Partida Rol por web

The Armitage Files

Escena 1.6 - Una noche en los muelles (todos)

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26/03/2018, 14:35
Director

En efecto, aquel repugnante demonio abisal había comenzado a sangrar. De no ser porque parecía un milagro, incluso habrían jurado que era avanzada de forma todavía más torpe. Habían logrado debilitarle.

Mientras Sheridan aprovechaba que la criatura se incorporaba para guardar su pistola y recargar la escopeta que Maxwell le había pasado, el periodista no se lo pensó dos veces y volvió a disparar. 

¡BANG!

A continuación, todo pareció transcurrir a cámara lenta. La criatura croó de forma desagradable antes de desplomarse sobre el húmedo peñón, formando un charco negruzco y viscoso debajo. Los brazos de Maxwell se descargaron hacia atrás con la fuerza del retroceso mientras el cañón exhalaba un dramático hilillo de humo —como en las películas mudas de vaqueros—. Un olor nauseabundo inundó el lugar.

Había poco tiempo para regocijarse en aquella pequeña victoria. No obstante, el ver caer a uno de aquellos demonios reavivó sus esperanzas. ¡Había una posibilidad de sobrevivir a aquel infierno! [1] Pero primero debían llegar al Ada Carrell, ¡y deprisa!

Todavía horrorizada por el espectáculo sangriento que ofrecían los demonios de los otros veleros, Dorothy logró reunir fuerzas para tratar de espabilar al pobre biólogo. 

* * *

Finalmente, todos logran subirse a bordo. La cubierta había comenzado a tambalearse con la llegada de todo aquel peso extra, pero no tardó en estabilizarse. A su alrededor, cientos de ojos sin párpados estaban fijos en ellos. Algunos de los indígenas había intentado defenderse a base de golpes desesperados. Otros habían intentado huir a nado. Ahora ya no quedaba rastro de ninguno, a excepción de un terrible mosaico de sangre, miembros y cuerpos como cáscaras vacías que aquellos demonios habían devorado animadamente. 

Alexander había empezado a soltar los cabos y a preparar la nave para una brusca y apresurada huída. Pero las criaturas, que parecían haber averiguado sus intenciones, habían comenzado a zambullirse para perseguir a los inquietos supervivientes. Incluso podían oír arañazos en el casco y la quilla del barco:

RAC RAC RAC

- Tiradas (1)

Motivo: Daño a la criatura (Finch) (a bocajarro)

Tirada: 1d6

Resultado: 3(+1)=4

Notas de juego

He decidido narrarlo en el orden en el que habéis contestado porque me parecía el más óptimo para la escena. Sheridan no ha necesitado disparar (no os voy a revelar puntos de salud, pero ya teníais a la criatura a punto de caramelo). Por supuesto, también he revisado los puntos de daño que le habéis hecho anteriormente.

[1]: Dado que todos habéis gastado puntos en algún momento de esta rocambolesca escena y el ver vuestros esfuerzos recompensados al contemplar la caída del Demonio Profundo, creo que os merecéis una Tirada de Confianza (recuperar 1d6 de Estabilidad); a excepción de Kowalsky, que está en un estado de shock demasiado grave como para ser plenamente consciente de lo que sucede a su alrededor.
[Dorothy por lograr estabilizar lo suficiente a Moses, el resto por haber participado en el tiroteo y ver cómo cae una criatura de pesadilla]:

Una vez por escena —y solo una cada personaje, porque es raro que un personaje lo logre más de una vez en una única escena— un personaje recuperará 1d6 Puntos de Estabilidad (Tirada de Confianza) siempre y cuando realice una acción gastando puntos y la interpretación sea especialmente impresionante (lo cual será juzgado por los demás jugadores y el propio Guardián). 

Sé que en el manual no debería ser exactamente así, pero me parece un movimiento plausible en este momento. Además, me gusta añadir reglas de la casa de vez en cuando (siempre y cuando estemos todos de acuerdo). 

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27/03/2018, 10:17
Maxwell Finch

Por un momento, el tiempo pareció detenerse mientras Max disparaba de nuevo su arma. Sonó de nuevo un impacto en aquel cuerpo inmundo. Quizá era de esperar algún tipo de quejido o grito de dolor, pero en vez de eso, la criatura profirió aquel extraño croar que helaba la sangre.

El veterano periodista contuvo la respiración unos segundos. Al ver que la existencia de aquel ser llegaba a su fin desplomandose sobre las rocas cercanas resopló disipando el humo que salía de su revolver. Lo he conseguido... lo he conseguido... -se repetía a si mismo- ¡SI! -exclamó- ¡Púdrete en el infierno de donde has salido! -escupió inundado por aquel momento catártico ante la muerte segura que parecía cerñirse sobre ellos.

Los gritos que habían proferido sus compañeros le devolvieron a la realidad. Tenían que salir de allí y habían conseguido abrir un túnel hacia el Ada Carrell, hacia la salvación. Sacudió la cabeza y volvió a actuar. Guardó el revolver, tomó de nuevo el cuerpo del pobre Mickey y salió corriendo detrás de sus compañeros, trastabillando en más de una ocasión por los desiguales escalones. En la mente de Max sólo había un pensamiento: escapar.

Cuando llegó al velero intentó depositar de nuevo al pobre Mickey de la mejor forma posible. Le ardían los pulmones por el esfuerzo y tenía el cuerpo empapado por el sudor. Mientras se apoyaba en sus rodillas recuperando el resuello, lanzó una mirada a su alrededor. Todos estaban a bordo. Suspiró dando gracias a Dios por haber conseguido llegar. Su voluntad, confianza en sí mismos y quizá la suerte, les había regalado otra oportunidad para ver el siguiente amanecer...

RAC RAC RAC

Aquellos arañazos le devolvieron a la realidad. Estuvo a punto de caer sobre sus rodillas y darse por vencido ¿es que aquellos seres no habían tenido suficiente con toda la carne devorada? ¿Es que todos sus esfuerzos serían en vano?

Max apretó los dientes y negó para si. No... hemos derrotado a una de ellas. Pueden sangrar. Pueden morir. Podemos salir de esta. Querer es poder. -se repitió como un mantra oriental. Volvió a arrastra a Mickey pero con más delicadeza hasta el lugar del timón, donde estaba la mayoría. Se quitó la chaqueta y le cubrió como pudo.

¡Vamos compañeros! ¡Esto no ha terminado todavía! -miró al joven capitán de la embarcación- ¡Señor Carrington! ¡Díganos qué tenemos que hacer para ir más rápido! Será mejor que nos apostemos bien sobre la cubierta y estemos preparados por si una de esas cosas logra subir. ¡Que todo el que sepa manejar un arma tenga una a mano! ¡Podemos vencerles! ¡Vamos! ¡Luchemos por ver otro amanecer!

Intentó que aquella confianza ganada recayera sobre sus compañeros.

- Tiradas (1)

Motivo: Tirada de Confianza

Tirada: 1d6

Resultado: 6

Notas de juego

Como soy nuevo en el sistema, no se si una tirada de Adular o de Consolar serviría para subir la moral de mis compañeros. En caso positivo, estaría bien que las palabras de Max sirvan para algo más que "decorar" ;-) (Me gastaría todos los puntos que me quedan sin dudar).

Por otro lado, mi suerte con los dados me preocupa. Se avecina una pifia en el peor momento posible ^^. Supongo que recupero toda la Estabilidad perdida ^^.

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27/03/2018, 23:15
Dorothy Mort

La mujer se había dirigido hacia el Ada Carrell de forma temeraria, a sabiendas de que esa bestia musculada y mortal estaba casi en medio de su camino.
Simplemente, en medio de la desesperación, había lanzado los dados para probar suerte.
Todos los resultados posibles marcaban muerte, pero a Dorothy le salió el doble seis, el único que le permitía continuar soñando con su supervivencia. La criatura resultó muerta un segundo antes de que ella se acercara.
Incluso ese pobre loco tan educado, Moses, parecía haber estado de suerte, ya que decidió subir con ella sin rechistar demasiado.
La mujer pasó por encima del vómito que ella misma había echado unos minutos atrás, incapaz de asumir aún que realmente tendría una oportunidad más para vivir.
Oh Dios misericordioso-se dijo conteniendo las lágrimas -Te prometo que si me permites salir de esta isla infernal, jamás volveré a fallar un domingo en misa, y que intentaré ser mejor persona tal como Tú pides.
Alguien gritó de repente que todo el mundo debía de empuñar una pistola si podía. Dorothy se espantó mucho, pero obedeció.
Se miró las manos: le temblaban como a un viejo, como le tiemblan a los moribundos que saben del cierto que van a morir, pero aún así empuñó su pistola.
Se agarró como pudo a uno de los cordeles del barco y oteó en la oscuridad cualquier enemigo que se pudiera acercar.
El Ada Carrell se mecía de nuevo libremente sobre las aguas. Dorothy empezó a marearse de nuevo, pero el pesado tacto de la pistola la embargó de valor. Como si en verdad supiese dispararla.

- Tiradas (1)

Motivo: Confianza

Tirada: 1d6

Resultado: 6

Notas de juego

Bueno, me estreno como 'jugador desde móvil'. Espero no pegarle demasiadas patadas al diccionario.

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29/03/2018, 12:11
Alexander Austin Carrington III

Alexander se movió frenético por el muelle y el velero mientras preparaba la partida de aquel islote maldito, le costó mantener el nervio suficiente para que todos subieran a bordo cuando vio que otros seres se dirigían a por ellos. Encendió el motor y y desplegó la vela para aprovechar toda la potencia que diera de sí el navío para dejarles atrás; las palabras de Finch comenzaron a sacarle de su estado alterado y comenzó a respirar pausadamente, profundamente...pero su alivio duró poco porque  las criaturas se zambulleron y empezaron a rascar con sus garras el barco.

- Tiradas (1)

Motivo: Confianza

Tirada: 1d6

Resultado: 1

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30/03/2018, 10:17
Moses Kowalsky

Moses no dijo nada. Practicamente había subido al Ada Carrell como un muñeco de trapo, dejándose llevar por la señora Dorothy Mort.

Ciertamente, Kowalsky podía considerarse un afortunado. Si podía abandonar con vida aquél lugar era gracias al valor y pericia de Alexander, Maxwell y James; así como gracias a la amable disposición de la señorita Mort que se había parado un momento a ayudarle en vez de dejarse llevar por su instinto de supervivencia y salir huyendo sin él.

Pero a pesar de ello Kowalsky no tenía gesto de agradecimiento. Parecía un muerto que camina, su mirada fija en el horizonte frío, oscuro, del mar nocturno. En aquellos instantes parecía apenas consciente de lo que sucedía a su alrededor. Cuando Finch lanzó su discurso de aliento a los demás compañeros Kopwaslky simplemente se giró como acto reflejo al escuchar su voz, pero volvió a fijar su mirada en el horizonte cuando este dejó de hablar.

No, Kowalsky no estaba como para coger un arma y defenderse. Ni para sentir ánimos. No estaba allí para nada. 

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02/04/2018, 02:25
Director

Pese a las palabras triunfales de Maxwell, Alexander temía no sacarles de allí a tiempo. Había comprobado de primera mano lo resistentes y tremendas que eran aquellas criaturas. ¿Lograría resistir el velero? 

Los chirridos eran cada vez más intensos, pero la mayoría habían logrado mantener la calma. Finch, la señora Mort y Sheridan eran personas acostumbradas a mantener la cabeza fría bajo presión. Ahora se jugaban la vida, pero sabían que no debían dejarse llevar por el pánico. Por fortuna, Carrington fue lo suficientemente hábil como para poner en marcha el sufrido Ada Carrell. El motor bramó como una bestia salvaje. El viento comenzó a hinchar tímidamente las velas. Se estaban moviendo, trazando una espumosa estela en aquellas aguas. Pero ahí estaba:

RAC, RAAAAC, RAAAAAAAAC…

Una sombra comenzó a asomar por la baranda de estribor[1]. Los chasquidos y pastosos gorjeos que emitieron les alertó antes de que la luna comenzase a arrancar viscosos destellos de sus escamas. Dos de aquellas criaturas trataban de subirse a duras penas a la cubierta del barco, sin desviar sus inquietantes ojos de pez de sus presas.

Notas de juego

[1]: la derecha.

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02/04/2018, 09:59
Maxwell Finch

El tiempo, ese dictador implacable que tan pronto daba como quitaba, parecía eternizar aquella agónica huída. A pesar de sus palabras de aliento, no todos los compañeros de Max parecían compartir su voluntad renovada.

Fue entonces cuando la luz de la luna les mostró el peor de sus temores. Aquellas cosas estaban intentando subir tórpemente a la cubierta del Ada Carrell. El veterano periodista se había dado cuenta del punto débil de aquellas cosas, asi que lo intentó aprovechar.

¡Sheridan! ¡A pesar de su fortaleza, esos seres son muy torpes fuera del agua! Debemos aprovechar la oportunidad mientras aún están subiendo! ¡Yo me encargo de ese de ahí! -exclamó mientras corrió la distancia que le separaba de la criatura que había elegido como víctima. Quería aprovechar la inercia de la carrera para patear las extremidades del ser. No le haría daño, pero con algo de fortuna resbalaría y caería de vuelta al infierno del que había salido.

- Tiradas (1)

Motivo: Pelea

Tirada: 1d6

Resultado: 4(+3)=7

Notas de juego

Me aseguro de atizar al bicho. Mi idea es hacer que se caiga pisándole con todas mis fuerzas o pateandole las garras. A ver si así se va a su casa ^^.

Me he asegurado el golpe, asi que ya sólo me queda 1 puntito de pelea :'-(.

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04/04/2018, 23:04
Dorothy Mort

Dorothy sentía su corazón totalmente helado, como si el órgano vital se hubiese quedado sin fuerzas para bombar su sangre, pero aún así,  su temple se había renovado. Las palabras de Finch y la certeza de que por fin el Ada Carrell les estaba arrastrando fuera de esa isla de terror, habían devuelto a la mujer un poco de lucidez en sus acciones.

El periodista había tomado el mando, ya que Sheridan parecía desencajado tras su expedición a lo alto del arrecife y el joven señor Carrington estaba totalmente ocupado con la gobernanza del barco.

Dorothy fue totalmente consciente de que dos de esos monstruos trataban de subir a cubierta, pero pudo mantener la cabeza lo suficientemente fría como para obedecer a Finch.

Sacó la pistola de su bolso y, ladeando la cabeza para no hacerse daño ella misma, disparó hacia ellos.

- Tiradas (2)

Motivo: Armas de fuego

Tirada: 1d6

Resultado: 5

Motivo: Daño (-1 por piel escamosa)

Tirada: 1d6

Resultado: 1(-1)=0

Notas de juego

Disparo al que no ha atacado Finch.

Tengo dudas sobre si aun estoy Conmocionado, con el malus de 1 de eso acarrea. En la tirada no lo he reflejado. No gasto puntos.

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10/04/2018, 02:48
Director

Tras alertar a su compañero, se apresuró a mantener a raya a aquellas criaturas. Estaban tan cerca que no podía dejarse llevar por el horror. No ahora. Esos seres desafiaban todo lo que creía saber acerca de la vida, pero acababa de ver cómo sangraban y caían. ¡Podían morir!
Por desgracia, su heroica acción solo sirvió para enfadar aún más a la criatura. De pronto, notó cómo su tobillo se humedecía y unas afiladas garras se clavaban en su carne. El dolor y la sorpresa le hicieron perder el equilibrio. Un empujón de aquel demonio era lo único que le separaba de una muerte segura.

Por su parte, Sheridan asintió. Siguió el consejo de Maxwell y reunió el valor para acercarse todavía más a los atacantes, disparando a bocajarro con la escopeta. Ahora era todo o nada. 

Quizá fuese por los nervios del momento o por no estar tan acostumbrado a manejar un arma con un retroceso tan potente en una situación tan agobiante como aquella, pero su disparo se perdió en las profundidades. No obstante, aquel armatoste había rugido de una forma tan estridente que, de la impresión, la criatura que aferraba a Finch liberó a su presa. El otro demonio también croó en respuesta, enfurecido.

¡BANG!

Un segundo disparo resonó, cortando la noche hasta rozar una de las aletas de la criatura, que terminó resbalando y cayendo al agua. 

Y entonces se hizo el silencio.

Los pasajeros del Ada Carrell solo podían oír el borboteo mecánico del motor, viento hinchando tímidamente la vela y sus propias y entrecortadas respiraciones. Un chapoteo ocasional les hacía sujetar con más fuerza el arma.

—¡Tierra! ¡Estamos salvados! —exclamó Carrington al cabo de unos minutos que se dilataron hasta parecer toda una eternidad.

No parecía haber rastro de aquellos demonios. Quizá se habían rendido, asustados por el estruendo del arma. Esto, por supuesto, parecía bastante improbable. Fuese cual fuese la razón por la que habían detenido su acoso, una cosa estaba clara: se habían salvado.

- Tiradas (2)

Motivo: Arma de fuego (a bocajarro)

Tirada: 1d6

Resultado: 1

Motivo: Ataque de Maxwell (Patada)

Tirada: 1d6

Resultado: 3(-2)=1

Notas de juego

Modificadores de Sheridan: +1 (una escopeta A Bocajarro se considera Arma de fuego pesada), dispara con los dos cañones (+1, pero debe recargar al siguiente turno o usar la pistola) y A Bocajarro (+2).

Espero por si alguien quiere aportar algo más. Después, si todos estamos de acuerdo, pasaremos a la siguiente escena.

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10/04/2018, 03:18
Director

Caos.

Por mucho que pretendieses alejar tu mente de esta apoteósica noche, todo a tu alrededor es algarabía y caos. Un alboroto muy humano y un infierno tan desquiciante que te empuja a pensar que alguien lo ha creado especialmente para ti. Alguien que desea destruir tu psique, construyendo una minuciosa pesadilla a partir de tus más íntimos horrores. «¡Pero esto es imposible!», te dices a ti mismo, «yo soy Moses Kowalsky, un hombre de ciencia, no creo en todas estas paparruchas… por muy terriblemente reales que parezcan».

Un disparo. Gritos, gorgeos inhumanos y más disparos. Y, de pronto, un sonido del todo inverosímil.

Abres los ojos y notas algo que rueda hacia ti. «¿Qué es esto?». Lo coges y te lo acercas, recolocándote las gafas —¡es un milagro que todavía estén de una pieza!—. En efecto, se trata de una bola de papel. Aún con tu mente difuminada tras una densa niebla, piensas que puede tratarse de una nota que llevaba Samuel Dexton en el bolsillo o en la mano. «Tal vez se le haya caído cuando aquella… cosa lo atacó». Notas una sensación de incomodidad al sujetarla. ¿Se debe al papel o al recuerdo de aquel demonio? No lo sabes, pero aún así decides guardártela en el bolsillo de la chaqueta. Más tarde, ya en tierra, recordarás haberla abierto y leído su contenido, pero no lo que decía exactamente. Probablemente un montón de bobadas.

—¡Tierra! ¡Estamos salvados! —escuchas exclamar a Carrington.

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10/04/2018, 17:08
Maxwell Finch

Sólo cuando Maxwell estuvo a punto de caer a causa del garrazo de aquella bestia. Se había confiado demasiado. Terminó por trastabillar y caer como buenamente pudo sobre la cubierta del Ada Carrell.

Por suerte los disparos de sus compañeros, especialmente el de la escopeta que portaba Sheridan, terminaron por asustar a aquellas bestias abisales. Cuando se hundieron de nuevo en el mar, Max no pudo sino que llenar sus orondos mofletes con aire y resoplar mientras se miraba el tobillo rasguñado.

- Vaya estúpido que estás hecho Max... -se dijo a si mismo. Haber conseguido salir con vida le había envalentonado... demasiado.

—¡Tierra! ¡Estamos salvados!

El grito de Carrington, casi fue un bálsamo a sus cavilaciones. Habían salido vivos de aquel infierno pero... ¿a qué coste? Max no creía que pudiera volver a dormir en noches... o quizá no volvería a acercarse al mar sabiendo que aquellas extrañas criaturas podían surgir... ¿Y si también habitaban en los grandes lagos?

Lentamente se levantó con pesadez y se acercó al resto de compañeros. La adrenalina estaba dando paso a la realidad... y aquella parecía golpear su edad. Ya no era aquel joven entusiasta que hubiera viajado por toda Europa durante la Gran Guerra. Era un hombre maduro, con muchos más kilos de los que quería admitir y en baja forma.

¿Están bien todos? ¿Señora Mort? -forzó una amable sonrisa- Se ha portado usted de forma valiente... todos de hecho. Les doy las gracias por haber acudido en mi ayuda para salvar al pobre Mickey. Se acercó al hombre de color y le inspeccionó para ver si estaba en condiciones. Y entonces le recorrió un sudor frío. Sintió que la garganta se le secaba. No había dudado en disparar al desgraciado de Gardiner. De pronto se sorprendió a si mismo al ver cómo... le temblaban las manos de forma incontrolable. Se las llevó al rostro. Él no era un asesino ¿o si?

Tragó saliva y luego se dirigió al agente del FBI con la cara desencajada: Señor Sheridan entenderé que... si usted decide detenerme y llevarme ante la justicia... no le detendré... yo... maté a ese desgraciado de Gardiner. Quizá pudiera haber existido otra salida pero... ni siquiera lo pensé. -volvió a tragar saliva, definitivamente tenía la garganta seca- Quiero decir que... un hombre tiene que ser responsable de sus actos, después de todo. -añadió con algo más de convicción, como si necesitara que aquel hombre le diese un impulso a su brújula moral. Era un agente de la ley después de todo.

Notas de juego

A ver si Randy me echa una mano...

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10/04/2018, 23:01
Dorothy Mort

La mujer cayó de rodillas en cuanto el hábil Carrington avistó tierra firme.

¡Gracias! ¡Gracias Dios misericordioso! ¡Cuánta bondad nos has dado esta noche para salvarnos la vida!

Dorothy pensaba todo esto con las manos cerradas en un rezo alocado, con las lágrimas cayendo libremente por sus mejillas mientras ella miraba incrédula como por fin se acercaban de nuevo a las costas de Nueva Inglaterra. 

Pasaron unos minutos, y tras unas breves explicaciones por parte de todos, por fin la infermera entendió un poco lo que allí arriba del peñon había ocurrido. Estaba un poco enfadada con el negro, porqué les había puesto a todos en peligro,  pero en seguida se preocupó más por otro asunto: ¿Qué le había ocurrido a Anthony?

¡Oh, no! ¡El esposo de Laura se quedó allí! ¡Lo he matado casi yo!

Dorothy se quedó blanca, muda y helada tras estos pensamientos. Apenas dijo nada más hasta que pudieron descender de la embarcación, salvo apenas algunas explicaciones de que ahora ella necesitaba descansar unos días.  El Sr.Armitage seguro que lo entendería. ..

Notas de juego

Quedo a disposición de la nueva reunión que queráis hacer.

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11/04/2018, 09:13
Alexander Austin Carrington III

No podía mirar atrás, no quería mirar atrás, Finch y Sheridan tendrían que arreglárselas con esas cosas si querían volver porque solo él sabía navegar aquella embarcación...y a eso se aferró, debía salvar a los otros llevándolos a tierra firme ¿o acaso era una excusa para no enfrentarse de nuevo a los monstruos surgidos del mar? Escuchó disparos y estuvo tentado de volver la cara pero no había gritos ni quejidos así que debía ir bien.

Tras unos instantes llegó la voz de Finch preguntando por tods y alentando a la señora Mort, habían dejado el horror atrás y ahora todo dependían de él. Se concentró en el timón y en la idea de volver con Abigail y volver a ver a su madre; necesitaba pensar y analizar lo que había ocurrido en esos días, no quería dejar tirado a Henry pero estaba en juego mucho más que la cordura del viejo profesor.

Al fin divisó la costa, ¡Tierra! ¡Estamos salvados!, exclamó aliviado....y rompió a llorar en silencio.

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11/04/2018, 09:22
Moses Kowalsky

—¡Tierra! ¡Estamos salvados!

Como si acabara de salir de un profundo sueño Moses levantó la mirada al escuchar la voz de Carrington y se incorporó para luego caminar tambaleante en dirección a la proa del barco. Una vez allí se aferró con una mano, la izquierda, a la barandilla y se asomó a mirar hacia abajo, hacia la quilla del navío rompiendo las oscuras aguas. Mientras permanecía con la mirada perdida siniestramente clavada en las profundidades su silueta parecía la de un siniestro jorobado de esquelética figura.

La mano libre con la que no se aferraba a la barandilla estaba metida en el bolsillo de su chaqueta. Estaba obsesivamente apretando o dándole vueltas a algo metido en el interior de su bolsillo.

Moses empezó a canturrear suavemente:

No hay padre nuestroooo

en nuestros cieloooos

ni nadie al que alabaaaar su nombreeee.

El pan nuestro de cada día

podrido y lleno de gusanooooss...

Y nadie perdonará nuestros pecadooosss

como no perdonaremos los de nuestros enemigoooos....

(...)

Perecía una versión retorcida del Padre Nuestro católico. Mientras Moses canturreaba, la cruz cristiana que colgaba de  su cuello oscilaba ahora, solitaria, carente de toda fe y esperanza. Seguía aprentando de manera continua y demente algo guardado en su bolsillo.

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18/04/2018, 14:13
Director

"Vete al carajo" es una expresión que proviene del castigo que solía imponerse a aquellos marineros que cometían una infracción grave. "Carajo" era el nombre que se le daba a la canasta situada en lo alto del mástil, desde donde que se oteaba el horizonte en busca de tierra y otras embarcaciones —entre otras cosas—. Esta medida disciplinaria solía durar desde unas horas hasta varias semanas. La sensación de mareo y ansiedad era indescriptible, similar a la que sobrecogió a la tripulación del Ada Carell. El velero no tenía ningún puesto de vigilancia y la oscuridad lo envolvía todo con un frío manto; pero las luces del puerto aparecieron como ángeles de la guarda.

Lo primero que hicieron al bajar del barco fue dar una gran bocanada de aire. El aire todavía sabía salado, pero el penetrante olor de las algas pudriéndose no era nada comparado con el hedor que habían experimentado antes. A Alexander le vino a la cabeza Dante. El poeta saliendo del infierno con Beatrice, libre al fin.

Pero los momentos de calma duraron poco. Debían darse prisa y refugiar a Mickey en un lugar seguro, por no hablar del pobre profesor. El hombre sereno e íntegro que había sido una vez Moses Kowalsky, estaba ahora hecho un delirante manojo de nervios. Dorothy Mort, que tampoco tenía mucho mejor aspecto, trataba de calmarle poniéndole una chaqueta sobre los hombros. En cuanto Carrington recogió el velero, noto un frío abismo en la boca del estómago. El casco estaba lleno de arañazos. Unas garras inhumanas habían desgarrado hasta la chapa, tan agresivos que parecían heridas abiertas. Lo peor, lo que hizo que su corazón le diese un vuelvo, no fue pensar en qué hubiese pasado si esas bestias se hubiesen ensañado así con él. No. Lo que más le perturbó fue la certeza de las últimas horas de su vida no habían sido producto de ninguna pesadilla.

 

Fin de la escena