Jeb sonrió sin mucha sorpresa al escuchar la confesión de Morgan. Era evidente que aquel
-Que el Sheriff de Lazarus no era trigo limpio nos costó muy poco descubrirlo. Lo que cuenta tiene sentido, desde luego, incluyendo el ataque de vuelta al Crossing. Pues como se suele decir, señores, se cierra el círculo. Y dado que nuestros intereses parecen coincidir al cien por cien, deberíamos ponernos manos a la obra.
Efectivamente, el círculo se estaba cerrando. Muchas de las cartas de aquella extraña partida estaban ahora sobre la mesa. Morgan se había revelado como un agente de Pinkerton, una poderosa agencia de detectives cuya lema era «Nunca dormimos». La familia de Robert Hayward III se había puesto en contacto con la agencia para investigar la muerte del perito de la costa este, contratado por First Bank of the West para tasar el valor de ciertas concesiones que iban a salir a subasta. Una de aquellas concesiones, la denominada 3CL, era por algún motivo de gran valor para el Sr. Bordeaux. Y la muerte parecía acompañar a aquel documento. Primero Hayward había muerto en extrañas circunstancias en las montañas de San Juan, en la parte alta del río Delores. Su cadáver fue hallado por unos cazadores que lo entregaron en Judas Crossing, y el caso se cerró prematuramente en Lazarus, falso informe médico mediante.
Por otro lado, la susodicha concesión 3CL se la entregó Caprice D´Vialdi a Pierre D´Rue con el objetivo de deshacerse de la misma durante un evento a bordo de El Paradiso. Y así sucedió, en una partida de póker donde jugaron D´Rue, un caballero sureño, Mortimer y una misteriosa mujer que trabajaba de croupier. D´Rue nunca regresó de aquel viaje, y Mortimer acababa de ser asesinado cruelmente.
Siguiendo la pista del fallecimiento de Hayward, Orpheus había localizado a los cazadores. Por otro lado, Zack y sus compañeros habían estado buscando a las otras personas que habían participado en la fiesta de El Paradiso Entre los invitados estaba la hija de Bordeux, pero sobre todo las pistas les habían llevado a los burdeles, ya que habían enviado a algunas chicas hasta aquel barco fluvial. La descripción de Gerardo de su fugaz encuentro con una prostituta encajaba con "Lizzy" Strider, una de las chicas del Alabaster Moon que le había ayudado a Zack a localizar a dos de las mujeres que estuvieron en el barco: Sappho Annie Baine y Sonya Armistead. El rastro de la concesión 3CL conducía ahora a la croupier de aquella partida, quien se encontraba en Judas Crossing. Y su vida corría peligro.
-La reunión entre Cashpaw y D´Vialdi ha de tener lugar más pronto que tarde. Se hará en este mismo local, en tres días, con la máxima discreción, sentenció Orpheus Anthony. -Necesitamos pruebas que involucren a Ridgeway, o mejor todavía, a Bordeaux en todo esto. Bordeaux se recluye en su mansión cerca de la mina, una fortaleza inexpugnable. Pero tiene una casa secreta aquí en el pueblo, y allí suele dar rienda suelta a sus ... aficiones más perversas. Y es allí donde a veces se reúne con personas con quiénes no quiere ser asociado en público. Tal vez pueda haber algo allí que le recrimine.
Luego miró a Morgan. -Lo del telégrafo es una buena idea. Pero debéis llevar cuidado, pues os estarán vigilando todo el tiempo. Y no hace mucho cortaron el telégrafo precisamente para evitar comunicaciones con el exterior. El hombre que lleva el telégrafo aquí en Judas Crossing es Dallas Emory. Creo que es de fiar, y además sé que le gusta el teatro y suele acudir al Rose Theater para ver los espectáculos.
El guardia del banco y mano derecha de la Srta. D´Vialdi se giró hacia la puerta, no sin antes despedirse de los allí presentes. -Caballeros, nos vemos pronto. Suerte.
-Gracias Señor Orpheus, hasta pronto.
Todo parecía claro y las opciones se iban poniendo sobre la mesa, había muchos lugares a donde les interesaba ir pero algo inquietaba a Nathan.
-Parece que tenemos que abordar varias cosas mientras intentamos llegar al fondo de todo este asunto. Supongo que lo más prudente sería no separarnos demasiado, si seguimos juntos el Sheriff y sus hombres se lo pensarán dos veces antes de hacer nada. -Pero aquellos hombres eran como aves de rapiña, si encontraban a alguno solo o en desventaja seguro que no dudarían en tratar de imponerse.- Pero quizás no podamos hacerlo todo sin separarnos... -Eso también era cierto.- Por mi parte me gustaría encontrar a esa señorita, a la ganadora de la partida de poker y actual propietaria de tan nefasta concesión. -Ya la había estado buscando antes y ahora que todo se había aclarado se sentía en la obligación de protegerla, era lo menos que podía hacer por su amigo.- Aunque no tengo ni idea de donde se puede encontrar, así que hasta que no tengamos ninguna otra pista puedo acompañarlos ya sea al telégrafo o a la casa de Bourdeaux en el pueblo.
Las prostitutas no le habían dado una descripción de la croupier. Igual una segunda visita pudiera darles mas detalles sobre la huidiza mujer.
- Yo voy a acercarme de nuevo a ver a las chicas del burdel para ver si nos pueden indicar su aspecto y por donde la han visto. Si quieres acompáñame y luego podemos intentar buscar a Dallas Emory y pasarle de forma disimulada el mensaje que queremos que envíe - dijo Zack dirigiéndose a Nathan.
Se giró entonces hacia sus otros tres compañeros, sabía que lo que iba a pedirles era muy peligroso y le hubiera gustado acompañarles pero las prostitutas confiaban en él y no estaba seguro de si hablarían con otra persona.
-Se que entraña un gran riesgo, pero ¿os acercáis vosotros al escondite de Bordeaux a ver si encontráis algo?
-¿Riesgo?-dijo Jeb encogiéndose de hombros-Llevo desde que he llegado al Crossing jugándomela cada día de mi vida a que me peguen dos tiros y me dejen tirado en un callejón y todo lo que he hecho fue abrir una sastrería y salvarle la vida a un muchacho descarriado. No me hables de riesgo.
Jeb cogió su sombrero y se lo puso dispuesto a ponerse en marcha.
-¿Estamos entonces? Pues pongamos manos a la obra.
A estas alturas, Gerardo estaba dispuesto a cualquier cosa, sobre todo si había la más mínima posibilidad de violencia. Llevaba mucho tiempo en barbecho y hoy había saltado la chispa, estaba eufórico.
—Mi segundo nombre es Peligro, jajajajajajaja —bromeó Gerardo, escupiendo de nuevo mientras no quitaba ojo a Morgan— Vamos pues, compadres.
Nathan miró a Zack con una sonrisa ante su pregunta, por supuesto él estaba dispuesto a ir, haría todo lo posible por derribar a los hombres que habían asesinado a su amigo.
-Le agradezco el riesgo que va a correr señor Rubenstein pero tenga cuidado, las cosas están muy revueltas.
Era cierto que ellos iban a ir a la casa de uno de sus rivales y hacer algo que era directamente un delito, pero iban en grupo y no esperaban encontrar mucha resistencia, quizás incluso la casa estuviera vacía aunque era mejor no confiarse.
-Cuando quieran caballeros. -Dijo a Jeb y a Gerardo.
El plan de acción estaba trazado, y el grupo estaba decidido de tomar las riendas de la situación. Las repercusiones del tiroteo de la Main Street podían ser nefastas para el porvenir de Judas Crossing, pero al mismo tiempo aquel incidente había servido de empujón para forjar nuevas alianzas, y para quitar algunas caretas, como las de Ridgeway. No obstante, aún no había pruebas para poder acusar al Sr. Bordeaux.
Siguiente escena en orden de lectura: [Cap III-Esc25.1] Encajando las piezas (Cashpaw)
Fin de la escena, sigue en 25.2. La Croupier (grupo)