Partida Rol por web

Siguieron el camino hacia Judas Crossing. Ya quedaba un último tramo, y no hubo más incidencias en lo quedaba de día y se pararon a descansar la noche. El prisionero se había despertado, aunque pronto volvió a perder el conocimiento. Tal vez fingía para evitar el interrogatorio, pues su estado general parecía mejorar poco a poco. En cualquier caso, todos tenían ganas de llegar al pueblo lo antes posible.

Recogían el campamento para continuar, y calculaban que para medio día, es decir, en unas cuatro o cinco horas podían estar ya llegando al pueblo.

Jeb seguía sentado enla parte delantera. Sus heridas no parecían preocupantes pero viajar en la caja hacia que todo se moviese más y esto le ocasionaba dolor. Se sentía afortunado a decir verdad. Un poco más a la derecha y no lo habría contado. Su mente divagaba sobre la identidad de sus asaltantes.

-¿Qué haremos al llegar?-dijo buscando saber la opinión de sus acompañantes-¿Llevamos a ese infeliz al sheriff?¿O ahorramos tiempo y se lo llevamos directamente a Cashpaw?

Nathan comprendió el porqué Stich quería permanecer en el carro y le pareció bien, a decir verdad él tampoco quería líos y prefería que toda la mercancía llegara bien a sus destinatarios.

-Entonces haces bien quedándote ahí muchacho, por el bien de tu amigo.

Siguieron el camino, que resultó tranquilo y sin ningún incidente más, aunque Nathan permaneció atento al camino y los alrededores por si aquella emboscada no era la única sorpresa que les habían preparado. Cuando ya faltaba poco para llegar Jeb hizo una pregunta que confundió a Nathan, quizás no conocía aún lo suficiente del pueblo.

-¿Ahorrar tiempo? ¿Es que el sheriff trabaja para Cashpaw?

Tampoco sería algo que le sorprendiera, aunque pensaba que una autoridad como aquella debía permanecer imparcial, Cashpaw parecía tener mucha influencia en buena parte del pueblo, algo que no le gustaba demasiado.

El camino de regreso se le estaba haciendo larguísimo. Quizás era por el bajón tras la adrenalina del tiroteo, sumado a los efectos del alcohol, pero parecía que llevaban días al ritmo lento del carromato.

Si me lo dejáis a mi, mi jefe el señor Ortega seguro que tiene alguien que sepa hacerle hablar...

Sugirió Gerardo, riéndose por lo bajini, ante la pregunta de Jeb.

-No diría tanto, pero no creo que se vaya a mojar demasiado con algo que le generará más problemas que otra cosa. Si este tipo es del pueblo, Cashpaw lo conocerá, conocerá para quién trabaja y probablemente conocerá el motivo por el que nos atacó. Pero me parece bien presentárselo primero al señor Ortega.

Ya vieron a lo lejos el pueblo de Judas Crossing, y a varios de ellos les invadió una extraña sensación de volver a casa. Pues en efecto, aquel pueblo extravagante, temerario y dinámico se había convertido en un lugar especial donde tratar de labrarse un futuro. En un hogar.

Un grupo de cuatro jinetes se acercaba por el camino hacia ellos levantando una gran polvareda. Eran Lobos Negros, hombres de Ortega, y cuando llegaron hasta el carruaje les informaron de que estaban buscando a un ladrón que había robado en alguna tienda del pueblo y que había huido con un caballo robado de los Establos Castellon. Los de la tienda habían podido reducir a uno, pero el segundo al parecer había logrado escapar. Para empeorar la situación, el fuerte del señor Ortega había sufrido un ataque y había cierto caos entre las filas de los Lobos Negros.

Saludaron a Gerardo y tras escuchar la historia del ataque, se llevaron gustosamente al bandido que había asaltado la caravana.

-El señor Ortega le hará hablar a este malnacido, sentenció uno de ellos.

Ya en el pueblo, les recibieron con aplausos y alguna palmada en el hombro. No hubo grandes celebraciones, pues se notaba la tensión en el ambiente. Las facciones se estaban posicionando ante varios temas de vital importancia. El futuro de Judas Crossing pendía de unos hilos de los que tiraban los poderosos.

En medio de aquella lucha de poder, la llegada de la mercancía permitía celebrar oficialmente la inauguración de la tienda de Rubenstein&Broud, y comenzaron los preparativos.