Después de tanto tiempo solo prefiero estar con alguien XD
Me metes donde veas mejor
Fantástico. Perdona por la tardanza, pero estoy hasta las cejas de trabajo. Si te parece bien, te pondré con Maxwell y Samuel, que imagino que te apetecerá más reunirte con tus compañeros ^^
Vamos a esperar por Maxwell y avanzamos.
Patrick observaba como su compañera se aquejaba de las heridas causadas por aquella misteriosa mano. La miraba de reojo pero evitaba comentar nada al respecto. No podía negar que aquello le preocupaba, y el hecho de que empezara a afectarla justo cuando se acercaban a su sospechoso, le producía una extraña sensación de incomodidad.
Fueron siguiendo a Gudzuhn por toda Boston. Para Patrick aquello era una especie de infamia o blasfemia, que aquel tiparraco se paseara alegremente por su ciudad, pavoneándose como si aquel suelo sagrado de su Boston fuera digno de tan despreciable sujeto. Patrick apretaba los puños de vez en cuando. Deseando que Gudzuhn tomara dirección al antiguo barrio del detective, el Southie, donde de aquella guisa sería pronto carnaza para las bandas habituales.
Pero Gudzuhn no tiró hacia el Southie, sino que se quedó en el centro. Donde el tipejo incluso tenía una oficina. Kavanagh miró a su compañera.
-Ya sabemos como son los apartamentos de este tipo. - Dijo Patrick. - No me gustaría llevarme otra sorpresa. Voy a preguntar a los vecinos si han escuchado ruidos u olores desagradables.
Max escuchó a Samuel y no pudo por más que asentir y sonreir... pero era una sonrisa de esas "natural" en él, no reflejaba felicidad realmente. La mente de Max había estado dando vueltas desde que se quedara "ido" en el hotel frente a su propia libreta.
-¿No tienes esa sensación? ¿cómo la de la típica palabra que se te queda al borde de la lengua? Tenemos muchos datos si, pero nos falta hilar las conexiones y probar nuestras teorías. Estoy muy de acuerdo en todo lo que comentas. Creo que deberíamos empezar por Helping Hands o por el tema de los vagabundos desaparecidos... -dejó la frase sin acabar y se concentró un momento en la calle.
-Ghudzhun... yo creo que la víctima era Ghudzhun, pero se encontraron con la pobre viuda o fue él quien la vendió por su mísera vida. ¿Por qué si no le culparon? En su casa tenía muchas cosas y andaba cerca de algo... o se había asociado con Blackwood o con algún otro ¿cómo lo ves?
Siento ser breve, ando liado estos días :-/
- Me parece lo más sensato antes de lanzarnos al siguiente paso. Podríamos esperar a que se vaya y tratar de entrar en su casa, pero dios sabe si vamos a encontrarnos alguna sorpresa desagradable y otra orgía de sectarios en cuanto abramos la puerta.
Alexandra echa un vistazo a la zona antes de abordar a los vecinos, quizá se pueda aprovechar otra fuente de información auxiliar.
Si hubiese un kiosko de prensa o alguna patrulla de policía, me gustaría conocer rumores casos o noticias relevantes que impliquen este edificio o esta zona. Mi fachada es que estoy pensando en mudarme a Boston con mi marido y soy una persona muy cauta y supersticiosa.
[Historia Oral]/[Jerga Policial]
Tras una concienzuda investigación preguntando tanto a agentes del orden como a vecinos, e incluso indagando entre las páginas de los periódicos, no encontraron nada demasiado relevante. Gudzuhn —o su presunto doble— vivía en un bloque de apartamentos no demasiado lejos del edificio en el que se encontraba su oficina. Aunque hacía muchos viajes a otras empresas, también recibía a posibles clientes.
Descubrieron que era contable o que, al menos, asesoraba económicamente a empresarios con una mentalidad de tiburón tan compleja que no alcanzaban a ver que pequeñas porciones de sus presas desaparecían mágicamente a otras cuentas con otros nombres. Esa era, desde luego, la imagen que tanto Alexandra y Patrick tenían de una profesión como aquella. Tras ver el lujoso apartamento y la ropa de Gudzuhn, supieron que sus prejuicios no estaban demasiado alejados de la realidad.
Sin embargo, lo único insólito que pudieron relatarle los vecinos del presunto fugitivo fue que tenía ciertas excentricidades. A veces pensaba en voz alta, se frotaba las manos y jamás se quitaba sus caros guantes de cuero.
Continuáis en la Escena 3.2 - Todo lo que sube…