Partida Rol por web

Jeb asintió, aunque tenía alguna reticencia. No, no tenía la menor idea de lo que suponía responder por el chico. Es decir, ¿hasta dónde?¿Qué pasaba si Stich se la jugaba= ¿Me cortarían una mano?¿Me pegarían un tiro?¿Me obligarían a pagar sus deudas?

-Está bien pero...-dijo Jeb asintiendo-Bueno, él me dijo que estaría dispuesto a colaborar si se le ofrecía la oportunidad. Al fin y al cabo fue él quien me contó su historia. Yo no tenía porqué saberla y por lo que veo, ha dicho la verdad. Si en el futuro surgiese algún problema, yo mismo me encargaré de él ¿Sería suficiente con eso o implicaría algo más? Porque en ese caso, tampoco me voy a comprometer mi vida o mi fortuna a poca que sea, por una persona que apenas conzoco. De un modo u otro, le acompañaré hasta el lugar.

Jeb miró de nuevo al plano del pueblo. La oferta de Cashpaw le había sorprendido gratamente y se le notaba en la cara. Asentía con satisfacción.

-Y respecto a la parcela, creo que podemos hacerle frente ¿Tú que dices Isaac?

Se hizo un breve silencio alrededor de la mesa tras las palabras de Ennis "Blackeye" Cashpaw y la contestación de Jeb. Las cartas ya estaban sobre la mesa, al menos una parte de ellas. Solo faltaba confirmar cómo iba a acabar aquella compleja jugada.

En cualquier caso, la decisión final se iba a aplazar hasta al menos la mañana siguiente. Decidir en caliente no era la norma en la Frontera, así que se dio la reunión por terminada, y Jebediah, Isaac y Nathan abandonaron el Peacock Saloon con una oferta en firma para poder abrir el negocio que querían.

alquiler parcela 8 por 200$ mensuales hasta que terminen la obra de la parcela 4

compra parcela 4 por 625$

traer a "Stich" Stanton a Judas Crossing bajo la responsabilidad de Jeb

Faltaba sumar el coste de la obra y reformas de la parcela 4, así como el stock inicial. Y el tema de ese muchacho al que Jeb había primero disparado y luego salvado. Aún no se encontraba en Judas Crossing, pero Cashpaw encargó a uno de sus secuaces el cometido de garantizar su llegado al pueblo, y su permanencia en el mismo.

Los tres tenían que conversar sobre la oferta que había decidido Cashpaw. Noe ra un mal negocio en realidad. Les iba a permitir abrir rápidamente la tienda, y más adelante tener algo en propiedad. Además contaban con la financiación del First Bank of the West. Todo pintaba bien... o eso parecía.

En tan solo un día habían pasado a codearse con los líderes de dos de las cuatro facciones que dominaban el bullicioso pueblo donde el dinero, el oro y las influencias se movían a un ritmo vertiginoso.

Ahora los tres se dirigían a la pequeña tienda de Uriah Clemens, quien les había invitado a un estofado antes. Iba a ser un pequeño respiro en un lugar tranquilo y acogedor, y un buen sitio para concretar el siguiente paso a tomar.