Sheridan parecía complacido al ver que Alexander no ponía reparos al ir por la vía legal. Sin embargo, se aseguraría de que sus compañeros federales no husmeasen demasiado en los asuntos privados de los Carrington por respeto a su compañero.
El razonamiento de Samuel le hizo fruncir el ceño. Lo que decía el exboxeador y respaldaban los demás era cierto: su prioridad era encontrar el libro.
—Alexandra y Patrick están investigando también a Wilken y la Orden. Puedo pedirles que nos mantengan informados de sus avances ahora que estamos en el mismo bando. ¿Tenéis alguna idea de por donde empezar?
Estaban hablando de muchas cosas y viendo qué camino coger, pero finalmente, tras lo último hablado, Max añadió:
-Si, que nos mantengan al corriente de sus investigaciones, pero, como digo, para mi lo prioritario debería ser el Libro. Una vez con él asegurado, evitamos que ellos consigan su objetivo. -se rascó la papada un momento y añadió- O bien les tendemos una trampa como queramos. Seguro que si les hacemos saber que está en nuestro poder, vendrán como moscas a la luz.
Jejeje, creo que estamos dando muchas vueltas y perdiéndonos un poco.
Por cierto ¿los jugadores de Alexandra y Patrick siguen jugando?
Alexander se tomó un tiempo para reflexionar antes de responder, había muchos caminos.
- Ya he dicho que creo conveniente tanto defendernos como atacar, el problema es que no sabemos cuánto tiempo tenemos ni cómo de controlados estamos. Podríamos volver a dividirnos, dos de nosotros ir a ver a Leví y perseguir el libro y otros dos hablar el fiscal o incluso seguir otras pistas para ver qué otros grupos están implicados para no llevarnos una sorpresa. Si os parece Sheridan y yo podríamos hacer esta segunda parte y vosotros dos encargaros del libro.
Pues a separarnos otra vez o no podemos con todo
Si Alexander accede a que continuemos persiguiendo el libro no voy a ser yo quien diga lo contrario.
Procuraremos hacer nuestras pesquisas de la manera más discreta posible, te lo aseguro -dijo mirando al hombre de negocios-. De todas maneras creo muy probable que Wilken ya haya dado nuestro pacto por roto.
Por mi parte no tengo nada más que añadir, solo deseo salir de este maldito lugar en cuánto antes.
Lo veo igual que Sorgolas: Finch y Strike a hablar de nuevo con Levi y a por el libro en físico, y ellos a por la red juridico-policial de la Orden de Dagon.
Max escuchó a sus compañeros y asintió. El curso establecido también le parecía satisfactorio.
-Muy bien. Sea así entonces... y si, Wilken es de todo menos estúpido. A estas alturas ya debe olerse que le hemos mandado al cuerno... claro que él tampoco ha sido limpio con nosotros, asi que...
Dicho aquello, no quedaba mucho más por hacer. Les esperaban aún bastantes pesquisas.
Tras trazar sus respectivos planes de acción, los investigadores volvieron a dividirse para poder cubrir mayor terreno. Esta vez, con el mismo objetivo: atacar a la Orden Esotérica de Dagon desde varios frentes.
Cuando salieron del café, Strike pudo volver a respirar con normalidad, visiblemente aliviado. Aunque a los demás parecía transmitirles cierta tranquilidad al poder evitar miradas indiscretas, él no podía evitar sentirse fuera de lugar. Como si el propio establecimiento le rechazase y no precisamente por el color de su piel. No eran las indiscretas y mal disimuladas miradas de racismo, ya que el el la Llave de plata le trataban con amabilidad. Había algo más, como con la espada de Carrington.
Finalmente, se separaron en dos grupos y partieron a su siguiente destino.
Podéis seguir en vuestras respectivas escenas:
Alexander en Escena 4.2 - El afilado acero de la justicia
Maxwell y Samuel en Escena 4.1 - Con branquias y a lo loco