios ojos se fijen en vosotros y en la carga que lleváis encima, lo que desemboca en varias expresiones horrorizadas y murmullos nerviosos.

Ashe mantiene a los curiosos alejados y rápidamente se hace cargo de la situación. Con la ayuda de Saga y otras mujeres, revisa las heridas de Thaldein e Ingur, sin preguntar siquiera lo que ha ocurrido. Son unos momentos angustiosos, en los que la impotencia os invade al ver como el jarl en funciones se debate entre la vida y la muerte. Sin embargo, y aunque es difícil asegurar si pasará la noche, llega un punto en el que nada más puede hacerse excepto esperar y rezar. Es en este momento cuando Ashe y un puñado reducido de personas se reúnen con vosotros, en un punto del gran salón lo suficientemente apartado como para alejar oídos curiosos. Marja, la esposa de Thaldein, se queda junto a su marido, susurrándole al oído y sujetándole con fuerza la mano. Sus sollozos resuenan en su cabeza incluso después de dejar de oírlos.

-Un breve resumen de lo ocurrido sería de agradecer -Murmura Ashe, con rostro cansado y tono de resignación. No parece enfadada, ni triste, ni siquiera sorprendida. Su expresión es una máscara de piedra, melancólica e inescrutable.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Saga Medicina

Tirada: 1d100

Dificultad: 80+

Resultado: 99(+50)=149 (Exito)

Tirada oculta

Motivo: Saga Medicina (Abierta)

Tirada: 1d100

Dificultad: 80+

Resultado: 76(+149)=225 (Exito)

Tirada oculta

Motivo: Ashe Medicina a Ingur

Tirada: 1d100

Resultado: 64(+10)=74

Notas de juego

Reunidos con vosotros están, además de Ashe, otras cuatro personas: Rorar, Fredrick, Lamont y Frigda.

Si vais a contarles todo lo ocurrido, con que lo mencionéis en una línea vale, aunque si vais a ocultar o cambiar algo de la historia mencionadlo explícitamente. Si, por otro lado, os apetece explayaros, por mí perfecto.

Cargando editor
29/01/2017, 18:07
Saga Olrik

Siguió a Resmit; después a Ashe, sin preguntas ni explicaciones. Thaldein se moría y sentía que parte de la culpa era suya, aunque tal acusación no fuese posible. Sin embargo, su conciencia se removía inquieta, repitiéndose que la idea del fuego, de seguir aquel rastro, había sido completamente estúpido. Ingur tenía razón y jamás lo diría en alto.

A resguardo y con útiles, intentó ayudar y asistir a Ashe. No se podían permitir perder otro jarl; aquella gente no se lo merecía. Pero las manos le temblaban y apenas podía hilar los pensamientos con coherencia. Su estado era muy grave, demasiado grave. Había demasiada órganos dañados, le faltaba sangre y eso hacía que su cuerpo perdiese temperatura. Al menos tenía la suerte de no estar consciente. Pero seguía siendo demasiado: demasiadas pérdidas, demasiados heridos, demasiados problemas que no dejaban de apilarse uno encima de otro. Tenía muchas cosas que hacer pero lo que más necesitaba en aquel momento era descansar; un momento a solas en un lugar cálido. Un sitio donde lavarse las manos de toda aquella sangre, cerrar los ojos y no sentir que el mundo se les venía encima. Pero no parecía ir a ocurrir en ningún momento cercano.

Tras hacer todo lo que pudo tanto por Thaldein como por Ingur, se dejó caer en un asiento para al momento siguiente ser requerida por Ashe. Se levantó con pesadez, restregándose las manos en los pantalones que poco remedio tenían ya, y se acercó quedándose junto a Bedelia. Intercambió una breve mirada con ella, cansada, derrotada. Después apoyó la frente en su hombro. No tenía espíritu para hablar, así que les cedió la palabra mientras se miraba las manos con aire perdido. Manos manchadas de sangre y que no dejaban de temblar.

Cargando editor
29/01/2017, 18:49
Bedelia

El aspecto de Bedelia era lamentable; justo como el del resto de sus compañeros. Sumado a sus ya prominentes ojeras, la sureña tenía parte de la camisa rasgada, dejando al aire la herida que la bestia le había producido, herida que todavía no había curado. La mitad del cuerpo y parte de la cara (así como del pelo) estaba cubierto de sangre, tentativamente de Ingur, a quien había llevado a cuestas en el camino hasta Sultünge. Todo aquello sin comentar su tobillo, que seguía rudimentariamente vendado, y un millar de pequeños cortecitos y magulladuras de su caída del árbol.

No, no estaban siendo los mejores días de Bedelia, pero al llegar hasta el pueblo casi sintió alivio, como cuando era niña y se arropaba en la cama hasta la cabeza. Los monstruos podían seguir atacándote, pero se respiraba paz...

Agradeció que alguien se ocupase de Ingur y estiró la espalda haciendo crujir las vértebras mientras Saga y Ashe se ocupaban de los heridos. Cerró los ojos un segundo, pero los volvió a abrir inmediatamente temiendo quedarse dormida. Cuando la norne llegó a su lado y apoyó la cabeza en su hombro, Bedelia sonrió, le acarició la mejilla y apoyó durante un instante su cabeza en la de Saga. Tan cansada...

Pero hizo un esfuerzo y aclarándose la garganta comenzó su relato sobre qué había ocurrido. Sólo omitió tres cosas; el extraño dibujo que había encontrado en la corteza de aquel árbol, lo-que-sea que hubiera usado Resmit y cómo habían conseguido llegar hasta allí.

Cargando editor
29/01/2017, 20:37
Ashe

Aunque vuestra historia solo parece aumentar la preocupación de los otros, Ashe se limita a asentir, como si ya se hubiera esperado algo similar.

-Entonces la criatura también se encuentra activa al atardecer, y el fuego no sirve contra ella -Cierra los ojos, manteniendo al parecer una conversación consigo misma, antes de volver a miraros-. Habéis sido muy valientes cargando con Thaldein hasta aquí. Gracias.

Cargando editor
29/01/2017, 20:43
Frigda

-Pero esto tira por tierra todos nuestros planes, Ashe. No podemos salir a cazar ahí fuera, si esa cosa se mueve por el día.

Cargando editor
29/01/2017, 20:44
Ashe

-El atardecer es solo el final del día. Puede que por la mañana no esté activa. Debemos creer que no lo está. No tenemos alternativa.

Los otros no parecen demasiado convencidos, pero ninguno contradice a Ashe. Ella os vuelve a dedicar su atención.

-No han conseguido nada. Ninguna de las partidas de caza. Además, Svik y su familia han desaparecido. Él y su hijo salieron a cazar con Viggo, pero ninguno de los tres ha vuelto. Al principio temíamos que les hubiera alcanzado la bestia, pero entonces nos dimos cuenta de que la esposa de Svik y sus otros dos hijos tampoco estaban. Creemos que han intentado ponerse en marcha en dirección a Lagerat. Se han llevado un buen puñado de provisiones, y también uno de los caballos. En cuanto a Viggo, no sabemos qué ha sido de él.

Cargando editor
30/01/2017, 08:34
Resmit Kruik

Ante la interposición de Rorar solo pude pensar:

Quita de en medio idiota - menos mal que comprendió rápido la situación y no me obligo a apartarlo de un golpe. Una vez dentro de la sala deposite a Thaldein donde me dijeron y dejé que intervinieran para salvarle la vida. Lo único que podía hacer ya era esperar, que no me hubiese retrasado demasiado y que ya estuviésemos a salvo, habían sido demasiadas emociones, demasiados malos momentos, demasiadas caras viejas caras y malos recuerdos. Solo quería descansar, mientras le curaban busque un asiento donde poder relajar mis agitados y entumecidos músculos. Deseaba dormir, pero algo me lo impedía, cada vez que cerraba los ojos llamas negras inundaban mi mente. Miro mis manos, ambas cubiertas de sangre, ya no recuerdo si se trata de la mía o del propio Thaldein. Necesitaba estar solo un rato, pero en el fondo solo deseaba haber llegado a tiempo.

Ver a Marja junto a Thaldein era algo inaguantable, en cierto modo yo era culpable, si solo hubiese podido protegerlo, si no hubiese dudado por el miedo... Lo bueno es que sabemos que el monstruo puede sangrar, y si sangra puede morir, finalmente con eso se acabará la amenaza.

Menos mal que no han pedido explicaciones aún, no me apetece nada rememorar esto.

Permanezco cabizbajo, con la mirada perdida, sentado en una sella frente a una mesa en un lateral del salón, eludiendo las miradas curiosas y acusadoras, con los ojos entre cerrados y mirando de cuando en cuando a Thaldein para comprobar su estado. Al rato Ashe nos reúne, por una parte nos ha dado algo de tiempo para dar explicaciones, pero por mucho que me alegra la compañía de la norteña no tengo muchas ganas de hablar. Asique en principio me limito a escuchar. Bedelia contó su historia, pero me sorprendió que no contara su vuelta a partir de cuando nos separamos, supongo que volvería sin incidentes.

Viggo... ¿¡Viggo!? Es verdad, me lo encontré cuando venía.

En cuanto a eso... cuando volvía me encontré a Viggo. Estaba inconsciente cubierto por pieles, me dijo que Svik y su hijo lo golpearon por la espalda, ahora entiendo por que. Supongo que lo tenía todo pensado antes de salir a cazar, que egoístas... - golpeo la mesa con el puño haciendo temblar los pocos vasos que hay. Espero un segundo antes de ver los rostros de los que me rodean y contarles lo que sucedió. - Pero Viggo...  a muerto.-  digo bajando la mirada.

Cargando editor
30/01/2017, 19:18
Bedelia

Bedelia chasqueó la lengua y bajó la cabeza ante el último comentario de Resmit.

-Sabemos que la bestia puede ser herida, Resmit lo consiguió. Es rápida y muy, muy peligrosa, pero no inmortal. Ahora necesitamos que todo Sultünge se concentre en esta amenaza, y no puede haber grietas en nuestra unión. Cuatro personas no fueron suficientes para acabar con ella ni mucho menos, pero todo el pueblo es otra cosa.

La sureña puso los brazos en jarras y alzó la vista al techo, pensativa.

-Necesitamos una arenga, alguien que le diga a la gente que podemos conseguirlo. Si nos separamos somos presa fácil, pero juntos podemos hacerle frente. También necesitamos que la gente esté preparada para luchar y guardias que vigilen por la noche, aunque ésto creo que lo teníamos todos bastante claro.

Tenía una mirada dura, firme y decidida.

-También deberíamos tantear a los Yormef, ver si están dispuestos a ayudarnos. Yo misma puedo hablar con ellos, aunque no tiene por qué ser sola y siempre puede hacerlo otra persona si no estáis conformes con ésto. Cuanta más gente que sepa luchar, mejor.

Pasó la mirada entre los presentes y pareció recordar algo.

-Ah, y deberíamos preguntar a Hjalmar, puede que sepa algo sobre la bestia. Es muy importante tener claro que nos atacará, probablemente esta noche, porque es un depredador. Debe alimentarse igual que nosotros, sólo que su dieta parece ser un poco más restringida que la nuestra. Podemos acabar con ella, estoy segura, pero debemos colaborar.

Cargando editor
30/01/2017, 20:22
Ashe

Durante la exposición de Bedelia, Ashe se limita a mirar a Resmit, con expresión indescifrable. No interrumpe a la sureña, quizás por educación, pero en cuanto acaba se dirige directamente al guerrero.

-¿Cómo murió Viggo, Resmit? Has dicho que estaba inconsciente cuando le encontraste...

Notas de juego

Madre mía, le das cuerda a la sureña...

Cargando editor
31/01/2017, 08:28
Resmit Kruik

Todos juntos podríamos vencer al monstruo... suena bien, aunque ahora me preocupa más Thaldein. - miro de reojo a mi amigo con su mujer sujetándole la mano al borde del camastro.- Plantear un ofensiva antes de que mermen nuestra fuerza no es ninguna tontería, pero... ay más cosas ahí fuera. Los yormef por mucho que me molesten podrían ser útiles, pero el juicio aún está pendiente, deberían celebrarlo ya y no esperar a Eskol.

Cuando Ashe me preguntó por Viggo tragué saliva, no sabía como responder, la situación ya era complicada y esto traería más problemas. Baje la vista a mis manos con los dedos entrelazados encima de la mesa, necesitaba unos segundos para pensar una forma de suavizarlo un poco. Un escozor recorría mi pecho mientras tanto, el roce de la camiseta rasgada con la herida del zarpazo hacía que me dieran pequeños calambrazos. Entonces levanté la mirada y mire a los presentes acabando en Ashe.

- Yo vine a este pueblo en busca de una banda de asesino; por lo visto ellos lo sabían y me tendieron una emboscada cuando encontré a Viggo, no tuvo tiempo ni siquiera de ver a su verdugo, murió rápido. Intenté alejarlos del pueblo, puesto que ya tenemos suficientes problemas aquí. Acabaron rodeándonos y me dieron a elegir, o luchaba con Baklar en una pelea justa dejando morir a Thaldein o lo traía al pueblo para salvarlo y no me seguirían. Desde luego no son gente en la que se pueda confiar, asique es posible que tengáis un nuevo enemigo, a menos que yo me vaya.

Cargando editor
31/01/2017, 10:39
Bedelia

Bedelia se giró hacia Resmit, confusa.

-¿Te dieron la opción de venir hasta aquí sin seguirte? ¿A cambio de qué, o con qué condición? ¿Marcharte del pueblo?

Cargando editor
31/01/2017, 12:43
Resmit Kruik

Mi vista se dirige a Bedelia que llama mi atención.

No pusieron condiciones, simplemente me dio la oportunidad de luchar uno contra uno contra su jefe Baklar, pero en el estado de Thaldein decidí retirarme al pueblo para salvarle. Al no hacerlo he perdido la oportunidad que llevo tanto tiempo buscando, y la próxima vez que los vea tendré que luchar contra toda la banda en vez de contra su jefe únicamente. - suspiro - Al menos eso me dio a entender; que no vendría al pueblo, pero esa gente no es de fiar, acabaron con muchos de mis compañeros en una emboscada y yo me salve por los pelos tirándome por un barranco. Lo que no sabía es que me estuviesen buscando. Por eso digo que mientras esté aquí es un peligro potencial. - Entonces miro a los integrantes de Sultünge. 

Ahora es un peligro que permanezca en el pueblo, es probable que ya supieran de su situación, pero ¿por que no atacaron antes...? Quizás ellos empezaron el fuego como pensé en un principio...

Esos hombres... yo decidí ir tras ellos, y son asunto mio, pero ese monstruo... - descruzo mis dedos y cierro mis puños, echo un último vistazo a la cama en la que se postran Thaldein, para volver a dirigirla a los presentes - es el mayor problema, no puedo con él solo, y las partidas de caza no tendrán éxito con él ahí fuera. Como dice Bedelia, todos juntos podremos con él, y por mucho que me cueste admitirlo los yormef pueden ser útiles en la lucha, estamos escasos de guerreros en el pueblo. No podréis aguantar así mucho tiempo, asique os propongo acabar con él mañana. Puedo hacer de cebo y llevarlo a una emboscada con todos los hombres. Sin fuego, solo con la fuerza de nuestros aceros y nuestras ansias de sobrevivir al nuevo invierno. Después me iré del pueblo para alejar a esos salvajes.

Finalmente me dirijo a Bedelia - Ya hablé con Hjalmar, el anciano no sabía demasiado de ese monstruo ni de la historia de Aslof el ciego. Fredrick dijo que Aslof se enfrento a un demonio llamado Kragdul.

Cargando editor
31/01/2017, 14:33
Saga Olrik

Saga se frotó los ojos. Aquello no podía ser...

Notas de juego

Saga está que no puede con su vida.

Cargando editor
31/01/2017, 15:26
Bedelia

-Oh, hum...-Bedelia ladeó la cabeza, pensativa, deshilando la información que acababa de recibir-Y esa banda de asesinos que te asaltó y a la que perseguías, ¿estaba completa? ¿Le faltaba algún miembro?

Cargando editor
31/01/2017, 20:12
Resmit Kruik

- No lo sé, no sé cuantos son, pero cuando me rodearon los que pude ver eran al menos 20 o 30, la situación no estaba para contar. -  digo inclinando la cabeza como Bedelia como si fuese un espejo.