-Por Dios santo, ¿te parece que tengo la pinta de ser alguien que ha encontrado oro?-contestó Jeb-Tranquilo, no te llevaré al pueblo. Para eso mejor sería dejarte morir aquí. Así que tienes un tesoro escondido ¿eh? Me parece bien. Dime dónde está y te salvaré.
Por mucho que hubiese arruinado sus planes cuando estaba a punto de obtener resultados, Jebediah sería incapaz de dejar morir a aquel muchacho a su suerte. Lo cierto es que con tesoro o sin él y ciertamente, no creía una palabra al respecto, haría lo que fuese posible por ayudar a aquel muchacho. Por eso, antes incluso de obtener respuestas, se dispuso a intentar ayudarle.
En su vida, Jeb nunca se había molestado en aprender nada de primeros auxilios, pero había visto trabajar a alguno de esos matasanos, así que intentó imitarlos lo mejor que pudo.
-Toma, muerde esto-dijo ofreciéndole un palo-.
Se lavó bien las manos con agua de su cantimplora e intentó buscar la bala.
Motivo: Observación (83%)
Tirada: 1d100
Resultado: 37
Stich mordió el palo entre sus dientes y echó una mirada de puro terror a Jeb al notar primero el agua y luego sus dedos en la herida. Jeb había luchado en la Guerra de Méjico, y había visto de cerca el daño que las balas podían hacer. Y recordaba que a menudo las balas no mataban al instante. De hecho, la inmensa mayoría de las muertes llegó unos días después por las infecciones. De todas las heridas, las de la zona del abdomen eran las más propensas a supurar. La bala estaba muy metida, y aunque no había perforado ningún órgano, estaba completamente fuera de las posibilidades de Jeb extraerla. No tenía ni las herramientas ni los conocimientos necesarios. Pero la bala no era necesariamente una amenaza mortal. Si el cuerpo resistía a la infección... Había gente que tenía plomo por todo el cuerpo y vivían más o menos felices en el Oeste. Entonces Jeb vio otra cosa. La herida en sí no sangraba en exceso, pero Stich perdía sangre de algún sitio dentro. Estaba pálido y al presionar el abdomen desde dentro notó liquido encharcado. Era posible que el cuerpo fuera a resistir las infecciones, a pesar de ni siquiera poder limpiar las heridas adecuadamente. Aún así, la bala podía infectarse pasado unos días. O una semana. Pero ahora lo más preocupante era la hemorragia interna. Salvo milagro, Stich iba a morir antes de saber si su cuerpo resistía o no a la sepsis.
Motivo: infeccion(herida.abdomen)
Tirada: 2d10
Dificultad: 11-
Resultado: 15(+4)=19 (Fracaso)
Motivo: infeccion(3dias)
Tirada: 2d8
Dificultad: 11-
Resultado: 8(+3)=11 (Exito)
Motivo: IB(1 hora) BP
Tirada: 1d6
Resultado: 6(-3)=3
Motivo: IB(2 hora) BP
Tirada: 1d6
Resultado: 2(-3)=-1
Motivo: IB(3 hora) BP
Tirada: 1d6
Resultado: 4(-3)=1
Motivo: BL.1dia
Tirada: 1d20
Dificultad: 11-
Resultado: 17 (Fracaso)
Tiene mala pinta la cosa para Stich. He aplicado las reglas de A&8 que son bastante brutas (y realistas) para el tema de las infecciones. Aprovechando la escena, seguramente haré un pequeño resumen en Reglas para futuro uso.
Dímelo sin rodeos, dijo Stich armándose de valor. La mirada de Jeb no presagiaba nada bueno. -T)tienes whiskey? Para el dolor.
Su cuerpo se estremeció de frió y recordó brevemente a su familia en la granja de Delaware.
Jeb se tenía por una buena persona, pero no tan buena como para no intentar sonsacar al muchacho sobre la ubicación de ese tesoro antes de que muriera.
-Tengo, pero antes me tienes que contar algo ¿no?-dijo mostrando la botella-Ese tesoro ¿dónde está?
Negó con la cabeza, abatido. -No te voy a mentir, dijo y cerró los ojos. -No hay tal tesoro, o si lo hay yo no lo he encontrado.
Hablaba pausado, y a pesar del dolor se le veía ahora en calma. -No quise hacerte daño, ¿sabes? La vida es dura aquí fuera, y estábamos desesperados.
Tal vez quisiera quitarse un peso de encima antes del Juicio. Limpiar su consciencia. O tal vez simplemente quiso hablar para no sentirse solo. -No siempre era así. Cuando Paul Stanton llegó a Crossin... Era un contable, me dieron un trabajo haciendo inventarios para el Sr. Bordeaux.
Respiró hondo y tenía la boca seca. -Tenía mi habitación en el hotel Gold Creek, trabajaba duro, luego jugaba a las cartas... Pero luego, la mala vida. Las mujeres, el juego. Y el opio de los amarillos. Pasaba tardes y luego días enteros en el Lucky Dragon. Los chinos son socios de Cashpaw. Y lo perdí todo...
No pudo evitar las lágrimas. Miró la puesta del Sol sobre las Montañas de San Juan, y pensó que no iba a ver un nuevo día. No era así como quiso terminar su aventura en el Oeste.
Motivo: Stich.IB.hora4
Tirada: 1d6
Resultado: 4(-3)=1
Motivo: Stich.IB.hora5
Tirada: 1d6
Resultado: 3(-3)=0
Motivo: Stich.IB.hora6
Tirada: 1d6
Resultado: 4(-3)=1
Motivo: Stich.IB.hora7
Tirada: 1d6
Resultado: 2(-3)=-1
Motivo: Stich.IB.hora8
Tirada: 1d6
Resultado: 1(-3)=-2
Jebedía miró al muchacho. El color comenzaba a escapársele del rostro debido a la pérdida de sangre. Su rostro estaba deshecho en lágrimas. Sintió haberle disparado, pero tal como él mismo decía, la vida era dura aquí fuera. Aquí y en todas partes. Un error en un instate puede marcar el resto de tu vida o acabar con ella sin remedio. Suspiró rascándose la cabeza.
-Bueno, así que no puedo dejarte aquí y no puedo llevarte hasta el pueblo. No estás en condiciones como para emprender un viaje más largo que ese, así que dime chico, ¿qué demonios se supone que voy a hacer contigo?
-Necesito… Eh, amigo… Conozco a alguien en Judas Crossing. Un médico…. Me debe un favor, lo conocí en el Lucky Dragon una noche. Me debe una muy gorda, y no se chivará a Cashpaw. No señor, éste no lo hará….
Respiró hondo, y tragó saliva. No veía otra salida. –Samuel, Sam... su nombre… Doctor Samuel Rayne.
Stich se quedó dormido. De vez en cuando se despertaba o sollozaba algo en estado febril, ya no dijo nada más en toda la noche. El perro le vigilaba de cerca, así que Jeb también pudo descansar un poco. Se despertó con las primeras luces del alba, y pensó que tal vez ya había expirado Paul “Stich” Stanton. Pero cuando se acercó al herido, éste tosió y abrió los ojos.
Al parecer, la hemorragia se había cerrado durante la noche. Un golpe de suerte, aunque estaba débil.
He subido un resumen de las reglas de heridas y curación aquí
Parece que durante la noche la hemorragia se ha detenido sin necesidad de cirugía (es por el resultado de 1 natural en la tirada de la 8ª hora). Todavía queda el riesgo de infección, pero se ha ganado algo de tiempo.
Ha perdido 14 PV (herida de 8 PV y 6 PV por sangrado), tiene 20 PV en total. Así que está debil y le va a costar andar. Pero está dispuesto a hacerlo ya que quedarse sería la muerte.
Jeb suspiró y marcó el punto donde estaba en el mapa, por si algún día volvía. A pesar de la poderosa sospecha que tenía de estar cerca de una veta de oro, lo cierto es que no podría acarrear sobre su conciencia el hecho de dejar a aquel muchacho a su suerte. Que con todo, era más que probable que aún ayudándole, no consiguiese nada, pero en la vida hay cosas que uno es capaz de hacer y otras que no. Y aquella era una de las que Jeb no podía hacer.
-El que te tenga por amigo ha de ser una buena persona, de eso no me cabe duda. Pero por mucho que apuremos, no llegarás a Judas Crossing. Dime ¿es tan buen amigo ese que vendría hasta aquí para salvarte? Lo digo porque tardaré seguramente menos en traerlo que en llevarte a ti y no correremos el peligro de que se te abra la herida de nuevo por el camino.
Así Jeb se dispuso a reemprender camino hacia Judas Crossing, anotando en el mapa el punto donde había suspendido su búsqueda para volver en un momento posterior que dudosamente llegaría.
-Te dejaré algo de agua. Raciónala. Te hará falta.
-Vendrá, dijo Stich tratando de converse a sí mismo. –Dile que es para saldar la deuda que tiene con Paul Stanton.
Agarró el agua, y buscó con la mirada su rifle. Su compañero lo había dejado tirado cerca. Al menos no iba a estar desarmado en las tierras altas.
Jeb recogió el campamento y se preparó para partir. Le esperaban tres jornadas de viaje, tal vez cuatro, para llegar a Judas Crossing siguiendo el curso del río. El perro Machí le acompañaba, y comenzó a caminar. Echó un último vistazo al Delores. La inoportuna llegada de los bandidos le había privado de encontrar una prueba fehaciente, pero seguía convencido de que había oro por aquella zona.
entiendo que vas directo a JC, con la tienda de campaña y lo demás a cuestas
-Paul Stanton ¿eh? Se lo diré.
Jeb se frotó el mentón con ese gesto tan característico suyo, cuando está pensando qué hacer.
Si realmente quería salvar al chico, el tiempo era primordial. Cargado con todo su equipaje, le esperaban al menos dos días hasta llegar a Judas Crossing. Si iba ligero y apuraba el paso, quizá pudiera llegar en uno. Total, que no había gran cosa de valor en todos sus trastos, así que aparte de la faena que supondría perder sus herramientas de trabajo, tampoco había mucho que lamentar.
Jeb acercó el rifle al chico.
-Bueno, muchacho. Te dejo al mando del fuerte. Vigílalo hasta mi regreso ¿vale?. Tardaré lo menos posible.
No. Si quiero que valga de algo, he de viajar ligero. Así que dejo el campamento en manos de Paul.
Jeb dejó atrás el campamento, y comenzó a caminar de regreso a Judas Crossing. Seguía el curso del río Delores, y trató de avanzar todo lo rápido que le era posible. La vida de un hombre dependía de ello.
El segundo día vio a algunos prospectores en la otra orilla discutiendo términos de la concesión y estudiando papeles. En Judas Crossing actuaba un órgano ad hoc que se encargaba de distribuir las licencias de explotación. Pero esas licencias valían menos que el papel en el que estaban impresas si no se hallaba oro. Apenas miraron en dirección al solitario prospector que se apresuraba en llegar al pueblo.
En el tercer día, antes del mediodía, por fin vio a lo lejos el pueblo. Estaba cansado, hambriento, y necesitado de un baño. Pero había llegado de vuelta a la civilización. O algo parecido.
Motivo: enc
Tirada: 1d100
Resultado: 66
Tirada oculta
Motivo: enc
Tirada: 1d100
Resultado: 7
Desde lo alto de un promontorio, Jeb miró el pueblo que algún día, dentro de no mucho, esperaba que se convirtiera en su hogar, cuando junto con su socio, abrieran la tienda. A pesar de las advertencias sobre el lugar, no se diferenciaba mucho de cualquier otro pueblo floreciente del medio oeste. "Judas Crossing" Lo cierto es que el nombre no era muy halagüeño. Casi parecía una broma.
Pero no había tiempo que perder. Si quería que aquella caminata de 3 días sirviese para algo, debía darse prisa, así que sin más demora comenzó a caminar hacia la calle principal del pueblo y buscó el local que había mencionado el muchacho; el Lucky Dragon. Con ese nombre, todo lo que podía esperar es que se tratase de alguna suerte de tugurio que probablemente hiciese las veces de casino, regentado por chinos. Allí preguntaría por Samuel Rayne. En realidad en un pueblo como aquel, un médico debería llamar lo suficiente la atención como para que fuese conocido por todos sus habitantes, pero prefirió ir a tiro fijo, que entretenerse preguntando a cualquiera para obtener señas confusas que le hicieran perder más tiempo.
Cierro escena, y segumos aquí
Creo que ha estado bien la escena introductoria, con algo de trasfondo para ir conociendo el entorno, y hasta tiros :)
Siguiente escena en orden de lectura: [Cap I-Esc1.3.2] Negocios del Good Luck Dragon
(también es la siguiente escena para Jeb)