Partida Rol por web

El ladrón^L1 por fin lograba controlar los caballos y comenzaba a sacarlos hacia el exterior. Los sucesivos disparos habían alertado sin duda a la gente del pueblo, y tenían ahora prisa si querían salir de Judas Crossing con vida.

-Vamos compadre, tenemos que salir, le instó a su compañero.

No obstante, el otro bandido se centraba ahora en Fabian Castellon.

¡BANG!

Le disparó al dueño de los establos, pero falló. Entonces Fabian que había estado apuntando para disparar al ladrón más alejado^L1 decidió cambiar de objetivo a este bandido que tenía más cerca. Tan solo unos pasos les separaban.

Mientras tanto Morty se arrastraba por el suelo para alejarse del peligro. Tenía cerca a mano derecha la zona donde se lavaban los caballos, y además de un barril de agua y esponjas, había un bieldo que usaban para mover la paja de las caballerizas.

Desde el exterior se escuchaban ruidos, pero Morty no podía distinguirlos de momento entre los disparos y el relinchar de los caballos.

Parecía que me encontraba fuera de peligro por el momento. Miré a mi alrededor y pude ver un bieldo apoyado contra la pared. Me acerqué a él yla cogí. Después me escndí tras el barril de agua para abrevar a los caballos como pude y dejé mi improvisada arma a mi lado. De afuera llegaban ruido muy confusos que no lograba distinguir. Mi ré a mi alrededor por si pudiese haber alguna nueva vía de escape.

Fabian disparó al bandido^L2 dentro del establo que avanzaba hacia él, y éste le devolvió el tiro. Pero ambos fallaron a pesar de estar cada vez más cerca el uno del otro. Las prisas de uno y la poca experiencia de otro fueron seguramente la causa.

El otro bandido^L1 ya había salido con los dos caballos, y el que aún permanecía dentro vio que le quedaban pocas balas en su revólver, y desde fuera se escuchaban ruidos. Habían robado en una tienda y necesitaban abandonar el pueblo sin demora. Así que se dio media vuelta y comenzó a andar hacia la salida.

Desde su escondite, Morty ve cómo el bandido se dirigía hacia la puerta del establo. Llevaba un revólver en la mano pero sin apuntar, y estaba atento a cualquier persona que pudiera entrar por la puerta. Estaba a unos cuatro o cinco metros del escondite de Morty, pero no le prestó atención.

Aquel era el momento que estaba esperando. El pistolero me había dado la espalda y no había visto que tenía cerca de mi el bieldo. Aún com el dolor de alguna costilla rota por el impacto de su disparo me moví con todo el sigilo que pude, me coloqué tras él  y le clavé el bieldo con todas mis fuerzas en la espalda.

Morty comenzó a moverse y se situó a la espalda del bandida. Entonces atacó con todas sus fuerzas, armado con el bieldo de los establos. ¡Con bastante fortuna, su golpe impactó en la rodilla del asaltante!

La fuerza de golpe fue tal que las afiladas puntas del improvisado arma atravesaron la pierna. El bandido soltó un grito de dolor y de agonía, y acto seguido cayó inconsciente.

Fuera se escucharon disparos y el ruido del caballo huyendo. Al parecer, el otro de los bandidos había logrado escapar. Pero tenían a uno reducido en el suelo de los Establos Castellon. 

-¡Lo tenemos!, exclamó Fabian y se acercó al bandido herido arma en mano. También se interesó por su socio. -¿Estás bien Morty? Maledetto rifle se ha rotto en el peor momento.

Entonces escuchó pasos de gente llegando a la carrera.
 

La llegada de la gente de Judas puso fin al intento de atraco, y entre varios apresaron al bandido herido. Los “Lobos Negros” reclamaron impartir justicia, cuerda en mano, pero el sheriff McCoy se mantuvo firme y se lo llevó a una celda a la espera de juicio.