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Nieve y Hambre, capítulo 1: La silueta entre los árboles

2.8 - Desconfianza

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20/09/2016, 23:59
Saga Olrik

Saga asintió.

-No sabemos quién es, sólo que están buscando a las personas equivocadas. Queríamos salvarlos y alejarnos del peligro.

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21/09/2016, 00:03
Yngrid

Yngrid no dice nada, pero mira fijamente a los dos hombres.

-Einar es un idiota. Me creo que haya hecho algo así. Pero el granero...

Gira su cabeza para fijar su mirada en Saga.

-¿Ha sido...?

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21/09/2016, 00:11
Saga Olrik

La norne se dio la vuelta, mirando por fin a Yngrid. Se encogió de hombros negando.

-No sé quién. El fuego apareció casi de repente y se extendió muy rápido... Necesitamos ayuda de verdad, Yngrid. Ya no por ellos. Alguien está involucrado en el incendio y parece decidido a hacer desaparecer este lugar.

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21/09/2016, 00:15
Yngrid

Yngrid se mantiene en silencio, pensando. Parece que su actitud es menos hostil. Quizás su paranoia se ha visto fragmentada por el descubrimiento de lo ocurrido en el pueblo, que parece haberla dejado fuera de combate. Casi parece que está dispuesta a confiar en vosotras.

Es entonces cuando su respiración se detiene, y mira alrededor.

-... La nieve.

Tras unos segundos, descubrís a qué se refiere. No es que haya dejado de nevar.

Es que los copos caen hacia arriba.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Ocultismo (Saga)

Tirada: 1d100

Dificultad: 120+

Resultado: 51(+80)=131 (Exito)

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21/09/2016, 00:26
Bedelia

Bedelia baja las manos de golpe y se las lleva al estoque, preparada para desenvainar.

-¿Qué significa ésto? ¿Qué está pasando?

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21/09/2016, 00:31
Recuerdos

Es entonces cuando tu cabeza vaga a un recuerdo pasado, una línea de texto que se dibuja frente a ti como si la hubieras leído hace unos minutos.

"El Isagráta, uno de los eventos menos frecuentes del clima goldariano, se caracteriza, entre otras cosas, por el hecho de que, antes de su llegada, puede verse como la nieve cae hacia arriba".

No recuerdas el resto del pasaje... Algo relacionado con los espíritus de los hielos, crees recordar. O puede que sobre un ritual antiguo en honor a los dioses. No recuerdas bien, y el resto de la información está oculta entre las páginas de un libro que ya no conservas. ¿O sí?

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21/09/2016, 00:39
Saga Olrik

Los labios de Saga formaron una 'o'. Aunque extrañada, no parecía asustada sino perdida, como si acabase de perderse en un mar de recuerdos que no alcanzaba a vislumbrar de todo.

-Isagráta -musitó, mirando hacia el cielo. Quedó perdida durante unos segundos más hasta que una chispa se encendió en su cabeza-. Es algo del clima. He leído sobre ello... en algún lado. Deberíamos ponernos a resguardo.

Su mirada se dirigió hacia la mujer.

-Yngrid... Por favor. No quiero morir en la nieve.

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21/09/2016, 00:48
Bedelia

-¿Algo del clima?

Bedelia se esforzó por no levantar la voz.

-¿Y qué implica?

Se retorcía nerviosa, sin apartar las manos del estoque. Buscaba algo en la oscuridad, aunque ni siquiera sabía el que.

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21/09/2016, 00:54
Yngrid

Yngrid parece tan sorprendida como Bedelia. Su mirada viaja de la nieve a Saga, y luego a su arco.

-Joder -Parece tomar una decisión-. Vamos, seguidme.

Tardás algo más de veinte minutos en llegar a una cabaña oculta entre los árboles. Viéndola de cerca, no es de extrañar que no la hayáis encontrado, pues parece construida específicamente con ese motivo en mente. Aunque dentro hay espacio suficiente para los cinco, la decoración es escasa y el aspecto de los muebles, viejo y descuidado. Un par de pieles se apilan sobre una mesa, y una cama de aspecto incómodo se sitúa junto a la pared, en una esquina. En el centro, una mesa baja con dos sillas descolocadas. Exceptuando algunas estanterías y recipientes, y un pequeño cuarto trasero, la casa no parece tener mayor misterio.

Yngrid se apresura a sacar unas mantas, que extiende con destreza sobre el suelo.

-Tumbadlos aquí.

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21/09/2016, 01:06
Bedelia

Bedelia obedece, acercando el caballo lo máximo posible y después dejando caer con suavidad a los norteños.

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21/09/2016, 01:10
Saga Olrik

Dio las gracias en voz alta y en silencio. Después guió al caballo hacia donde Yngrid marcaba, notando como el frío se colaba entre los pliegues acentuando el cansancio y dolor. Sólo esperaba que hubiese merecido la pena.

Al divisar el refugio no pudo sino dar las gracias de nuevo, en silencio y con un largo suspiro. Cuatro paredes y un fugo podían hacerle a uno la vida infinitamente más agradable. Con ayuda de Bedelia, entraron a los dos varones. Estaban helados si no peor, pero al parecer todavía respiraban.

-Muchísimas gracias, Yngrid. En mi nombre y en el de ellos.

Sabia que había preguntas, por qués y explicaciones que ofrecer, pero lo primero era lo primero. Se arrodilló junto a Thorir y examinó su estado y después sus manos.

-Si pudieses calentar algo de agua sería estupendo. Han perdido mucha sangre: tienen que entrar en calor. Bedelia, por favor, ayúdame a desvestirlos y cambiarles los vendajes. Habrá que lavar y remendar esas ropas. No valen más que para harapos...

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21/09/2016, 01:19
Yngrid

Yngrid frunce el ceño, pero parece pensárselo dos veces y al final obedece a Saga, reavivando el fuego del hogar con un par de leños. Antes, sin embargo, se acerca a la puerta y, tras echar un vistazo afuera, visiblemente nerviosa, la cierra de un portazo. La presencia de los caballos en el interior es molesta, y hace que el espacio allí dentro sea algo más reducido, pero la cazadora no lo menciona. Al fin y al cabo, dejar a los animales fuera en este temporal tendría un desenlace obvio y trágico.

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21/09/2016, 01:26
Bedelia

Bedelia clavó la mirada en Saga un instante antes de empezar a hacer lo que le había pedido, comenzando por Thorir.

-Sólo hay ropa para él. Drunfo no tiene nada.

La sureña parecía sumida en sus propios pensamientos, lo suficiente como para no agradecer la hospitalidad forzada de Yngrid. Conociendo a la sureña aquello fácilmente podía clasificarse de raro. Sin embargo, en algún momento pareció darse cuenta de ese punto.

-Gracias, Yngrid. Esto significa mucho para nosotros.

Mientras Saga cambiaba los vendajes Bedelia se dedicó a calentar a los hombres con el agua que habían puesto al fuego, dejando paños empapados por las zonas más propensas a la congelación. Las manos fueron primero, luego se centró en los pies y por último en la cara, prestando especial atención a las orejas y la nariz. Realizó todo el proceso en silencio, cuidando que el agua no estuviera tan caliente como para herirles. Hecho aquello, lanzó la ropa manchada de sangre al cuenco hirviendo y esperó a que se limpiara antes de coserla, empezando por la de Drunfo. Lo bueno era que, con una ventisca así, el agua no era un problema.

Cuando Saga terminó de cambiar los vendajes a Thorir ayudó a vestirle con la ropa limpia y después le cubrieron con la manta. Drunfo tendría que esperar a que su ropa estuviera lo suficientemente remendada.

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21/09/2016, 23:10
Director

Al cambiar las vendas y revisar a Drunfo y Thorir, podéis comprobar su estado más detalladamente. Y es lamentable. Los dos están cubiertos de rasguños, magulladuras y morados, pero hay algunas heridas que destacan más que otras. Tienen la piel fría y, aun estando a resguardo, siguen tiritando. Algunas zonas más descubiertas de su piel debido a los cortes en sus ropas tienen un color azulado poco prometedor, tras casi dos horas en la ventisca. Aunque no hay ningún símbolo visible de congelación, seguro que se han acatarrado, y es posible que presenten algunos síntomas de hipotermia.

Drunfo parece encontrarse algo peor que Thorir. Tiene un feo corte sobre el hombro izquierdo y otro que le recorre toda la espalda, que es un milagro que no haya pillado la columna vertebral. Otras dos heridas más pequeñas, pero con mala pinta también, se alojan respectivamente en el muslo derecho y en el costado. Por último, descubrís quizás lo más preocupante de su estado, que es un fuerte traumatismo craneal en la parte izquierda de su cabeza, posiblemente ocasionado por algún golpe brutal con algún objeto bastante pesado y contundente. La herida no es sangrienta, pero hay un hilillo rojo que corre desde su nariz, lo que indica que el daño puede ser mayor de lo que parece. Toda la zona está inflamada, y es posible que se haya fracturado levemente el cráneo. Con estas perspectivas sobre la mesa, las posibilidad de que no se llegue a despertar no parece del todo alocada. Tampoco la de que se despierte... Distinto. Los daños cerebrales pueden conllevar serias consecuencias.

Aunque algo mejor que su compatriota, Thorir también tiene una gran colección de traumatismos y heridas que harían dudar a muchos sobre su recuperación. Un feo golpe en sus costillas ha dejado parte de su costado ennegrecido, aunque por suerte parece que no hay daños irreparables ni huesos rotos. Otro feo corte surca su antebrazo izquierdo, pero la herida más gorda está en el centro de su espalda, donde le han clavado un arma de filo, posiblemente un hacha, trazando algo más que un corte superficial. De nuevo, parece que la columna vertebral ha salido ilesa, pero en esta ocasión el daño es mayor que en el caso de Drunfo, por lo que posiblemente deje alguna secuela. Sin embargo, parece que, en conjunto, el estado del bastardo se debe más a la pérdida de sangre que a alguna herida especialmente grave...

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21/09/2016, 23:30
Yngrid

Yngrid os observa en silencio, pensativa. Antes de que terminéis de tratar a los dos norteños, enuncia sus pensamientos en voz alta.

-Tenéis que volver a Sultünge.

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21/09/2016, 23:40
Bedelia

Bedelia se lleva las manos a la boca al comprobar las heridas bajo la luz del fuego. Su estado era mucho más grave de lo que había imaginado en un principio, y las heridas en la espalda parecían corroborar la versión del ataque por sorpresa. Era casi increíble que hubieran podido defenderse y dejar a Renmo en aquel estado, por no hablar de Eskol, del que no sabían nada.

Miró a Yngrid sin terminar de comprender.

-No podemos dejarles solos. No en éste estado.

Aunque no lo dijo en voz alta su frase incluía un pensamiento secundario fácilmente deducible; Drunfo y Thorir eran su responsabilidad. Al salvarles, ellas habían aceptado cuidarles a su vez y eso era intransferible. Además, aunque parecían estables todavía había peligros secundarios y eran más propensos a infecciones. La noche era crítica.

-Necesitamos que el pueblo se calme. Si volvemos ahora quizás nos juzguen precipitadamente, o que ni siquiera nos juzguen...

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21/09/2016, 23:50
Yngrid

-Si volvéis ahora, nadie sabrá que les habéis ayudado -Les mira, frunciendo el ceño. Parece que la idea le hace tan poca gracia como a vosotras-. Yo me haré cargo de ellos.

El por qué ha cambiado su actitud desconfiada por esta, mucho más colaborativa, es un misterio. Puede que las heridas de los norteños le hayan convencido en cierta medida de la veracidad de vuestra historia. O puede que no le quede ninguna otra alternativa. Sea como sea, parece que ha abandonado su hostilidad, al menos de momento.

-Einar no es un mal líder, pero es orgulloso, muy orgulloso. Y es un cabezota. Si descubre que habéis ayudado a dos de sus enemigos, estaremos en un lío. Los tres.

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22/09/2016, 01:08
Saga Olrik

Saga había hecho cuanto sabía y podía por tratar sus heridas. Se sorprendió incluso de haberlos mantenido con vida varias horas más, pero a la luz era evidente que iban a quedar secuelas y que la recuperación iba a ser larga, lenta y dolorsa. Quizá, sólo quizá, hubiese sido más prudente pasarles a los dos por el filo de su estilete y olvidarse de ellos. Especialmente de la bestia.

La imagen regresó, fuerte y vibrante, y logró que Saga se incorporase con una inspiración profunda, cerrando los ojos para no ver. O quizá para ver más allá. Yngrid tenía razón: había una posibilidad de salir de aquello sin verse involucradas, excepto por un detalle. Saga había hecho un juramento, y no iba a dejarla sola en compañía de aquel diablo. Iba a quedarse cerca, vigilante... Tenía que saber más.

Por otro lado estaba la sureña, que parecía un ángel de corazón y un infante de lo ignorante que se mostraba. Casi le daba pena que se viese involucrada en todo aquello. Casi. Pero al final era una mujer adulta, casada incluso, y eso le daba la potestad de decidir por ella misma. Especialmente si sabía empuñar un arma como parecía.

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22/09/2016, 01:16
Saga Olrik

Saga había hecho cuanto sabía y podía por tratar sus heridas. Se sorprendió incluso de haberlos mantenido con vida varias horas más, pero a la luz era evidente que iban a quedar secuelas y que la recuperación iba a ser larga, lenta y dolorsa. Quizá, sólo quizá, hubiese sido más prudente dejarles morir.

Se incorporó con una inspiración profunda, cerrando los ojos para no ver. O quizá para ver más allá. Yngrid tenía razón: había una posibilidad de salir de aquello sin verse involucradas. Pero, ¿merecía la pena? Y en esas divagaciones pareció quedarse perdida durante unos instantes, mirando a una y a otra, y a los heridos para terminar.

-Creo que podríamos regresar, dar alguna excusa y zafarnos. Pero mi lugar está aquí -sentenció como si fuese algo obvio e innamobible-. Yngrid, te di mi palabra. No dejaré que caiga en vano. Y no te dejaré con los problemas de los que yo misma he decidido hacerme cargo. Si Einar quiere juzgarme y ser un necio, tendrá que rendir cuentas con Tiwaz. -Entonces se volvió hacia Bedelia-. Yo te metí en este aprieto. Si decides volver te llevaré y te ayudaré a preparar una coartada. Esto no tiene que ver contigo. Mira por tu bien, es todo lo que puedo decirte.

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22/09/2016, 10:04
Yngrid

Yngrid pone los ojos en blanco.

-Por todas las bestias de Uruz... -Murmura, exasperada, antes de recuperar su tono brusco-. Deja de hacerte la mártir. No sabes luchar, ¿no? ¿Qué vas a hacer si viene aquí eso, intentar convencerle de que no nos coma? Tampoco puedes hacer mucho más por ellos, no con lo poco que habéis podido recuperar del pueblo. Aquí solo estorbas. Las dos -Mira a Bedelia-, estorbáis. Y sigo sin fiarme de vosotras, no os quiero aquí más de lo necesario.

Se apoya contra la pared, cruzándose de brazos.

-¿Quieres cumplir tu palabra? Bien, demuestra que estás de nuestra parte. Acabad con ellos rápido y volved antes de que sea demasiado sospechoso. Convenced al resto del pueblo de que aquello a lo que nos enfrentamos es algo más peligroso que un par de norteños musculados. Ponedles de nuestra parte y venid a contarme vuestros progresos cuando podáis. Sea lo que sea eso, no creo que nosotras seamos suficientes para vencerle.