Partida Rol por web

Parecía que Finch estaba llegando a las mismas conclusiones que Carrington, el joven lo miró con atención pero no le dijo nada...él mismo meditaba las palabras del profesor Dyer...deidades adoradas antes de la era del hombre....¿qué podía haber existido antes que los humanos? Las teorías de Charles Darwin y la evolución de las especies parecían quedarse muy cortas si eso era verdad ¿podía serlo o era una forma de los cultos de expresar un tiempo que no conocían? La propia Biblia utilizaba metáforas y cuentos para explicar cosas incomprensibles.....

- Sí, se está haciendo tarde y tenemos otra cita - dijo levantándose y tendiendo su mano hacia su anfitrión.

-Ehm... Lo cierto es que todo este asunto es... incómodo... al mismo tiempo que intrigante... y desafía la razón. Si no quiere contarnos más lo entenderemos... -miró el dossier- ¿Podemos llevarnos sus notas? Prometo devolvérselas por supuesto. -tampoco podían obligar a aquel hombre a hablar. De alguna manera, su rostro le recordaba al suyo propio en los últimos días al mirarse al espejo.

Dyer miró con recelo al periodista y por un momento pareció que se iba a negar en rotundo. No obstante, terminó asintiendo con un suspiro de resignación.

—Tengan cuidado. Preferiría que estos documentos sean solo para vuestros ojos y para aquellos involucrados en la investigación; nadie más. La información es valiosa, para algunos más que para otros, y por eso no debe caer en malas manos.

- Sí, se está haciendo tarde y tenemos otra cita - dijo levantándose y tendiendo su mano hacia su anfitrión. 

Dyer se levantó de su asiento atropelladamente y tomó la mano de Carrington para devolverle el saludo.

—Les deseo suerte con su investigación, pero sean cautelosos, por lo que más quieran —imploró.

Max tomó el dossier de forma delicada y cabeceó con respeto.

-Gracias Profesor. Le aseguro que hemos visto la cara del diablo y no nos gustaría que cualquier información cayera en sus manos. -era una forma de hablar, pero esperaba que aquel hombre entendiera el símil- Ha sido un placer. -añadió ofreciéndole la mano y estrechándosela de forma firme y sincera.

Una vez fuera suspiró y volvió a mirar el dossier antes de mirar a su compañero.

-Algo de lectura "ligera". Casi desearía que la cena de esta noche fuera menos fructuosa... -deseó como un imposible por el aura tétrica que se había quedado en el ambiente- ¿Deberíamos saber algo de nuestros compañeros no? Ya sabes, el bueno de Levi y "Strike"...

Cuando salieron de facultad de Geología, ya no había rastro de Andrew Lord ni del resto de estudiantes. En el campus solo se oía el crujir de los álamos, los coches alejándose y el chirrido de algunas urracas. 

En la biblioteca Orni seguían sin tener noticias de la investigación de Levi y Strike más allá de que habían llegado esa misma mañana a Newburyport y que pretendían indagar acerca de la Orden Esotérica de Dagon y el funesto destino de Innsmouth.

Tras consultar la hora, decidieron que tenían tiempo antes de que continuar con la ronda de "entrevistas". Uno de los bibliotecarios les condujo a una sala donde podían estudiar tranquilos el dossier del doctor Dyer.

Lo que encontraron fue un batiburrillo de notas, esbozos y transcripciones a máquina de lo que parecía ser un diario de campo. Algunos de los dibujos contenían figuras sumamente inquietantes que recordaban a criaturas marinas de anatomía imposible o, directamente, amalgamas de carne y órganos.

A pesar de que las notas habían sido ordenadas cronológicamente a grosso modo, tuvieron algunos problemas para poder formarse un marco de la expedición. Tal y como les había indicado Dyer, el archivo estaba incompleto y había mucha más documentación respecto a lo que descubrieron en la Antártida.

No obstante, lo que descubrieron entre esas notas no les dejó indiferentes.