-Descuide, señor Ollerton. No hay deudas ni asuntos pendientes de Matthew Jacobson en Lazarus, dijo y tomó el papel que le ofrecía Nathan con los datos de los familiares más cercanos. Tenía ganas de cerrar este tema.
-Para dormir, le recomiendo sin duda el Palace Hotel. Ah, casi se me olvida..., añadió de repente y abrió la carpeta que había estado cerrada hasta ahora. Guardó en el interior la hoja con los nombres de los familiares, y sacó un sobre cerrado. Era la carta que le había escrito Matt a Nathan, pero que nunca llegó a enviar. Pero al menos había servido para poder encontrar su familia. -No llevaba muchas cosas encima, la verdad. Pero esta carta la guardaba en un bolsillo de su chaqueta. Está dirigida a Usted.
Raymond Buck se levantó de la silla y dejó la carta encima de la mesa, y ofreció también un documento para que Nathan firmara haber recibido la carta. Estaba claro que la reunión ya había concluido, y el letrado se quedó de pie para despedirse del señor Ollerton.
te comento en la escena privada una cosa
Asintió con un gesto de aprecio al saber que su amigo Matt no había muerto por ninguna disputa debido a las deudas. En cuanto le respondió sobre el hotel que presentaba las cualidades de comodidad y precio respondió. - De acuerdo entonces tengo el hotel aquí al lado. - Otro gesto facial de aprecio marcó su semblante al saber que el hotel estaba casi al lado de la oficina en la que se encontraba.
Un gesto de sorpresa asomó en el rostro de Jonathan al entregarle una carta de Matt que iba en concreto dirigida a él. - Gracias señor Buck muy amable. - Dijo guardándose la carta en uno de los bolsillos del abrigo. - Estaré en el hotel que me ha comentado por si quiere localizarme. - Hizo un gesto para estrecharle la mano al letrado y cogiendo su maletín... - Que tenga buena noche señor Buck y gracias de nuevo por todo. - De esta forma el ex soldado se despidió encaminando sus pasos a la calle principal y desde allí hacia el hotel para poder dejar sus pertenencias y ponerse cómodo.
Zack aceptó la oferta, no se fiaba de lo que pudiera estar haciendo Jeb en Judas y deseaba llegar lo antes posible. Arreglaría el carro, cogería todo lo que pudiera aprovechar del almacén y se dirigiría lo más rápido posible a su destino.
Con ese plan en su mente se dirigió al Thunder Horse a ver si encontraba a Nathan y conseguía convencerlo de hacer el viaje con él hasta Judas Crossing.
Nathan entró en el saloon Thunder Horse, y se encontró con Zack sentado en una de las mesas. Estaba algo apartado del resto de la gente que llenaba el local, y le habían servido una jarra de cerveza y un plato de guiso mientras había estado esperando.
Nathan se sentó enfrente de Zack no sin antes quitarse el sombrero. Después de visitar al letrado, había tenido tiempo de pasar por el hotel y asearse un poco. Pero su semblante era serio, y no dejaba de darle vueltas a lo que le había sucedido a su amigo.
-Whiskey, le dijo al camarero y alzó dos dedos para indicar que pedía para ambos.
-Bueno, Zack. Espero que tus negocios hayan sido prósperos. Creo que tenía una propuesta para mí, ¿me equivoco?
PNJtizo, que se ha quedado huérfano el personaje de Nathan...
- No han sido todo lo buenos que esperaba pero siempre hay mas de un camino para llegar al destino - dijo con su eterna sonrisa - Tengo un carromato en el almacén que acabo de vender y algo de mercancía que tengo que llevarme. El carromato tiene una rueda rota, pero si podemos arreglarla y me ayudas a llevarlo hasta Judas Crossing, te llevarías 5 dólares por el trabajo. Una vez allí si estas interesado igual podemos seguir haciendo negocios o puedes intentar buscar fortuna por las montañas. ¿Estas interesado?
Cuando el camarero dejó el whisky en la mesa aprovechó para pedirle una jarra de cerveza y un plato de guiso como el de Nathan. No había comido nada desde que había llegado a Lázarus y tener el plato de guiso humeante de Nathan frente a él le había abierto el apetito.
El salario por el trabajo es un poco a ojo, no se cuanto días de viaje son hasta Judas Ceossing ni el importe mínimo salarial de esa epoca :p
Nathan escuchó las noticias y la propuesta de Isaac en silencio, aún seguía dando vueltas a las noticias que tenía. Cogió uno de los vasos de whiskey, lo alzó y lo miró al trasluz.
Esto está asqueroso.
Se podían notar las huellas de grasa del camarero y otras irregularidades que bien podían ser suciedad o el simple uso de aquellos aviejados recipientes, en cualquier caso era mejor no arriesgarse a coger cualquier enfermedad. Sacó un pañuelo de su bolsillo y frotó el contorno, los bordes y el interior del vaso hasta que el resultado le satisfizo. Después lo dejó sobre la mesa y se sirvió un poco de whiskey para seguidamente hacer un gesto hacia el vaso de Isaac con la botella para servirle también.
-Una rueda rota ¿no? -Dejó caer el líquido en el vaso de Isaac y cuando lo igualó con el suyo dejó la botella en la mesa. Miró a Isaac unos instantes y continuó.- Cinco dólares está bien. Tenemos un trato. -Extendió su mano hacia Isaac para sellar aquello.- Cuando lleguemos a Judas Crossing todavía no se que haré, no pensaba estar mucho tiempo, pero tendré en cuenta tu ofrecimiento.
Isaac era muy amable, de eso no le cabía duda, aunque esperaba que esa amabilidad no terminara volviéndose en su contra, el mundo no solía ser grato con ese tipo de gente. En cualquier caso ahora tenía que ir a Judas Crossing y que además le pagaran por ello le venía como anillo al dedo, una vez allí vería como se desarrollaba todo y decidiría que hacer.
-Comamos y después arreglemos esa rueda. Cuanto antes salgamos, antes llegaremos.
Creo que el plato de comida y la cerveza eran tuyos y estabas a punto de comer cuando yo entro. Así que me quedo con los que vengan y comemos juntos XD.
El acuerdo fue sellado tácitamente, y los dos hombres no perdieron el tiempo. Fueron hasta el almacén en cuestión, y Zack sacó la llave para abrir el candado y luego tiró de la gran puerta corredera. El metal chirrió contra metal, y dentro había algo de polvo. El almacén no era muy grande, y el carromato ocupaba el centro. Buscaron una linterna de aceite, y se pusieron a revisar las estanterías y las cajas.
También miraron la rueda avreriada, y las piezas que se necesitaban para arreglarla. Nathan tenía experiencia como carpintero, y buscó entre las cajas las herramientas necesarias.
Aprovechamos para repasar las tiradas de habilidad. En este caso, sería "Carpintería". Se mira en la ficha el porcentaje de habilidad (cuanto menos mejor). Se tira 1d100 y el objetivo es sacar más que la habilidad. La dificultad Media es +40% a la tirada, y la dificultad Díficil es +0% a la tirada. Por ejemplo, en este caso, Nathan tiene 46% en Carpintería (es muy hábil). La dificultad de arreglar la rueda comprando lo que hace falta es Media (+40%), así que con sacar más de 6 en 1d100 la arregla sin problemas. Arreglar la rueda con lo que queda de la rueda rota y lo que se encuentra por el almacén sería Difícil, así que con sacar 46 o más en la tirada no hace falta gastar dinero.
Por lo demás, en las cajas hay herramientas, estanterías, material para una tienda como balanzas y recipientes de todo tipo, objetos que Zack ha ido coleccionando y preparando sin saber muy bien para qué.
Nathan acompañó al que era su nuevo patrón a un almacén donde este tenía guardadas todas las cosas que le servirían para montar su nueva tienda. La verdad es que había bastante material aunque Nathan supuso que era normal pues debía abastecer las necesidades de bastantes personas. Se le hacía difícil imaginarse que clase de cosas y en que cantidad debería tener, aunque quizás por eso precisamente él no pretendía abrir un negocio. El sitio tenía algo de polvo y Nathan evitó tocar demasiado por las cajas para no ensuciarse, dejó que fuera su compañero quien llevara la iniciativa, al fin y al cabo también eran sus cosas.
En cuanto Zack encontró y encendió una linterna de aceite se acercó a la rueda del carro haciendo un gesto al otro hombre para que se acercara a iluminar.
-Echémosle un vistazo a esta rueda.
Nathan se puso en cuclillas y comenzó a observar los desperfectos. Entre las cajas había visto algunas herramientas y materiales que podrían servirle para una reparación sencilla, pero debía asegurarse si con aquello sería suficiente, no quería de ninguna manera que la rueda pudiera volver a romperse a medio camino, eso los retrasaría nuevamente. Tras observar bien la rueda, desvió su mirada hacia Zack y su cara dibujó una media sonrisa.
-Espero que no pagaras mucho por este carro. Puedo arreglarlo, necesitaré usar algunas de tus herramientas y algo de madera para sustituir este radio, pero quedará como nueva.
Ya que se había comprometido a acompañarlo y a ayudarlo quería hacerlo bien, era un hombre de palabra, además aquello le recordaba su época en la granja de su familia. Había una mezcla de añoranza y rechazo en ello, pero al menos la experiencia adquirida le permitiría acometer la reparación con garantías. Se puso a ello de inmediato. Se quitó la chaqueta, la dobló con cuidado y buscó algún lugar más o menos limpio donde colocarla, después se remangó la camisa y comenzó las reparaciones.
Motivo: Arreglar rueda
Tirada: 1d100
Dificultad: 46+
Resultado: 93 (Exito)
Mientras Nathan se ponía manos a la obra con la rueda, Zack se puso a revisar las cosas del almacén para ver cuales se podían aprovechar y cuales no merecía la pena llevarse. La mayor parte de las cosas estaban en peor estado que el carro, pero al menos pudo encontrar algunas herramientas y estanterías que le permitirían ahorrarse un buen puñado de dólares cuando llegase a Lázarus.
Mientras revisaba las cosas observó cómo Nathan reparaba la rueda, parecía que sabía bien lo que estaba haciendo. Le caía bien, aunque era un poco peculiar, había conocido mujeres mucho menos pulcras que él. Parecía tener una especial animadversión a ensuciarse.
Una vez arreglada la rueda entre los dos se pusieron a cargar el carromato con las cosas que había apartado. Fué un trabajo duro y largo, pero terminaron un poco antes del atardecer.
- Bueno Nathan, creo que nos hemos ganado una buena cena y un par de tragos, invito yo - dijo sonriendo y palmeando en la espalda a su compañero. Entonces saco un par de dólares y se los ofreció- Aquí tienes un anticipo para que busques un sitio donde alojarte esta noche. Saldremos mañana por la mañana en cuanto firme los papeles de la venta.
Tras la reparación de la rueda Nathan ayudó a cargar el carromato para la partida asegurándose que las cosas quedaban bien colocadas. Dejó que Zack se subiera al carro y le iba acercando las cajas que este le indicaba para que finalmente el comerciante las dispusiera sobre la superficie del carromato como mejor estimase, al fin y al cabo era importante para él que llegaran en el mejor estado posible. Fue un trabajo que les llevó gran parte de la tarde y no pudo evitar ver como sus manos, brazos y camisa comenzaban a adquirir poco a poco una fina capa de suciedad.
Necesitaré un buen baño y una camisa limpia.
Eso le subiría el ánimo después de aquello. Hizo un gesto afirmativo con la cabeza mientras recibía las felicitaciones de Isaac, aceptando la cena y los tragos, también recogió el dinero confirmando la buena voluntad y el buen hacer de su empleador.
-Ha sido una buena labor, sí. Y acepto esa cena y los tragos. Espero encontrar un sitio limpio para pasar la noche, a ser posible con baños, si no tendré que buscar unos para asearme y lavar esta camisa. -Se sacudió un poco la suciedad aunque era complicado sin manchar aún más su camisa.- Gracias por el adelanto. Espero que no haga lo mismo con todos. ¿Quien le dice que alguien podría coger su dinero y desaparecer? Eso sería un mal negocio. No se preocupe, no soy uno de esos tipos. Buscaré un sitio para pasar la noche y me daré un baño. ¿Nos vemos dentro de una hora?
Sintió la necesidad de advertirle que había mucha gente que se aprovecharía de su buena voluntad, aunque quizás aquel tipo tuviera un sexto sentido que le indicara con que tipo de persona trataba, no lo sabía. Le había caído bien y no quería que algún estafador pudiera hacer negocios a su costa. Recogió su chaqueta intentando manosearla lo menos posible con las manos sucias y acompañó a Isaac fuera del almacén, esperó a que este cerrara y después se despidió buscando con la mirada algún abrevadero de caballos o barril con agua con el que pudiera limpiarse un poco antes de buscar alojamiento para la noche.
Una vez terminado de arreglar la rueda y de cargar todo aquello que iba a poder usarse en la futura tienda, Zack cerró el almacén con un candado y los dos caminaron al Palace Hotel, el más destacado de la localidad. Lo habían recomendado en la parada de la diligencia, y tampoco tenían muchas alternativas a la vista. Por el camino se asearon lo mejor posible.
Ya era casi medianoche cuando entraron en el hotel, y la cocina estaba cerrada. Pero quedaban algunos clientes en el comedor fumando puros y jugando al Faro. El camarero prometió sacar alguna cosa de la despensa para ellos mientras preparaba las habitaciones individuales para Sr. Rubenstein y Sr. Ollerton.
Por fin se sentaron a cenar y a beber algo. No iba a ser una noche larga, porque el día siguiente tocaba madrugar para partir de Lázarus.
Entre las pertenencias que dejó Zack encima de una silla vacía, había un periódico de hace unos meses cuyo titular le llamó la atención a Nathan.
Era ya tarde, el tiempo se había pasado volando en el almacén, estas cosas ocurrían cuando uno se concentraba en una tarea, otras veces sin nada que hacer el tiempo podía transcurrir lento y tedioso. A pesar del trabajo y de haberse ensuciado bastante Nathan agradecía la oportunidad, además tras el aseo básico que habían realizado se encontraba de mejor humor. A pesar de la hora el camarero prometió buscarles algo de comer, probablemente no sería gran cosa y estaría frío pero durante la tarde se le había abierto el apetito y no pensaba ser muy exigente, le bastaba con llenar su estómago para poder descansar hasta el día siguiente.
Espero que las habitaciones de este sitio estén medianamente limpias, no parece el peor de los cuchitriles al menos.
Se sentaron en una mesa mientras les traían las viandas y a Nathan le llamó la atención el titular de un periódico que Isaac dejó sobre una de las sillas vacías.
-¿Me permites?
Sin esperar la respuesta de su acompañante alargó la mano para hacerse con el ejemplar, era de unos meses atrás y anunciaba como en Judas Crossing había estallado la llamada "fiebre del oro".
-Vaya... No sabía que se había encontrado oro en Judas Crossing. Supongo que eso lo hace un pueblo con muchas posibilidades para los negocios como el que piensa abrir.
Una oportunidad para los negocios y también para los problemas, donde había oro, dinero y negocios siempre solían surgir problemas.
¿Tendría eso algo que ver con la muerte de Matt? Nathan tenía un mal palpito sobre todo aquel asunto.
Volvió a dejar el periódico en la silla mientras rumiaba las nuevas posibilidades que aquella noticia ofrecía.
Mientas cenaban estuvieron compartiendo información sobre Judas Crossing, no era mucha la que tenían, pero era un buen tema de charla. Una vez terminada la cena y tras un par de tragos se despidieron y se fueron cada uno a su alojamiento.
Zack estuvo tentando de pasar por el burdel del pueblo antes de ir a su habitación, el encuentro con Helen en el tren había sido sólo un flirteo para que el tiempo pasase más rápido, pero estaba acostumbrado a llegar bastante más lejos. Al final, el cansancio de la tarde de duro trabajo, y el viaje de mañana le hicieron decidirse por dirigirse directamente a su alojamiento.
A la mañana siguiente se dirigió a la oficina a terminar el papeleo de venta y aprovecho para pasar por la oficina de telégrafos para enviar un telegrama a su socio. Al llegar al almacén se encontró que Nathan tenía ya el carro fuera y le esperaba subido en él. Se subio de un salto con muy buen humor y palmendo la espalda de Nathan le dijo:
- ¡Vamos Nathan, a por la nueva tierra del oro! Y démonos prisa no sea que no quede oro para nosotros cuando lleguemos.
Había pasado bien la noche, quizás por el trabajo de la tarde anterior que lo había cansado o por los días viajando en caravana, el caso es que la cama le había resultado acogedora. Al levantarse, se aseó con una palangana y ya más despierto se dio cuenta que a la luz del día la habitación no estaba tan limpia como había pensado.
Las he visto peores. Además nos vamos a largar...
Recogió sus pertenencias y se dispuso a encontrarse con Isacc. El hombre aún tenía cosas que hacer pero le había dado la llave del almacén para que fuera poníendolo todo en orden hiciera las últimas comprobaciones y dispusiera el carro para la partida.
Demasiado confiado, demasiado confiado.
Isaac parecía de la misma pasta que su amigo Matt, y las cosas no habían acabado muy bien para él. Esperaba que al empresario le fuera algo mejor y que Judas Crossing no terminara convirtiéndose también en su cementerio.
Enganchó los caballos y comprobó los arneses y las correas, no sin antes haber comprobado que la carga siguiera bien atada para el viaje. Después sacó el carro, cerró el almacén y esperó pacientemente el regreso de Isaac mientras silbaba una canción.
-Como quiera jefe. -Nathan agitó las riendas dando orden para que los caballos avanzaran.- Aunque creo que te conformarás con que todavía lleguen ilusos en busca de utensilios para buscar oro y que los que tengan ya algo puedan comprarte alguna de tus cosas. Ten cuidado con esa gente. ¿No has oído nunca lo de la "fiebre del oro"? Por algo lo llaman fiebre...
Desde el día anterior que había descubierto aquello no podía dejar de pensar si aquella enfermedad había afectado a su amigo Matt de alguna forma.
Una vez cerrado el negocio de la venta del almacén, llegó la hora de partir. Todo había sido muy rápido, y le aconsejaron a Isaac que una vez establecido en Judas Crossing, lo mejor era abrir una cuenta en el banco para recibir el pago del almacén. Le dieron todos los documentos pertinentes de pago, y todo parecía estar en orden. Además, viajar con mucho dinero en efectivo no era buena idea en aquellos tiempos.
El carruaje era robusto, de los que se habían usado desde los tiempos de los primeros pioneros. Sin muelles de suspensión, cualquier tramo más accidentado obligaba a bajar y caminar junto al carro. La lona suspendida sobre arcos de metal protegía algo del calor y del viento, pero no resultaba un transporte muy cómodo. Sobre todo cuando iba tan cargado.
Medía 1,20 metros de ancho y 3,60 de largo, y la lona era de algodón. Las ruedas estaban algo desgastadas, y la pintura roja ya apenas se intuía. Pero se podía manejar, además Nathan había conducido carruajes durante la guerra y tomó las riendas.
En la parte trasera baja colgaba un recipiente de grasa para las ruedas que se movía con el ritmo del avance del carruaje, y de vez en cuando golpeaba la estructura de madera o alguna piedra impactaba en él. Era el único sonido que les acompañó aquella mañana de junio de 1870 cuando emprendieron el camino hacia Judas Crossing. Al dejar atrás Lazarus, pudieron ver una colina coronada por varias cruces. Una de ellas era la de Matthew Jacobson, el amigo de Nathan.
FIN DE ESCENA
Al finalizar cada escena (o dos en este caso), se reparten Puntos de Desarrollo (BP), y de Reputación y Fama. Se consiguen por logros relacionados con la Profesión o logros personales, y también otorgo 0-1 de Fama y de Reputación por interpretación en cada escena.
He supuesto que el “camino profesional” de Nathan en la primera escena era la de Soldado, y Zack el de hombre de negocios. Después del reparto de estos puntos, en la escena privada comentamos qué se hace con los mismos y si se cambia el camino profesional.
Me han gustado las escenas introductorias. Siguiente parada, ¡Judas Crossing!
Siguiente escena en orden de lectura: [Cap I-Esc2.1] Encrucijadas