Partida Rol por web

Nieve y Hambre, capítulo 1: La silueta entre los árboles

6.7 - Gnosis en estado puro

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19/04/2017, 20:48
El frío

Al salir, la ventisca te golpea en la cara de golpe. El frío, sin embargo, es casi bienvenido, y más después del ambiente tan cargado que se respiraba en el salón del jarl. Puede que en Sultünge cada vez queden menos personas, pero es inevitable que el aire quede bastante viciado tras una noche durmiendo todos juntos.

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20/04/2017, 11:26
Bedelia

Bedelia aspiró una gran bocanada de aire que le quemó la tráquea, pero que despejó mucho más que cualquier otra cosa. Se quedó allí quieta durante un minuto con los ojos cerrados, sintiendo el frío a su alrededor, la nieve bajo las botas, el peso de la manta, los copos de nieve derritiéndose en su cara e incluso el calor que emanaba de su cuerpo. Tres días, no llevaba allí más que tres días y ya se encontraba luchando por su vida. Y, sorprendente hasta para si misma, le gustaba parcialmente. Le hacía recordar su época de mercenaria, no por la tensión o el peligro de muerte inminente, sino por esa sensación que le obligaba a dar lo mejor de si misma, a evolucionar.

¿Cómo se sentía en realidad? No era sencillo responder a aquella pregunta, pero si quería mantener el control necesitaba un momento para reflexionar.

Por un lado tenía miedo, por ella y por el pueblo, por los niños, por todo lo que podía salir mal y por todos los desprotegidos. También sentía rabia por la bestia, porque algo con esa naturaleza hubiese podido persistir y por todo lo que conllevaba, pero a la vez estaba motivada a acabar con ella (incluso si una vez fue humana ahora claramente no quedaba nada en ella). La derrota de la noche anterior seguía ahí, y aunque más descansada una parte de su conciencia seguía junto a Thaldein e Ingur, pero la frustración para con Drunfo sobresalía (al fin y al cabo, era lo más reciente).

Y la sensación de aislamiento, esa horrible sensación de encontrarse en una isla de la que no se puede escapar y en la que uno se consume poco a poco. Debían darse prisa, o el hambre les empujaría a tomar decisiones poco meditadas.

Era hora de moverse. Abriendo los ojos, Bedelia se acercó hasta una zona con nieve virgen, se agachó y se llevó a la boca unos cuantos puñados*. Aquel era un truco que aprendió durante el servicio (como tantas otras cosas) y le ayudaría a calmar el estómago algo mejor que con el desayuno tan frugal que habían tomado. Después se dirigió otra vez hacia donde les había atacado la bestia, pero esta vez con mil ojos y muchísimo cuidado. Lo último que quería era que la volviera a atacar.

Notas de juego

Lo dejo a tu discreción, pero Bedelia va a ir buscando a la bestia todo el camino, incluso si eso supone tardar más en llegar hasta allí.

*Dato curioso; las personas con anorexia utilizan ese truco para evitar comer porque de verdad calma el estómago al ser algo sólido (el agua no cuenta, utiliza otros receptores de saciedad) pero no tener calorías. En cualquier caso lo he puesto como una solución práctica del tipo "he sido mercenaria, tengo recursos", pero me parecería perfecto que decidieras no contarlo a la hora de establecer penalizadores (que aquí mandas tu).

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21/04/2017, 14:56
El frío

Aunque el frío es tan intenso como el día anterior, las energías renovadas al dormir en el recogido salón te ayudan a sobrellevar la ventisca con más o menos integridad, al menos al principio. Decidida, te internas sola en el bosque.

- Tiradas (3)

Tirada oculta

Motivo: Sigilo Dag

Tirada: 1d100

Resultado: 91(+20)=111

Tirada oculta

Motivo: Sigilo Dag Abierta

Tirada: 1d100

Resultado: 17(+111)=128

Tirada oculta

Motivo: Ocultarse Dag

Tirada: 1d100

Resultado: 4(+20)=24

Notas de juego

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21/04/2017, 16:07
Bedelia

Así que lo estaba haciendo de verdad, se estaba internando sola, en un bosque que no conocía, con una bestia suelta y sin comida. Era una completa estupidez, pero así es como debía ser; de haber comentado algo a Saga o bien se habría negado o la habría querido acompañar, y una escena como la del día anterior (todos huyendo de un monstruo demasiado rápido) no podía volver a repetirse. Lo haría sola, era lo mejor.

Pero que fuera arriesgado no implicaba hacer las cosas más difíciles, necesitaba astucia. ¿Qué opciones tenía? Buscar el lugar donde habían acampado lor Yormef se perfilaba la mejor opción para empezar, desde ahí podía seguir rastreando e incluso volver si se perdía. Y precisamente para no perderse podía hacer muescas en los árboles; si la orientación le jugaba una mala pasada tendría una alternativa tangible.

Pero incluso encontrando el campamento aún estaría lejos del lugar donde estaba el símbolo. Frunció el ceño, necesitaba un punto intermedio, algo llamativo...algo como el árbol que usó para escapar de la bestia. Sonrió. Podía hacerlo, sólo necesitaba ser cuidadosa.

Soltó el aire con lentitud y después comenzó a andar.

Todo le parecía igual, con la ventisca azotando aquel lugar era difícil recordar nada, pero de entre todo aquel entramado vegetal algunos árboles sobresalían y Bedelia los seguía de manera instintiva. No era sencillo desplazarse con tanta nieve y aunque la manta y toda la ropa de abrigo que llevaba encima suponían una ayuda para luchar contra el frío no eran suficientes.

Después de un rato andando entornó la vista para enfocar un punto en la lejanía. ¿Podía ser...? ¡Si, lo era! ¡El campamento de los Yormef! Con un repentino palpitar causado por la emoción se apresuró a llegar hasta el lugar, como si fuera a desvanecerse de un momento a otro.

- Tiradas (7)

Motivo: Memorizar (Yormef)

Tirada: 1d100

Dificultad: 40+

Resultado: 82(-25)=57 (Exito)

Tirada oculta

Motivo: Buscar (vista)

Tirada: 1d100

Resultado: 3(-35)=-32

Tirada oculta

Motivo: Buscar (oído)

Tirada: 1d100

Resultado: 2(-35)=-33

Motivo: Estilo

Tirada: 1d100

Resultado: 83(+25)=108

Motivo: Suerte

Tirada: 1d10

Resultado: 4

Tirada oculta

Motivo: Pifia 1

Tirada: 1d100

Resultado: 90(-15)=75

Tirada oculta

Motivo: Pifia 2

Tirada: 1d100

Resultado: 18

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21/04/2017, 20:46
La silueta de los dioses

El bosque se cierra en torno a ti como una garra blanca y negra, rodeándote, inundándote. Pero tus pasos, firmes, no cesan. No dudas en ningún momento, movida por una extraña fuerza invisible, indescriptible. ¿El destino, acaso? O algo distinto. Puede que el instinto más innato, la esencia más profunda del ser humano, que palpita marcando el camino. Aquella expedición es algo que debes realizar sola, y el universo parece estar de acuerdo. Incluso la ventisca parece respetar tu decisión, arremolinándose a tu paso y borrando tus huellas pero sin llegar a golpearte con toda su fuerza, como si insinuara una muda invitación. Arropándote con firmeza, conduciéndote a un derrotero incierto. Tu figura aparece y desaparece entre los árboles, lanzando destellos plateados cuando el mango del fiel estoque que adorna tu cadera responde a los perezosos saludos de la blanquecina luz de la nieve. Tu mirada seria, pensativa, alerta. Solo el sonido del viento, el bosque, y tus pasos.

Gnosis en bruto.

Avanzas con gracilidad, decidida, y ni la incertidumbre ni la amenaza latente entre aquella frondosidad sirve para intimidarte. Mezclada fugazmente con el arquetipo de las leyendas, sin ser consciente de las fuerzas que te observan con atención, avanzas. Perfecta en tu ignorancia, inmortal en tu vulnerabilidad. La viva imagen del arrojo y la temeridad, haciendo equilibrio entre la más inconsciente estupidez y la más inexplicable genialidad. Avanzas. Un momento que no tarda en desaparecer, sin que nadie lo recopile o recuerde. Porque en esa caducidad radica su perfección.

Apenas un segundo después de llegar al claro donde encontrasteis el rastro de sangre, el vello de la nuca se te eriza. Tus alarmas se activan, y una sombre te hace girarte con una mano en el estoque. La casualidad ha jugado su parte, pues tus sentidos, afinados, distinguen el detalle que con toda probabilidad debería haber pasado desapercibido. Allí, en la lejanía, entre los árboles y la nieve... Una figura.

Aunque el miedo es la primera reacción lógica, tras unos segundos queda patente que no se trata de la bestia. ¿Pero quién, si no ella, acecha entre los árboles? Tras el aviso de Resmit, la presencia de los bandidos en el bosque implica que el monstruo no es la única amenaza que tener en cuenta. ¿Y quién si no vagabundearía por esa zona del bosque? Está claro que no te ha seguido, pero...

Es entonces cuando te das cuenta de que, en realidad, la que acecha eres tú. Sea quien sea, no parece haber advertido tu presencia. Se le ve de espaldas, y aunque la distancia es suficiente para no poder discernir mucho más, dirías que las pieles y ropas que le cubren son de aspecto tosco y descuidado. Podrías alejarte de allí, y probablemente no llegaría a oírte.

O podrías olvidarte de lo que dicen sobre la curiosidad y el gato.

Notas de juego

He estado un buen rato buscando imágenes en google para intentar mostrar lo que tenía en mente con esa tirada de estilo. Pero parece ser que las únicas mujeres que caminan por los bosques nevados son o bien japonesas con kimono o bien hadas feéricas. Bueno, y Lara Croft, que ya se la pidió Yngrid.

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24/04/2017, 15:57
Bedelia

Su primer impulso fue salir corriendo, y menos mal que no lo hizo. Allí, pegada a un árbol para esconderse, observaba con curiosidad al extraño. Pensó que podría ser Ziu, pero rápidamente lo descartó porque la propia Will había desmentido que estuviera dentro del círculo. Tampoco parecía un bandido (dudaba que se separasen, aunque era pura especulación) y mientras no se diera la vuelta no podría reconocer a nadie del pueblo.

Pero es que se moría de curiosidad, la suficiente para ignorar los potenciales peligros.

En silencio, se agachó hasta el suelo y se cubrió la ropa y el pelo de nieve, lo que le granjeó un terrible escalofrío, pero permitiría camuflarse mejor con la ventisca. Después, amasó una bola de nieve y la preparó entre las manos.

Avanzando un poco pero guardando todavía bastante distancia, la sureña lanzó la bola de nieve contra un árbol cercano a la figura y se escondió rápidamente, preparada para cuando se diera la vuelta al oír el ruido (confiando en que no lo amortiguara la propia ventisca) y poder verle el rostro.

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24/04/2017, 17:56
Director

La figura no se inmuta. Si se ha dado cuenta o no del ruido, no podrías asegurarlo, pero en caso afirmativo no parece haberse sorprendido lo más mínimo.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Rallar a Bedelia

Tirada: 1d100

Resultado: 85

Tirada oculta

Motivo: Rallar a Bedelia bis

Tirada: 1d100

Resultado: 40

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24/04/2017, 23:42
Bedelia

Bedelia reprimió una maldición. Estaba jugando a un juego peligroso, pero decidió achacar la impasibilidad del extraño al ruido de la ventisca (al fin y al cabo, una bola de nieve no era nada comparado con aquello). Pensó en dejarlo, en irse y olvidarse, pero no se encontraba en una posición en la que pudiera rechazar información, y menos si le venía desde una posición tan ventajosa como aquella.

Con el máximo cuidado posible, formó otra bola de nieve y volvió a intentarlo.

- Tiradas (1)

Motivo: Advertir

Tirada: 1d100

Dificultad: 40+

Resultado: 70(-15)=55 (Exito)

Notas de juego

Venga, la última, que con esa tirada de suerte tan mala seguro que si me pillan me arrepiento

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25/04/2017, 12:51
Una amenaza

Justo cuando te inclinas a recoger un nuevo puñado de nieve de un montículo cercano, lo ves. En el último instante, desvías el pie y pisas justo a unos centímetros de donde ibas a hacerlo. Esperas, conteniendo el aliento, a que empiece a sonar algo: Un latigazo, una cuerda deslizándose, ramas partiéndose o tierra removiéndose. Tus músculos se tensan, preparándote para saltar...

Nada.

Suspiras, aliviada. La visión de la cuerda, medio enterrada en la nieve, ha disparado tu adrenalina, pero por suerte tus reflejos y buena suerte no te han fallado en esta ocasión. La trampa de caza, posiblemente preparada hace tiempo y olvidada por alguno de los cazadores del pueblo, está conectada a un árbol cercano. Aunque tu conocimiento de trampería dista mucho de ser extenso, la imagen de tu cuerpo colgando boca abajo, listo para ser encontrado por la bestia, aparece con claridad en tu cabeza

La voz hace que des un salto hacia atrás, en lo que posiblemente sea la segunda experiencia cercana al ataque al corazón en los últimos segundos.

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25/04/2017, 12:52
Dag

-¿Qué haces?

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25/04/2017, 15:23
Bedelia

Conteniendo un grito y sintiendo que la vida se le escapaba, Bedelia se llevó un dedo a los labios con gesto serio, pidiendo silencio. Después señaló a la trampa para que Dag tuviera cuidado, y a continuación a la figura que estaba acechando.

Notas de juego

Post cortito, desde el móvil

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25/04/2017, 15:28
Dag

Dag mira hacia la figura. Luego te mira a ti. Al montón de nieve al que te dirigías. Y de nuevo a las figura. Su expresión pasa del desconcierto a la comprensión, y de esta a la incredulidad.

-Je... Jeje... JejejajaJAJAJAJAJAJA...

La risa cantarina del niño parece hacer burla a la ventisca, resonando entre los árboles como si un ejército de duendes traviesos hubiera decidido darse a conocer. Alarmada, te giras hacia la figura, esperando lo peor... Pero esta no se ha movido ni un centímetro de su posición. De hecho, resulta sospechosamente inmóvil. Tan inmóvil como un cadáver. O una estatua. O...

O dos piedras cubiertas de musgo y follaje, con una sorprendente similitud a una persona erguida.

Dag cae al suelo, desternillándose de risa. Bien poco parece importarle el frío lecho de nieve, o el azote del viento invernal.

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25/04/2017, 16:22
Bedelia

Bedelia tardó un instante en reaccionar, pero después comenzó a reírse junto con Dag, aliviada de que no fuera nada. También, como el chico, empezó suavemente pero no tardó en ser incapaz de controlarla y se apoyó junto a un árbol para reír a gusto, animada sin duda por los nervios.

Cuando las risas fueron extinguiéndose poco a poco la sureña se puso repentinamente seria y se giró hacia el norteño.

-Espera un momento, ¿¡tu qué estás haciendo aquí!?

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25/04/2017, 18:16
Dag

-Seguirte -lo dice con toda la naturalidad, como si fuera la respuesta más obvia del mundo- ¿Qué haces TÚ aquí?

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25/04/2017, 18:24
Bedelia

Bedelia descolgó la boca, sintiéndose muy, muy vulnerable. Si Dag la había seguido con tanta facilidad a saber qué podría haber hecho otra persona. Miró hacia atrás, gesto tranquilizador pero totalmente inútil.

-​Prepararme-​Contestó, sin que llegara a ser una mentira pero sin decir toda la verdad. Frunció los labios-​Vamos a ver, ¿recuerdas la conversación que tuvimos en la casa de Einar? ¿Esa sobre la bestia y lo peligrosa que podía llegar a ser? ¿Por qué me has seguido?

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25/04/2017, 19:07
Dag

La sonrisa de Dag se evapora tan rápido como surgió.

-Quiero ayudarte.

Por primera vez, adviertes la espada corta que lleva en la mano, guardada aún en su funda. Aunque la lleva medio oculta a la espalda, la punta sobresale por el otro lado, por lo que su presencia es obvia. Aunque no es especialmente larga o imponente, y algunos no podrían sacarle mayor uso que al de una daga o cuchillo especialmente largo, en las manos del niño parece tan desproporcionada como el espadón de Drunfo.

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25/04/2017, 21:01
Bedelia

Bedelia no pudo sino esbozar una sonrisa. Miró a Dag, y después su espada. La gente del norte estaba hecha de otra pasta, para bien y para mal. Debía mantenerlo presente mientras tratase con ellos.

-Eso te ennoblece-Le dijo, poniendo una mano en su hombro y manteniendo la sonrisa-Eres fuerte, valiente y decidido, y no me cabe duda de que algún día serás un gran guerrero.

La sureña se quitó la manta de encima, dejándola en alguna rama baja de un árbol para evitar que se mojase más de lo que ya estaba.

-Pero la bestia no es algo que deba tomarse a la ligera-Se levantó con cuidado la ropa, dejando a la vista la herida parcialmente curada que había sufrido el día anterior. Todavía se vislumbraba claramente el desgarro de los cuernos sobre su cuerpo. No era agradable-Éramos cuatro contra uno y ya has visto a Thaldein e Ingur.

Miró el cielo perlado por la ventisca, reflexionando.

-Entrar en el bosque es demasiado peligroso, pero si que puedes ayudarme de otra forma. La gente del pueblo tiene miedo, nos enfrentamos a algo demasiado poderoso, pero tu no. ¿Por qué no hablas con ellos? ¿Por qué no les animas? Les conoces, son tu familia y les puedes ayudar, a ellos y a mi. ¿Qué me dices?

Notas de juego

Por favor, por favor, que no esté nadie mirando, que ese "me subo la ropa" puede ser muy fácilmente malinterpretado.

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26/04/2017, 10:41
Dag

-¡No!

Dag se cruza de brazos, ceñudo. Resulta entre adorable y ridículo, que alguien tan pequeño se muestre tan indignado.

-Eso es lo mismo que me dijiste la otra vez. Lo mismo que dicen todos los adultos siempre. "Un día de estos vas a ser un gran guerrero, Dag". "Cuando crezcas vas a ser uno de los chicos más guapos de la aldea". "Ya verás cuando crezcas". Cuando crezcas, cuando crezcas, cuando crezcas. ¡Siempre cuando crezcas. Es... -intenta encontrar las palabras, trabado en esa eterna frustración que corresponde a los niños, capaces de sentir emociones más intensas y, quizás, más reales que cualquier adulto, pero condenados a no poder comprenderlas, a no poder expresarlas-. Es...

Da un pisotón en el suelo, y de repente te parece que crezca unos centímetros, como si una misteriosa energía, una presencia desconocida y ajena a él y a ti empezara a tomar control de su cuerpo.

-¡Es injusto! -dice, cargado de electricidad-. Ponéis reglas todo el rato, pero vosotros no las cumplís. Si no es la criatura, es el frío, y si no es el frío, los bandidos de la zona, o el ponerse malo, o los animales salvajes. Siempre hay algo. ¿Y qué haces tú aquí sola, eh? ¿Qué pasa, que la criatura no va a ir a por ti? ¿Por qué tú puedes y yo no?

Te sostiene la mirada, desafiante. Y ese algo, esa entidad incomprensible, que solo puedes llegar a percibir con tu subconsciente, parece brillar en sus ojos, más maduros de lo que corresponde a un niño de su edad.

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26/04/2017, 11:08
Bedelia

-¡Hmm!

Bedelia miró a Dag con muchísimo interés. Sólo había visto algo parecido el día anterior, cuando Resmit conjuró aquella maza de luz. Aún así, la sureña no habría sabido explicar por qué, pero le parecían cosas diferentes. ¿Seria Dag consciente?

-Estás...Has cambiado. ¿Lo has hecho más veces?

No había rastro de miedo en el tono de Bedelia.

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26/04/2017, 11:30
Dag

-¿Qué? -Dag te mira, confuso, y la energía parece disiparse- ¿El qué?